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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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296<br />

aquí la extinción de la única esperanza que le quedaba a esta mujer de que el nombre y la familia de su esposo serían<br />

preservados. La figura es hermosa: un ascua viva, bajo un montón de rescoldo, era todo lo que ella tenía para prender<br />

de nuevo su fuego, para encender su lámpara en Israel. 9. la mujer dijo: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí—es<br />

decir, la iniquidad de refrenar el curso de la justicia y de perdonar a un homicida, a quien el Goel—vengador—estaba<br />

obligado a matar dondequiera que lo hallara, menos en una ciudad de refugio. Esto era exceder la prerrogativa real y<br />

obrar en el carácter de monarca absoluto. El lenguaje de la mujer se refiere a una precaución común tomada por los<br />

jueces hebreos, de transferir solemnemente la responsabilidad de la sangre que ellos condenaban a ser derramada, a<br />

los acusadores o a los criminales (cap. 1:16; 3:28), y algunas veces los acusadores la tomaban sobre sí (Mateo 27:25).<br />

13–17. ¿Por qué pues piensas tú otro tanto contra el pueblo de Dios? etc.—Su argumento podrá aclararse en la<br />

siguiente paráfrasis: Tú me has concedido [PAG. 257] el perdón de un hijo que había dado muerte a su hermano, y<br />

todavía no quieres conceder a tus súbditos la restauración de Absalom, cuya culpabilidad no es mayor que la de mi<br />

hijo, puesto que él mató a su hermano en circunstancias similares de provocación. Absalom tiene motivo para<br />

quejarse de que él sea tratado por su propio padre más austera y severamente que el súbdito más humilde del reino; y<br />

toda la nación tendrá causa para decir que el rey presta más atención a la petición de una humilde mujer que a los<br />

deseos de todo un reino. La muerte de mi hijo es una pérdida sólo para mi familia, mientras que la preservación de<br />

Absalom es de interés común para todo Israel, que ahora le mira como sucesor al trono.<br />

22–33. JOAB VUELVE A ABSALOM A JERUSALEM. 22. Hoy ha entendido tu siervo que he hallado gracia en<br />

tus ojos—Joab deja ver no poco egoísmo en su profesión de gozo por este acto de gracia para con Absalom, y se<br />

halaga de que ahora haya puesto tanto al padre como al hijo bajo obligaciones permanentes. En la consideración de<br />

este acto de David, pueden presentarse muchas circunstancias atenuantes en favor de él: la provocación dada a<br />

Absalom; su estancia en un país donde la justicia no podría alcanzarlo; el riesgo de recibir un amor por los principios<br />

y culto paganos; la seguridad e intereses del reino hebreo; junto con una gran preferencia del pueblo hebreo para<br />

Absalom, representada por la estratagema de Joab; estas consideraciones forman una apología plausible por la<br />

concesión de perdón por David a su hijo manchado de sangre. Pero al conceder este perdón, él obraba según el<br />

carácter de un déspota oriental más bien que como rey constitucional sobre Israel. Los sentimientos del padre<br />

triunfaron sobre el deber del rey, quien, como el magistrado supremo, estaba obligado a ejecutar justicia imparcial en<br />

todo homicida, por la ley implícita de Dios (Génesis 9:6; Números 35:30, 31), la cual no le daba facultad de dispensar<br />

(Deuteronomio 18:18; Josué 1:8; 1 Samuel 10:25). 25. no había en todo Israel hombre tan hermoso como Absalom, de<br />

alabar en gran manera—Esta popularidad extraordinaria resultó no sólo de su espíritu ilustre y sus modales corteses,<br />

sino de su apariencia hermosa nada común, un rasgo de la cual, objeto de gran admiración, era la profusión de cabello<br />

hermoso. Su abundancia extraordinaria lo obligaba a cortarlo “al fin de cada año”, cuando llegaba a pesar 200 siclos, o<br />

sean como tres kilos, pero como “el peso era según siclos de peso real”, los cuales eran menos que el siclo común, el<br />

peso debe haber sido menos, tal vez 1 kilo y medio (Bockart), o menos. 28. y estuvo Absalom por espacio de dos años<br />

en Jerusalem, y no vió la cara del rey—Ya sea que David cometiera algún error al autorizar el regreso de Absalom o<br />

no, mostró mucha prudencia y dominio de sus sentimientos más tarde, porque su hijo no fué admitido ante su<br />

presencia, sino que fué limitado a permanecer en su propia casa y a la sociedad de su propia familia. Esta pequeña<br />

severidad tenía por fin conducirlo al arrepentimiento sincero, al ver que su padre no le había perdonado plenamente,<br />

como también convencer al pueblo del aborrecimiento de David hacia el pecado. No siendo permitido aparecer en la<br />

corte ni adoptar ningún estado principesco, los cortesanos se mantenían alejados de él; aun sus primos no creían<br />

prudente frecuentar su compañía.<br />

Por dos años su libertad estaba más restringida, y su vida más apartada de sus compatriotas en Jerusalem, que<br />

cuando vivía en Gessur. Hubiera podido continuar por más tiempo en deshonra, si no hubiera resuelto llamar la<br />

atención de Joab sobre su caso, por medio de la violencia; y (v. 30) por la influencia y bondad de Joab fué efectuada<br />

una completa reconciliación entre Absalom y su padre.<br />

CAPITULO 15<br />

Vers. 1–9. ABSALOM ROBA EL CORAZON <strong>DE</strong>L PUEBLO. 1. Absalóm se hizo de carros y caballos, y cincuenta<br />

hombres que corriesen delante de él—Eso era asumir el estado y dignidad de príncipe. Los guardias reales, llamados<br />

corredores, llegaban a cincuenta (1 Reyes 1:5). El carro, como indica el hebreo, era de estilo magnífico; y los caballos,<br />

una novedad entre el pueblo hebreo, introducidos en aquel tiempo como pertenencia de la realeza (Salmo 32:9; 66:12),<br />

formaban una comitiva tan espléndida, que hicieron que Absalom fuera visto por todos. 2. levantábase Absalom de<br />

mañana, y poníase a un lado del camino de la puerta—Los negocios públicos en el Oriente siempre se tratan

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