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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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precio (2 Crónicas 1:16, 17). Así es redimida la novia del Egipto espiritual por el verdadero Salomón (Isaías 51:1; 1<br />

Pedro 1:18, 19). Pero la liberación de Faraón en el Mar Rojo concuerda con la alusión hecha al tabernáculo (caps. 1:5;<br />

3:6, 7); con razón se pone al principio del llamado de Cristo. El ardor y la hermosura de la novia forman el punto de<br />

comparación; (v. 4) “correremos;” (v. 5) “codiciable,” eso es, hermosa. También, como los caballos de Faraón, ella<br />

forma una gran compañía (Apocalipsis 19:7, 14). Como Jesucristo es tanto Pastor como Conquistador, así los creyentes<br />

son no sólo ovejas suyas, sino también, como Iglesia militante ahora, sus carros y caballos (cap. (6:4). 10. pendientes—<br />

(Ezequiel 16:11, 12, 13.) Olerius dice; Las mujeres pérsicas llevan dos o tres filas de perlas sobre la cabeza, que caen<br />

desde la frente por ambas mejillas y debajo de la barba, de modo que la cara parece estar encajada en perlas (Ezequiel<br />

16:11).<br />

[PAG. 533] La comparación a caballos (v. 9) infiere la energía vital de la novia; este versículo, sus gracias excelsas<br />

(Proverbios 1:9; 4:9; 1 Timoteo 2:9; 2 Pedro 1:5); 11. haremos—nosotros: la Trinidad, inferida por el Espíritu Santo,<br />

estuviese así o no en la mente del escritor de Cantares (Génesis 1:26; Proverbios 8:30; 30:4). “Los judíos reconocieron a<br />

Dios por rey, y al Mesías por rey, al interpretar Cantares, pero no supieron que los dos son uno.” (Leighton.)<br />

“Haremos”—no meramente “daremos” (Efesios 2:10). de oro … de plata—El Señor se deleita en dar más “al que tiene”<br />

(Mateo 25:29). La corona de su obra la hace en nosotros (Isaías 26:12). Los “zarcillos” aquí son equivalentes a<br />

“pendientes” (v. 10), pero aquí, el Rey parece completar la vestidura de ella, añadiendo una corona de oro con clavos<br />

de plata, como en Esther 2:17. Corona o guirnalda así real como nupcial. El vocablo hebreo para esposa es la coronada<br />

(cap. 4:8; Ezequiel 16:12; Apocalipsis 2:10). La corona se da una vez en la conversión, en título, pero después en<br />

sensible posesión (2 Timoteo 4:8). 12. mientras—Es la presencia del Sol de Justicia lo que hace posibles las aromas de<br />

gracia del creyente. Fué su presencia en la mesa lo que hizo que dos mujeres sacasen para él sus ungüentos (Lucas<br />

7:37, 38; Juan 12:3; 2 Corintios 2:15). Cumplido históricamente en Mateo 2:11; espiritualmente en Apocalipsis 3:20; en<br />

el culto, en Mateo 18:20; y en la cena del Señor especialmente, porque la comunión pública de la Iglesia con él en la<br />

mesa entre sus amigos se menciona, pues el v. 4 se refiere a la comunión privada (1 Corintios 10:16, 21); típicamente<br />

(Exodo 24:9–11); el perfecto cumplimiento futuro (Lucas 22:30; Apocalipsis 19:9). La alegoría supone que el Rey ha<br />

terminado sus migraciones y está sentado con sus amigos en el diván. ¡Qué gracia el que se prepare para nosotros una<br />

mesa mientras aún militamos (Salmo 23:5)! mi nardo—No se jacta, pero reconoce por suya la gracia del Señor que<br />

obra en ella. Se regocija de que él se complazca de estas gracias (Filipenses 4:18). El nardo es una hierba común,<br />

emblema de la humildad. 13. manojito de mirra—preciosura (griego) abundante (1 Pedro 2:7). Un poquito siquiera de<br />

mirra era costoso; tanto más un manojito (Colosenses 2:9). Burrowes lo entiende por perfumador lleno de mirra<br />

líquida; el líquido obtenido por incisión daba a la planta su principal valor. que reposa—es la mirra lo que guarda en<br />

su seno, no el amado, así como el ramo de copher en las viñas (v. 14). 14. Racimo—Jesucristo es uno, pero múltiple en<br />

sus gracias. copher—o ciprés; acaso la alheña, cuyas flores olorosas crecen en racimos, de color blanco y amarillo<br />

confundidos; la corteza es oscura, y las hojas verde claro. Con ella las mujeres se adornan. La hermosura de Jesucristo.<br />

viñas—que viene con respecto a aquel que es “la vid”. El nardo era para el banquete (v. 12); la mirra quedaba en su<br />

seno continuamente (v. 13); el copher está en medio de las bellezas naturales, eclipsadas con todo por la hermosura del<br />

un Racimo el Señor Jesús preeminentemente sobre todas ellas. Engadi—En la Palestina Sur, cerca del Mar Muerto<br />

(Josué 15:62; Ezequiel 47:10), famosa por sus arbustos aromáticos. 15. hermosa—El discierne la hermosura de la que<br />

dijo: “Soy morena (negra)” (v. 5), a causa del pacto perpetuo (Salmo 45:11; Isaías 62:5; Efesios 1:4, 5). ojos de paloma—<br />

grandes y hermosos en las palomas de Siria. Los rasgos prominentes de su hermosura (Mateo 10:16), la mansedumbre,<br />

inocencia, y constante amor, emblema del Espíritu Santo, quien nos cambia en su propia semejanza (Génesis 8:10, 11;<br />

Mateo 3:16). Otra clase diferente de ojos (Salmo 101:5; Mateo 20:15; 2 Pedro 2:14). 16. La respuesta de la novia. Se atreve a<br />

llamarle amado, porque él así la llama a ella primero. Me llamas “hermosa;” si lo soy, no es de mí misma, todo es de ti<br />

(Salmo 90:17); pero Tú eres hermoso en tu propia virtud (Salmo 45:2). suave—(Proverbios 3:17) para con tus amigos (2<br />

Samuel 1:26). lecho … florido—el césped verde donde se sientan el Rey y su novia “para descansar a mediodía.” Así<br />

se le concede su petición del v. 7; un oasis verde en el desierto, que se halla siempre cerca de los manantiales en<br />

Oriente (Salmo 23:2; Isaías 41:17–19). El escenario es un quiosco, casa de verano. Históricamente, el descanso literal del<br />

Niño de Belén y de sus padres sobre el pasto verde recogido para el ganado (Lucas 2). florido—verde. Aquí hay una<br />

alusión incidental a la ofrenda, en el v. 15 (Lucas 2:24). De modo que el “cedro” y “ciprés” se refieren al templo (1<br />

Reyes 5:6–10; 6:15–18), tipo del templo celestial (Apocalipsis 21:22). 17. nuestra casa—Cf. nota del v. 16; pero en<br />

primer orden, el quiosco (Isaías 11:10), “el descanso de él.” El cedro es agradable a la vista y al olfato; duro, y nunca<br />

destruído por los gusanos. ciprés—también fuerte, duradero, y fragante, de un color rojizo. (Gesenius, Weiss y<br />

Maurer.) En contraste con las “tiendas” nómadas (v. 5), su casa es “nuestra casa” (Salmo 92:13; Efesios 2:19; Hebreos<br />

3:6). La unidad perfecta de él con la novia (Juan 14:20; 17:21). Hay el resguardo del techo principesco, del calor del sol

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