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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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porque Dios es siempre el mismo, como porque el mismo Mediador ungido está pronto ahora para cumplir la<br />

voluntad del Dios e interponerse por Israel, como antiguamente. (Calvino.) Maurer traduce, para adaptarlo [PAG. 932]<br />

al paralelismo: “para salvación a tu ungido,” es decir: el rey de Israel en abstracto, correspondiendo a el “pueblo” en la<br />

primera cláusula (véase Salmo 28:8; Lamentaciones 4:20). O se alude a Israel, el ungido, eso es, el pueblo consagrado de<br />

Jehová (Salmo 105:15). Traspasaste la cabeza de la casa del impío—probablemente una alusión al Salmo 68:21. Cada<br />

persona principal perteneciente a la casa de los impíos enemigos de Israel: tales como Jabín, cuya ciudad Hazor era “la<br />

cabeza de todos los reinos” de Canaán (Josué 11:10; véase Jueces 4:2, 3, 13). Desnudando el cimiento—tú destruiste<br />

arriba y abajo. Como la cabeza de la casa indica el príncipe, así el “cimiento” significa el ejercito general del enemigo.<br />

hasta el cuello—figura de una inundación que alcanza hasta el cuello (Isaías 8:8; 30:28). Así Dios, por su ira que<br />

anegaba al enemigo, hizo que los cuellos de sus príncipes fuesen hollados por los jefes de Israel (Josué 10:24; 11:8, 12).<br />

14. Horadaste con sus báculos—con la “impía” espada del enemigo mismo (Maurer traduce: “lanzas”), (Jueces 7:22).<br />

las cabezas de sus villas—no solamente fueron destruídos reyes por la mano de Dios, sino que su venganza pasó a<br />

través de las villas y dependencias de los enemigos. Una justa retribución, por cuanto el enemigo había hecho cesar a<br />

“los habitantes de las villas de Israel” (Jueces 5:7). Grocio traduce: “de sus guerreros;” Gesenius: “el jefe de sus<br />

capitanes,” para derramarme—a mí, Israel, con quien Habacuc se identifica a sí mismo (véase 1:12). como para<br />

devorar al pobre encubiertamente—“el pobre” signífica los israelítas, a quienes en su estado desvalido el enemigo<br />

acecha desde su cueva, como una fiera, para dar el zarpazo y devorar (Salmo 10:9; 17:12). 15. Hiciste camino en la mar a<br />

tus caballos—(v. 8.) Ningún obstáculo pudo impedir tu progreso, cuando íbas guiando a tu pueblo en seguridad<br />

hacia su heredad, ya fuera el Mar Rojo, o el Jordán, o las aguas figurativas del enemigo que rugían contra Israel<br />

(Salmo 65:7; 77:19). 16. Oí … tembló—es decir, por los juicios que Dios había declarado (cap. 1) que iban a caer sobre<br />

Judea por mano de los caldeos. vientre—Las entrañas las consideraban los hebreos como el asiento de ardiente<br />

compasión (Jeremías 31:20). O puede ser que el “oí” se refiera al v. 2: “Cuando yo oí que la venida de Jehová para<br />

interponerse por Israel contra los caldeos, estaba todavía a alguna distancía” (2:3); así también “la voz.” (Maurer.) A la<br />

voz—de las amenazas divinas (1:6). El fiel tiembla a la voz sola de Dios sin que él inflija el castigo. Habacuc habla en la<br />

persona de todos los creyentes de Israel. en mi asiento me estremecí—vale decir: temblé en todo mí cuerpo. (Grocio.)<br />

Si bien estaré quieto en el día de la angustia—el único camino verdadero para estar quieto, tranquilo, es por medio de<br />

tal temor. Quienquiera que está tranquilamente aletargado y endurecido hacia Dios, será tumultuosamente agitado en<br />

el día de la aflicción, y así traerá sobre sí una destrucción peor; pero el que a tiempo se encuentre con la ìra de Dios y<br />

tiemble a sus amenazas, prepara para sí la mejor quietud, es decir, tranquilidad, para el día de la aflicción. (Calvino.)<br />

Henderson traduce: “Con todo yo tendré descanso.” Habacuc, consolando de esta manera su mente, dice: Aunque<br />

tiemblo por la calamidad que viene, con todo tendré reposo en Dios (Isaías 26:3). Pero ese sentimiento no parece ser<br />

directamente afirmado sino luego en el v. 17, como las palabras que siguen al fin de este versículo dan a entender.<br />

Cuando suba al pueblo el que lo invadirá—más bien, conectándose con la cláusula precedente, “estaré quieto …<br />

cuando (el enemigo caldeo) suba al pueblo (los judíos), para que los destruya.” (Calvino.) La palabra hebreo por<br />

“invadir” significa acometer o atacar y destruir con tropas congregadas. 17. Destrúyanse las “viñas” y las “higueras” del<br />

corazón carnal, y su alegría cesa. Pero aquellos que estando llenos se gozaron de Dios en todo, cuando estén vacíos<br />

podrán gozarse del todo en Dios. Podrán sentarse sobre el montón de las comodidades humanas arruinadas, y<br />

regocijarse en él como el “Dios de su salvación.” Corriendo la carrera de sus mandamientos, la ganamos sobre<br />

nuestras tribulaciones. Así Habacuc empieza su oración con temblor, pero la termina con un canto de triunfo (Job<br />

13:15; Salmo 4:7; 43:3, 5). Mentirá—o bien, “aunque mienta …;” es decir, defraude la esperanza (Isaías 58:11).<br />

labrados—de una raíz hebrea que significa “estar amarillo;” tal como se ven los campos en tiempo de la cosecha. obra<br />

de la oliva—el fruto esperado de la oliva. 18. Con todo, yo me alegraré—el profeta habla en nombre de su pueblo. 19.<br />

pies como de ciervas, Y me hará andar sobre mis alturas—Habacuc tiene ante su mente el Salmo 18:33, 34;<br />

Deuteronomío 32:13. “Pies de ciervas (o gacelas)” expresa velocidad, con la cual Dios capacita (al profeta y a su pueblo)<br />

para escapar de sus enemigos, y retornar a su país natal. Las alturas son llamadas “mías,” para significar que Israel<br />

será restaurado a su propia tierra de collados, que son lugares de segurídad y de eminencia (véase Génesis 19:17, y<br />

Mateo 24:16). Probablemente no sólo la seguridad, sino también la elevación moral de Israel sobre todos los países de la<br />

tíerra es lo que se quiere indicar (Deuteronomio 33:29). sobre mis instrumentos de cuerdas—neginoth. Esta es la<br />

dirección del profeta al chantre (“jefe cantor”) de cómo la oda precedente (capítulo 3) debe ser ejecutada (véase títulos,<br />

Salmos 4 y 6.) El profeta indicaba cierto tipo de instrumento de cuerdas adaptado a ciertos números y metros. Esta<br />

fórmula al final de la oda, que da indicación sobre la clase de instrumento a usarse, concuerda con aquella del<br />

principio de la misma que indica la clase de la melodía (véase Isaías 38:20).

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