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683 Complementos indirectos no seleccionados 35.4.2c<br />

El grupo preposicional que los contiene desempeña la función de complemento circunstancial<br />

de lugar en El perro le mordió en una pierna o Le picaba en la sien. El<br />

dativo simpatético es compatible con otros contenidos, lo que le permite aparecer<br />

con predicados que seleccionan objetos indirectos argumentales. Así, el pronombre<br />

me en Me duelen los oídos, designa la persona a la que pertenecen los oídos, pero<br />

también a quien experimenta el dolor, como se señaló en el § 35.1.2c.<br />

35.4.1c En un buen número de casos, la noción semántica que expresan los dativos<br />

posesivos no es solo posesión o pertenencia, sino más bien inclusión, puesto<br />

que ponen de manifiesto relaciones de «parte – todo», como las que se dan entre<br />

un ser animado y las partes de su cuerpo (Me duele la espalda) o entre un objeto y las<br />

partes que lo componen (Al avión le empezó a fallar el motor izquierdo; Les cortaremos<br />

las puntas a los tallos). En general, es sumamente frecuente que los verbos de<br />

dos argumentos (como lavar o romper) se construyan con tres participantes (sujeto,<br />

complemento directo y complemento indirecto) cuando el segundo de ellos designa<br />

una parte del elemento expresado por el tercero: Le lavó la cara al niño; Le rompió la<br />

ventana al auto, etc. El dativo simpatético denota otras veces relaciones más laxas<br />

que el español suele expresar mediante posesivos, tales como el parentesco (Se le<br />

casaron todos los hijos), la autoría (Te ha quedado muy bien el artículo) y diversas<br />

nociones que pertenecen de forma más o menos estrecha a la esfera personal del<br />

individuo (Le iba la vida en ello; Se nos acaba el tiempo; Se me va el autobús). Véase<br />

también el § 14.3.5b.<br />

35.4.2 Dativo ético y dativo concordado<br />

35.4.2a Se suele denominar dativo ético el pronombre dativo átono no reflexivo<br />

que señala al individuo que se ve afectado indirectamente por la acción verbal: No se<br />

me acalore (Valle­Inclán, Gerifaltes); Luego la dejé a ella con el timón otra vez y otra<br />

vez se me puso nerviosa (Fuentes, Naranjo). Tiene alto contenido afectivo, y se emplea<br />

con más frecuencia en el español americano que en el europeo, pero se atestigua en<br />

ambos, sobre todo en la lengua oral.<br />

35.4.2b Los dativos éticos pueden alternar con otras interpretaciones de los pronombres<br />

de complemento indirecto. En efecto, mientras que el pronombre me en Te<br />

me olvidaste del niño no admite más interpretación que la de dativo ético, en oraciones<br />

como No te me vas a escapar, Juan (Uslar Pietri, Visita) podría interpretarse<br />

como un complemento indirecto argumental de procedencia (‘No te vas a escapar de<br />

mí’). El dativo ético está próximo en algunos aspectos al simpatético y al de interés,<br />

pero es el único que puede aparecer junto a otro pronombre átono con su mismo<br />

caso, en contra de las pautas habituales de colocación de los pronombres (§ 16.4.2b),<br />

como se ve en Y además —dijo ya por último tu abuelo Teófilo—, me le quitás esos<br />

zapatos de tacones altos (Ramírez, Baile) o en No, no me le estropeen la cabeza, carajo,<br />

que es un profesor (Vázquez Montalbán, Galíndez). Este rasgo ha llevado a algunos<br />

autores a interpretarlo como morfema pronominal desprovisto de caso.<br />

35.4.2c El llamado dativo aspectual se parece al ético en su valor fundamentalmente<br />

afectivo, pero se diferencia de él en que, como los reflexivos, concuerda

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