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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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degradante que las personas de la categoría más alta actuaran como espías en el campo del enemigo. Así hizo Gedeón<br />

en esta ocasión. Fué ordenada esta misión por Dios, quien quería que Gedeón oyese algo que le animase a él y a su<br />

tropa. 11. al principio de la gente de armas que estaba en el campo—“armado”, quiere decir incorporado bajo los<br />

cinco oficiales establecidos por las leyes y costumbres ordinarias de los campamentos. El campamento parece haber<br />

estado sin defensas, pues Gedeón no tuvo dificultad en llegar hasta allí y escuchar una conversación. 12. Madián, y<br />

Amalec, y todos los orientales, estaban tendidos en el valle como langostas en muchedumbre, y sus camellos eran<br />

innumerables—Una descripción gráfica de un campamento árabe. Estaban echados envueltos en sueño, o<br />

descansando del pillaje del día, con sus camellos en derredor. 13. soñé un sueño: que veía un pan de cebada que<br />

rodaba hasta el campo de Madián—Este fué un sueño característico y muy expresivo para un árabe en tales<br />

circunstancias. El rodar colina abajo y dar con las carpas y trastornarlas, naturalmente bastante lo asociaba en su<br />

mente con la posición y la esperada arremetida del capitán israelita. La circunstancia del pan también tenía su<br />

significado. La cebada usualmente era el alimento de los pobres y de los animales; pero probablemente por la<br />

destrucción de las cosechas por los invasores, las multitudes estaban reducidas a las raciones escasas y pobres. 15.<br />

como Gedeón oyó la historia del sueño y su interpretación, adoró—El incidente tuvo su origen en la suprema<br />

providencia de Dios, y Gedeón, por su expresión de gratitud, así lo consideró. En su mente como en la de sus<br />

seguidores, produjo el efecto deseado, el de impartir nueva animación e impulso a su patriotismo.<br />

16–24. SU ESTRATEGIA CONTRA MADIAN. 16. repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones—El<br />

objeto al dividir sus fuerzas fué, para que pareciese que estaban envolviendo al enemigo. Los cántaros estaban vacíos<br />

para esconder las teas, y eran de barro, fáciles de romperse. La repentina llamarada de las luces levantadas en alto, el<br />

fuerte eco de las trompetas y la gritería de Israel, siempre terrible (Números 23:21), y ahora más terrible que nunca por<br />

palabras tan sorprendentes, rompieron la paz de medianoche; y los que estaban dormidos despertaron. Israel no dió<br />

ningún golpe, pero el enemigo echó a correr tumultuosamente, lanzando los gritos salvajes y discordantes tan<br />

peculiares de la raza árabe. Pelearon indistintamente, sin conocer enemigo ni amigo. Siendo general el pánico, pronto<br />

huyeron precipitadamente, dirigiendo su huída hacia el bajo Jordán, al pie de las montañas de Efraim, a los lugares<br />

llamados “casa de acacia” y “pradera de danza”. 23. juntándose los de Israel—Estos eran evidentemente los que<br />

habían sido despedidos, quienes habiendo esperado a cierta distancia de la escena de contienda, ahora con<br />

entusiasmo se unen a la persecución hacia el sudoeste por el valle. 24. Gedeón también envió mensajeros a todo el<br />

monte de Ephraim—Los efraimitas estaban al sur y fácilmente podían prestar ayuda oportuna. Descended al<br />

encuentro de los Madianitas y tomadles las aguas hasta Beth‐bara—(véase cap. 3:28)—Esos eran los vados<br />

septentrionales del Jordán, al este‐nordeste del wadi Maleh. juntos todos los hombres de Ephraim, tomaron las<br />

aguas de Beth‐bara—Siguió un nuevo conflicto, en el cual fueron capturados dos jefes de poca importancia, y fueron<br />

muertos en los mismos lugares en donde fueron capturados. [PAG. 207] Los lugares recibieron los nombres de estos<br />

jefes: Oreb, “el Cuervo”, y Zeeb, “el Lobo”, nombres apropiados para los jefes árabes.<br />

CAPITULO 8<br />

Vers. 1–9. LOS EFRAIMITAS OFENDIDOS, PERO CONCILIADOS. 1. los de Ephraim le dijeron: ¿Qué es esto<br />

que has hecho con nosotros? No se puede precisar cuándo fué hecha la queja, si antes o después de cruzar el Jordán.<br />

Por la derrota del enemigo nacional, los efraimitas se beneficiaron tanto como cualquiera de las tribus vecinas. Pero<br />

ofendidos por no haber participado en la gloria de la victoria, los hombres principales no pudieron acallar su vanidad<br />

herida. La ocasión sólo sirvió para sacar a luz los viejos sentimientos de rivalidad celosa que persistía entre las tribus<br />

(Isaías 9:21). El descontento fué sin fundamento, porque Gedeón obró según órdenes divinas, y, además. como la tribu<br />

de ellos era colindante con la de Gedeón, ellos habrían podido ofrecer voluntariamente sus servicios en un<br />

movimiento contra el enemigo común, si hubieran estado inspirados por la misma llama de celo patriótico. 2, 3. El<br />

respondió: ¿Qué he hecho yo ahora como vosotros? Su contestación mansa y verdaderamente modesta manifiesta el<br />

espíritu de un hombre grande y bueno, que supo mantenerse calmado y tranquilo en medio de escenas excitadoras.<br />

Logró echar aceite en aguas turbadas (Proverbios 16:1), y no es de asombrarse, porque en la más grande abnegación<br />

de sí mismo, él atribuye a sus hermanos quejosos una porción de mérito y gloria que le pertenecía a él mismo (1<br />

Corintios 13:4; Filemón 2:3). 4. Vino Gedeón al Jordán para pasar—exhaustos, pero ansiosos de continuar la<br />

persecución hasta completar la victoria. 5. dijo a los de Succoth—es decir, un lugar de carpas o tiendas. El nombre<br />

parece que se aplicaba a toda la parte este y oeste del valle del Jordán, perteneciente a la tribu de Gad (cf. Génesis<br />

33:17; 1 Reyes 7:46, con Josué 13:27). Ocupado como estaba en la causa común de todo Israel, él tenía derecho a<br />

esperar el apoyo y aliento de sus compatriotas en todas partes. 6. los principales de Succoth respondieron: ¿Está ya<br />

la mano de Zeba y Zalmunna en tu mano?—Respuesta insolente y complaciente; insolente, porque indicaba una

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