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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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los pasados tiempos aducidos por ellos. 18. (Miqueas 3:12). Morasti—llamado así a causa de ser natural de la aldea de<br />

ese nombre en la tribu de Judá. Ezechías—Tal precedente durante el reinado de un rey bueno, probaba que Jeremías<br />

no era el único profeta, ni el primero que había amenazado a la ciudad y al templo sin incurrir en pena de muerte. el<br />

monte del templo—el Moria, sobre el cual se levantaba el templo (llamado por antonomasia “la casa”) se cubrirá de<br />

maleza en lugar de edificios. Al citar anteriores profecías, Jeremías nunca lo hace sin alteraciones, sino que adapta el<br />

lenguaje a su propio estilo, demostrando así su autoridad en el manejo de las Escrituras, por estar él mismo inspirado.<br />

19. Ezequías, lejos de matar a Miqueas, se sintió inducido a “temer a Dios”, y a orar por la remisión de la sentencia<br />

contra Judá (2 Crónicas 32:26). Jehová se arrepintió—(Exodo 32:14; 2 Samuel 24:16). ¿Haremos … tan grande mal<br />

…—mantando a Jeremías? 20. Como la huída y captura de Urías debió llevar algún tiempo, “el comienzo del reinado<br />

de Joacim” (v. 1) no puede significar el verdadero principio, sino el segundo o tercer año de sus once años de reinado.<br />

Hubo también—quizás tenga relación con el v. 24, como comentario del profeta, y no que sea la continuación del<br />

discurso de los ancianos: “Y aunque hubo un hombre que profetizaba … Urías, etc. (lo que prueba cuán grande era el<br />

peligro que Jeremías corría, y cuán maravillosa se mostró la providencia de Dios en preservarlo), no obstante la mano<br />

de Ahicam”, etc. [Glassio]. El contexto, sin embargo, indica más bien que las palabras son la continuación del discurso<br />

precedente de los ancianos. Estos aducen otro ejemplo además del de Miqueas, bien que de diferente carácter, a saber,<br />

el de Urías, quien tuvo que sufrir a causa de sus profecías; pero ellos dan a comprender, aunque no se aventuran a<br />

expresarlo, que con eso habían añadido pecado a pecado; y que tal acción ningún bien le había reportado a Joacim,<br />

pues la notoria condición del Estado en ese tiempo, demuestra que una terrible venganza los amenaza si persisten en<br />

tales actos de violencia. [Calvino]. Joacim … envió … a Egipto—Este había sido entronizado por Faraón de Egipto (2<br />

Reyes 23:34), lo que explica la presteza con que logró que los egipcios le entregasen a Urías, no bien este profeta hubo<br />

entrado en Egipto, buscando en él un asilo. Urías presentó fielmente su mensaje, pero incurrió en falta, al hacer<br />

abandono de su obra; de ahí que Dios permitió que perdiese su vida, en tanto que Jeremías fué librado del peligro. La<br />

senda del deber es a menudo senda de seguridad. 23. sepulcros del vulgo—liter., hijos del pueblo (véase 2 Reyes 23:6).<br />

Parece que había un cementerio aparte para los profetas (Mateo 23:29). Pero al cadáver de Urías le fué negado ese<br />

honor, a fin de que no fuese tenido por verdadero profeta. 24. Ahicam—hijo de Safán el escriba o secretario real. Ese<br />

era uno de aquellos a quienes el rey Josías, espantado por las palabras del libro de la ley, los envió a preguntar a<br />

Jehová (2 Reyes 22:12, 14). De ahí que su intervención aquí en favor de Jeremías es lo que podríamos esperar, dada su<br />

pasada asociación con aquel buen rey. Su hijo, Gedalías, siguió en las huellas de su padre, de tal suerte que fué elegido<br />

por los babilonios para que se encargase de la seguridad de Jeremías después de la toma de Jerusalén; y viendo que<br />

podían confiar en su lealtad, lo pusieron a la cabeza del resto del pueblo que fué dejado en Judea (cap. 39:14; 2 Reyes<br />

25:22). manos del pueblo para matrio—A menudo, cuando los príncipes quieren eliminar a un hombre bueno,<br />

prefieren valerse de un tumulto popular, más bien que hacerlo por orden suya, a fin de cosechar los resultados del<br />

crimen sin el riesgo de la malquerencia del pueblo (Mateo 27:20).<br />

[PAG. 697] CAPITULO 27<br />

Vers. 1–22. <strong>LA</strong> FUTILIDAD <strong>DE</strong> RESISTIR A NABUCODONOSOR, SE ILUSTRA CON EL EMBLEMA <strong>DE</strong> LOS<br />

YUGOS ANTE LOS EMBAJADORES <strong>DE</strong> LOS REYES QUE <strong>DE</strong>SEABAN CONFE<strong>DE</strong>RARSE CON EL REY <strong>DE</strong> JUDA.<br />

JEREMIAS LOS EXHORTA A ELLOS Y A SE<strong>DE</strong>QUIAS A RENDIRSE. 1. Joacim—La siguiente profecía estaba de<br />

acuerdo con esta declaración dada el cuarto año de Joacim, quince años antes de su publicación en el reinado de<br />

Sedequías, al cual se refiere; estuvo así albergada largo tiempo en el pecho del profeta, a fin de que este pudiese<br />

sostenerse en medio de las pruebas de su profética carrera y en el ínterin [Calvino]. Pero puede que la verdadera<br />

expresión sea “Sedequías”, pues ésa es la expresión de las versiones Siriaca y Arabe. Esto está confirmado por los vv. 3,<br />

12; y por el cap. 28:1. Lo está igualmente por uno de los MSS. de Kennicott. La lección de la Versión Inglesa puede que<br />

se haya originado del primer vers. del cap. 26. “Hijo de Josías”, se aplica a Sedequías con tanta propiedad como a<br />

“Joacim” o a “Eliacim”. El cuarto año puede llamarse en sentido general aquí, como en el cap. 28:1, “el principio de su<br />

reinado”, pues éste duró once años (2 Reyes 24:18). El se rebeló contra Nabucodonosor no mucho después del cuarto<br />

año de su reinado (cap. 51:59; 52:3; 2 Reyes 24:20), con violación del juramento hecho ante Dios (2 Crónicas 36:13). 2.<br />

coyundas—con las que se asegura el yugo al pescuezo (cap. 5:5). yugos—liter., la pieza de madera tallada agregada a<br />

ambos extremos de los yugos, que descansan sobre el pescuezo de una yunta de bueyes para aparearlos. Aquí se<br />

denota el yugo en sí. Se usa del plural, pues él (Jeremías) tenía que llevar uno y entregar otro a los embajadores (v. 3;<br />

cap. 28:10, 12), lo que prueba que el acto simbólico había en este ejemplo (aunque no en otros, cap. 25:15), de llevarse a<br />

cabo (cf. Isaías 20:2, etc.; Ezequiel 12:3, 11, 18). 3. Apropiado símbolo, pues estos embajadores habían ido a Jerusalén a<br />

consultar sobre cómo librarse del yugo de Nabucodonosor. Según Ferecidas, citado por Clemente de Alejandría en sus<br />

Estrómatas, 567, Idantura, rey de los escitas, manifestó a Darío, quien había cruzado el Danubio, que iría contra él con

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