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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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163<br />

observancias no están prescritas en la ley, aunque existían en la práctica de tiempos posteriores. El principio del mes<br />

se conocía, no por cálculos astronómicos, sino, según los escritores judíos, por el testimonio de mensajeros nombrados<br />

para que miraran la primera aparición visible de la luna nueva, y luego el hecho se anunciaba por todo el país por<br />

medio de fogatas encendidas en la cumbre de las montañas. Como las festividades de la luna nueva eran comunes<br />

entre los paganos, es probable que un propósito importante de la institución de ellas en Israel era el de dar a las<br />

mentes de aquel pueblo una orientación major; y suponiéndose que éste fuera uno de los objetos propuestos, se<br />

explicará por qué uno de los cabritos era ofrecido a Jehová (v. 15), y no a la luna, como se hacía entre los egipcios y<br />

sirios. El sábado y la luna nueva se mencionan frecuentemente juntos. 16–25. en el mes primero, a los catorce del mes<br />

será la pascua—La ley para esta gran fiesta anual ya había sido dada (Levítico 23:5), pero aquí se introducen algunos<br />

detalles, pues ciertas ofrendas especificadas son prescritas para ser hechas en cada uno de los siete días del pan sin<br />

levadura. 26, 27. el día de las primicias … ofreceréis en holocausto—Un sacrificio nuevo se manda aquí para la<br />

celebración de esta fiesta, además de la otra ofrenda, que había de acompañar las primeras frutas. (Levítico 23:18).<br />

CAPITULO 29<br />

Vers. 1–40. <strong>LA</strong> OFRENDA EN <strong>LA</strong> FIESTA <strong>DE</strong> TROMPETAS. 1. el séptimo mes—del año eclesiástico, pero el<br />

primero del año civil, correspondiente a nuestro septiembre. Era, en efecto, el Día de Año Nuevo, el cual se celebraba<br />

entre los hebreos y otras naciones contemporáneas con grande festividad y gozo, y era introducido con un son de<br />

trompetas. Tenía esta ordenanza por objeto el dar un carácter religioso a la ocasión asociándola con observancias<br />

solemnes. (Comp. Exodo 12:2; Levítico 23:24). os será día de sonar trompetas—Esto era un preparativo solemne para<br />

las fiestas sagradas, mayor número de las cuales se celebraban en este mes que en otra estación alguna del año.<br />

Aunque la institución de esta fiesta fué descrita antes, aquí hay más particularidad en cuanto a lo que había de<br />

comprender la ofrenda quemada, y, además de ello, se prescribe una ofrenda por el pecado. Las ofrendas especiales,<br />

señaladas por ciertos días, no tendrían que impedir las ofrendas generalmente requeridas en estos días, porque en el<br />

v. 6. se dice que las ofrendas diarias, como también las del primer día del mes, tendrían que verificarse en su curso<br />

ordinario. 7–11. en el día diez de este mes séptimo tendréis santa convocación—Este era el gran día de la expiación.<br />

Su institución, junto con la observancia a la cual aquel día era dedicado, ya fué descrita. (Levitico 16:29, 30). Pero<br />

ofrendas adicionales parece que son indicadas; es decir, el grande sacrificio de animales para una expiación general, el<br />

cual era “olor de suavidad” a Jehová, y la ofrenda por los pecados que se entremezclasen con los servicios del día. Las<br />

prescripciones en este pasaje parecen suplementarias de la declaración anterior en Levítico. 12–34. a los quince días<br />

del mes séptimo—había de celebrarse la fiesta de los tabernáculos. (Véase Levítico 23:34, 35). La fiesta había de durar<br />

siete días, el primero y el último de los cuales habían de guardarse como sábados, y una ofrenda particular se<br />

prescribía para cada día, cuyos detalles son dados con una claridad adaptada al estado infantil de la iglesia. Dos cosas<br />

merecen notarse: primero, que esta fiesta se distinguía por una cantidad mayor y más variada de sacrificios que<br />

cualquiera otra fiesta, en parte, porque, cayendo al fin del año, podría tener el propósito de suplir algunas deficiencias<br />

pasadas; en parte, porque inmediatamente después de la cosecha de frutos, debería haber un reconocimiento liberal; y<br />

en parte, tal vez, porque Dios consideraba la debilidad del hombre; quien naturalmente se cansaba tanto del gasto<br />

como de la labor de tales servicios, cuando se continúan largamente, y los hacía cada día menos trabajosos y menos<br />

costosos. (Patrick). En segundo lugar, se notará que los sacrificios variaban en razón progresiva de decrecimiento cada<br />

día. 18. conforme a la ley—según el orden del ritual señalado por autoridad divina: la de las ofrendas de comestibles<br />

(vv. 2–10), y de [PAG. 147] ofrendas de bebidas. (Véase cap. 28:7, 14). 35–40. El octavo día tendréis solemnidad—La<br />

fiesta de los tabernáculos llegaba a su fin en el día octavo, el cual era el día grande. (Juan 7:37). Andemás de los<br />

sacrificios de rutina común, había ofrendas especiales señaladas para ese día, aunque éstas eran eran menos que en<br />

cualquiera de los días anteriores; y había también, como era natural en aquella ocasión, cuando inmensas multitudes<br />

se renunían para solemnes fines religiosos, muchas donaciones y servicios espontáneos, de suerte que había carta<br />

blanca para el ejercicio de un espíritu devoto en el pueblo, tanto para su obediencia en cuanto a las ofrendas<br />

establecidas por lev como para la presentación de las que se hacían voluntariamente o por consecuencia de votos. 39.<br />

Estas cosas ofreceréis a Jehevá en vuestras solemnidades—Por las declaraciones hechas en este capítulo y el anterior,<br />

aparece que las ofrendas anuales hechas ante el altar a expensas públicas, sin tener en cuenta el número inmenso de<br />

votos voluntarios y ofrendas pro el pecado, se calculaban en las cifras siguientes: cabras, 15; cabritos, 21; carneros, 72;<br />

buyes, 132; corderos, 1.101; suma total de animales sacrificados a expensas públicas, 1.241. Esto, naturalmente,<br />

excluyendo el número prodigioso de corderos sascrificados en la pascua, el cual, en tiemnos posteriores, segun Josefo,<br />

llegaban en un solo año al número inmenso de 255.600.<br />

CAPITULO 30

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