11.05.2013 Views

COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

761<br />

[PAG. 658] Havernick observa que la combinación de los rasgos del carácter de Jeremías prueba lo divino de su<br />

misión; suave, tímido y susceptible a la melancolía; y sin embargo es intrépido en el desempeño de sus funciones<br />

proféticas, ya que no le perdona al príncipe más que al más ínfimo de sus súbditos. El espírita de profecía gobierna de<br />

tal manera su natural temperamento que lo califica para su arriesgada empresa, sin hacer violencia a su<br />

individualidad. Sofonías, Habacuc, Daniel y Ezequiel fueron sus contemporáneos. El último forma un buen contraste<br />

con Jeremías. El Espíritu, en su caso, actúa sobre un temperamento marcadamente caracterizado por la firmeza,<br />

mientras que el de Jeremías se caracteriza por su retraimiento y delicada sensibilidad. Ezequiel considera el pecado de<br />

la nación como opuesto a la justicia; Jeremías, como productivo de miseria; aquél percibe los males de los tiempos<br />

objetivamente; éste, subjetivamente. El estilo de Jeremías es propio de su temperamento, ya que se caracteriza de<br />

manera peculiar por el sentimiento y la simpatía para con el desgraciado, como lo ejemplifican sus Lamentaciones: la<br />

serie total de sus elegías tiene un solo objeto: expresar el desconsuelo de su abatido país; sin embargo, las luces y las<br />

imágenes con que pinta todo eso son tantas, que el lector, lejos de creerlas monótonas, más bien se siente embelesado<br />

por la variedad de los tristes acentos que en ellas predominan. El lenguaje se distingue por sus arameísmos, los que<br />

probablemente constituyeron el fundamento para que Jerónimo calificase su estilo de “rústico”. Pero Lowth niega ese<br />

cargo, considerándolo en algunas partes en nada inferior al de Isaías. Su acumulación de frases sobre frases, la<br />

repetición de ciertas formas estereotipadas, a menudo por tres veces, se debe a sus sentimientos afectados y al deseo de<br />

hacer más intensa la expresión de los mismos. A veces es más conciso, enérgico y sublime, especialmente contra las<br />

naciones foráneas, así como en los períodos rítmicos.<br />

El principio del arreglo de sus profecías es de difícil averiguación. El orden de los reinados fué: Josías (durante el<br />

cual profetizó por diez y ocho años); Joacaz (en el que profetizó tres meses); en el de Joacim (once años); en el de<br />

Jeconías (tres meses), y en el de Sedequías (once años). Pero sus profecías durante el reinado de Josías (caps. 1–20),<br />

están seguidas inmediatamente por un fragmento del reinado de Sedequías (cap. 21). Es más: el cap. 24:8–10, que<br />

atañe a Sedequías, ocurre en el centro de la sección correspondiente a Joacaz, Joacim y Jeconías (caps. 22; 23; y 25:1,<br />

etc.). Así a los caps. 35 y 36, que se refieren a Joacim, siguen los caps. 27; 28; 29; 33 y 34 respecto a Sedequías; y el cap.<br />

45, fechado el cuarto año de Joacim, sigue a continuación de las predicaciones relativas a los judíos que huyeron de<br />

Egipto después de la caída de Jerusalén. Ewald cree que el actual arreglo es sustancialmente el mismo de Jeremías. Las<br />

diversas secciones están prefaciadas por la misma fórmula: “Palabra que fué de Jehová a Jeremías” (7:1; 11:1; 18:1;<br />

21:1; 25:1; 30:1; 32:1; 34:1, 8; 35:1; 40:1; 44:1; véase caps. 14:1; 46:1; 47:1; 49:34). Notas acerca del tiempo señalan otras<br />

divisiones más o menos históricas (caps. 26:1; 27:1; 36:1; 37:1). Hay otras dos partes que son distintas en sí mismas<br />

(caps. 29:1; 45:1). El cap. 2 contiene la introducción más breve que señala el comienzo de una estrofa; el cap. 3 parece<br />

imperfecto, pues tiene meramente como introducción la palabra “dicen” (Hebreo, cap. 3:1). Así en las partes poéticas<br />

hay veintitrés secciones, divididas en estrofas de siete a nueve versículos, señalados más o menos así: “Y dí jome<br />

Jehová”. Comprende cinco libros: I. La Introducción; cap. 1; II. Reproches a los judíos: caps. 2 al 24, que comprenden<br />

siete secciones (1) 2; (2) 3 al 6; (3) 7 al 10; (4) 11 al 13; (5) 14 al 17; (6) 17–19 y 20; (7) 21 al 24. III. Revista a todas las<br />

naciones en dos secciones: caps. 25 y 26 al 49, con un apéndice histórico de tres secciones: (1) 26; (2) 27; (3) 28 y 29. IV.<br />

Dos secciones que describen las esperanzas de tiempos más brillantes: (1) caps. 30 y 31; (2) 32 y 33; y un apéndice<br />

histórico de tres secciones: (1) cap. 34:1–7; (2) 34:8–22; (3) cap. 35 V. La conclusión, que consta de dos secciones: (1) cap.<br />

36:2; (2) cap. 45. Más tarde, en Egipto, añadió el fragmento de 46:13–26 a las anteriores profecías tocante a Egipto,<br />

como también las tres secciones: caps. 37 al 39; 40 al 43 y el 44. El cap. 52 fué probablemente (véase cap. 51:64) un<br />

apéndice de una mano posterior, tomado de 2 Reyes 24:18, etc.; 25:30. Las profecías contra varias naciones foráneas<br />

tienen en hebreo distinto orden que en la Versión de los Setenta; las profecías contra ellas que se hallan en el texto<br />

hebreo, caps. 46 al 51, están colocadas en la antedicha versión después del cap. 25:14, y forman los caps. 26 al 31; el<br />

resto del cap. 25 del hebreo es el cap. 32 de la Versión de los Setenta. Hay algunos pasajes en el hebreo (caps. 27:19–22;<br />

33:14–26; 39:4–14; 48:45–47), que no se hallan en la Versión de los Setenta. Los traductores griegos debieron tener ante sí<br />

un texto revisado; probablemente uno más primitivo. Es probable que el hebreo sea la última y más completa edición<br />

salida de la mano del propio Jeremías. (Véase Nota al cap. 25:13).<br />

La canonicidad de sus profecías está establecida por citas de ellas en el Nuevo Testamento (Véase Mateo 2:17;<br />

16:14; Hebreos 8:8–12; en cuanto a [PAG. 659] Mateo 27:9, véase la Introducción a Zacarías. También está establecida<br />

por el testimonio del Ecclesiastés 49:7, que cita a Jeremías 1:10; por Filón, quien cita sus palabras como un “oráculo”; y<br />

por el catálogo de los libros canónicos de Melito, Orígenes, Jerónimo y el Talmud.<br />

CAPITULO 1

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!