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La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

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término. Se da, en <strong>el</strong> ser humano, una precomprensión <strong>de</strong>l Ser pero si existe una dimensión<br />

humana privilegiada para <strong>el</strong>lo, en la que casi tocamos la diferencia ontológica y la correspon<strong>de</strong>ncia<br />

entre diferencia y univocidad, esa es la dimensión erótica. Es así porque <strong>el</strong> erotismo c<strong>el</strong>ebra la vida<br />

en proximidad con la muerte. Esta proximidad con la muerte, que se opera cada vez que<br />

sucumbimos a la violencia sexu<strong>al</strong>, <strong>de</strong>jándonos arrastrar por <strong>el</strong>la, tiene un sentido ontológico en<br />

tanto que “para nosotros, que somos seres discontinuos, la muerte tiene <strong>el</strong> sentido <strong>de</strong> la<br />

continuidad, la muerte tiene <strong>el</strong> sentido <strong>de</strong> la continuidad <strong>de</strong>l ser” 540 . Recíprocamente, arrancar <strong>al</strong><br />

ente <strong>de</strong> la discontinuidad, es <strong>de</strong>cir, implosionar o explosinar (en todo caso: violar) su<br />

individu<strong>al</strong>idad, es siempre <strong>al</strong>go caracterizado por una suma violencia. Pasar <strong>de</strong>l estado norm<strong>al</strong> <strong>al</strong><br />

<strong>de</strong>seo erótico supone una disolución r<strong>el</strong>ativa <strong>de</strong> nuestro ser individuado. Reencontramos en<br />

Bataille, como po<strong>de</strong>mos observar, <strong>al</strong> Freud <strong>de</strong> Más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>l placer y <strong>al</strong> <strong>D<strong>el</strong>euze</strong> <strong>de</strong><br />

Diferencia y repetición. En resumen, nos veríamos con <strong>el</strong> funcionamiento <strong>de</strong> un Inconsciente que<br />

nos impulsa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la energía tanática, a la vivencia <strong>de</strong>l Eterno Retorno <strong>de</strong>l Ser <strong>de</strong> lo ente. Como<br />

veremos más a<strong>de</strong>lante, en Bataille la muerte está, también, complicada con la vida, haciéndola, <strong>de</strong><br />

hecho, posible.<br />

<strong>La</strong> parte pasiva, <strong>el</strong> rol propio <strong>de</strong> la mujer que, <strong>al</strong> menos por razones económicas-histórico-<br />

soci<strong>al</strong>es, no se ha constituido como sujeto en la medida en que lo ha hecho <strong>el</strong> hombre, es la que es<br />

esenci<strong>al</strong>mente disu<strong>el</strong>ta como ser discontinuo. Pero en la medida en que es disu<strong>el</strong>ta, la parte activa,<br />

representado por <strong>el</strong> rol masculino, será también disu<strong>el</strong>ta. Es como si un sujeto troceara un objeto y<br />

luego quisiera conectarse con cada uno <strong>de</strong> esos trozos. No podría hacerlo sin trocearse<br />

(<strong>de</strong>sorganizarse) él mismo, ya operando un <strong>de</strong>scentramiento para pasar a través <strong>de</strong> los trozos <strong>de</strong>l<br />

objeto, ya haciendo que los trozos <strong>de</strong>l objetos pasen a través <strong>de</strong> sí, transtocando su propia unidad<br />

orgánica. El hecho <strong>de</strong> <strong>de</strong>svestirse ya indica <strong>el</strong> paso a la apertura, es <strong>de</strong>cir, la exposición <strong>de</strong> los<br />

orificios susceptibles <strong>de</strong> convertirse en conductos. Es lo mismo que cuando emp<strong>al</strong>mamos dos<br />

cables: ambos pier<strong>de</strong>n su discontinuidad a partir <strong>de</strong> la corriente <strong>el</strong>éctrica que los atraviesa. Esta<br />

apertura conlleva <strong>el</strong> sentimiento <strong>de</strong> obscenidad. Decíamos que <strong>el</strong> sujeto humano, con conciencia <strong>de</strong><br />

sí, resulta <strong>de</strong> la introducción <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong>l trabajo. Sin embargo, la estratificación labor<strong>al</strong> <strong>de</strong> la<br />

vida no se ha producido indistintamente sino que hubo una <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>dad p<strong>al</strong>pable en la mod<strong>al</strong>idad,<br />

según afectaran a uno u otro sexo. <strong>La</strong> mujer no ha estado igu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>dicada <strong>al</strong> trabajo<br />

planificado ni a la violencia organizada. Por <strong>el</strong>lo no se subjetivizó igu<strong>al</strong>, sino “menos”. Tiene la<br />

experiencia <strong>de</strong> estar como donada, como ofrecida, como tun<strong>el</strong> a otra parte, como posada por la que<br />

pasar, como <strong>al</strong>go <strong>de</strong>sperson<strong>al</strong>izada. Así, la experiencia <strong>de</strong> cierta disolución no le es tan extraña. Su<br />

540 Ibid. p. 17.<br />

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