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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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que su esperanza es falaz. 45–48. A la liberación del oprobio, imbuida en la verdad de Dios, se le agrega “gran<br />

franqueza en la fe,” acompañada con creciente deleite en la santa ley misma. 48. alzare … manos a tus<br />

mandamientos—Orando siempre (28:2) dirigiré mi corazón para guardar tus mandamientos.<br />

49–51. La confianza en las promesas consuela a los que son afligidos y escarnecidos por los insolentes. 49. en la<br />

cual—Más bien, “Acuérdate … porque me has hecho.” Así lo requiere el hebreo. (Hengstenberg). 50. Léase: “Mi<br />

consuelo en mi aflicción es, que tu dicho (palabra) me ha vivificado.” (Maurer). Lo que la palabra ya ha hecho es<br />

garantía de lo que hará aún. 52–56. Los piadosos, impedidos y afligidos por la impiedad de los que rechazan la ley de<br />

Dios, se consuelan recordando que los grandes principios de la verdad divina permanecerán a pesar de todo; y<br />

también los “juicios antiguos” (v. 52) de Dios, es decir sus pasadas interposiciones a favor de su pueblo, son arras de<br />

que otra vez intervendrá para librarlos; y éstas llegan a ser el tema de constante y deleitosa meditación. Cuanto más<br />

guardamos la ley de Dios, tanto más la amamos. 53. Horror Más bien, “vehemente ira.” (Hengstenberg.) 54.<br />

Cánticos—como el desterrado canta sus canciones hogareñas (137:3), así el hijo de Dios, “extranjero en la tierra,”<br />

entona los cánticos del cielo, su verdadero hogar (39:12). En tiempos antiguos, las leyes se redactaban en verso, a fin<br />

de grabarlas lo más posible en la memoria del pueblo. Así pues, las leyes de Dios son canciones del creyente. mansión<br />

de mis peregrinaciones—la vida presente (Génesis 17:8; 47:9; Hebreos 11:13). 56. esto tuve, etc.—Más bien, “Esto es<br />

peculiarmente mío, el que (no porque) he guardado tus preceptos.” (Hengstenberg).<br />

57–60. Sinceros deseos del favor de Dios, la humildad y la actividad, evidencian de veras la sinceridad de los que<br />

profesan haber hallado en Dios su felicidad (Números 18:20; Salmo 16:5; Lamentaciones 3:24). 58. Tu presencia—lit.,<br />

tu rostro, tu favor (45:12). 59. Consideré—así como el hijo pródigo, ya en la estrechez de la miseria (Lucas 15:17, 18).<br />

61, 62. Y tanto más así, si la oposición de los enemigos, o el amor al sosiego queda vencido con honrar así la ley de<br />

Dios. me han robado—mejor me han rodeado, o con restricciones forzosas como grillos o con las cuerdas de sus redes.<br />

Hengstenberg traduce “lazos de impíos.” 62. A media noche—Hengstenberg supone una referencia al tiempo cuando<br />

el Señor salió a matar a los primogénitos egipcios (Exodo 11:4; 12:29; cf. Job 34:20). Antes se refiere a las alabanzas y<br />

oraciones nocturnas del salmista mismo. Cf. Pablo y Silas (Hechos 16:25; cf. Salmo 63:6). 63. La comunión de los<br />

santos. El deleitarse en la compañía de ellos es evidencia de pertenecerles (16:3; Amós 3:3; Malaquías 3:16). 64.<br />

Resistidos por los impíos, y resistiéndolos a ellos, los piadosos se deleitaban en los que temen a Dios, pero después de<br />

todo, esperan el favor y la dirección no confiados en merecimiento alguno sino en la misericordia.<br />

[PAG. 487] 65–67. La confianza en las promesas (v. 49) es fortalecida por la experiencia de tratos anteriores<br />

conforme a las promesas, y por las oraciones elevadas en medio de la humillación. 66. Enséñame—“el buen juicio y<br />

conocimiento,” es decir, en tu palabra (para poder profundizar su espiritualidad); porque la expresión<br />

correspondiente (vv. 12, 64, 68), es “Enséñame tus estatutos.” 67. Hengstenberg lo hace referir al efecto purificador<br />

producido en las mentes de los judíos por el cautiverio (Jeremías 31:18, 19). Es una verdad general (Job 5:6; Juan 15:2;<br />

Hebreos 12:11). 68. Referente al Señor Jesús, cf. Hechos 10:38. 69, 70. La astuta malicia que la calumniaba, lejos de<br />

apartarlo de la palabra de Dios, le ata en más estrecha unión a ella. Los malévolos son demasiado estúpidos para<br />

poder apreciar la palabra de Dios. Contra mí—Hengstenberg hace referir la “mentira” a las calumnias dichas contra<br />

los judíos durante el cautiverio, como la de los sediciosos (de Esdras 4). engrasóse … sebo—“El corazón de ellos está<br />

gordo como la grasa,” denota insensibilidad espiritual (17:10; 73:7; Isaías 6:10). 71, 72. La aflicción de cualquier suerte<br />

obra como una disciplina salutífera, que hace que los piadosos aprecien en más alto grado la verdad y las promesas de<br />

Dios.<br />

73. Como Dios nos hizo, así puede él gobernarnos. Cuanto a Israel, él dabe a Dios toda su existencia misma tanto<br />

la interna como la externa (Deuteronomio 32:6). 74. De modo que cuando haya hecho que confiemos en su verdad,<br />

hará que seamos para la alabanza de su gracia de parte de otros. “Los que te temen se alegrarán” de mi prosperidad,<br />

conforme consideren como suya la causa mía (34:2; 142:7). 75–78. fidelidad—sin violar tu fidelidad en lo más mínimo;<br />

porque mis pecados merecían el castigo, y yo necesitaba del castigo paternal. Si se soporta el castigo con filial calma<br />

(Hebreos 12:6–11), se verificarán las promesas de misericordia de Dios (Romanos 8:28), y él dará el consuelo en la<br />

tristeza (Lamentaciones 3:22; 2 Corintios 1:3, 4). 77. Vengan a mí. etc.—porque no me puedo allegar a ellas. Pero los<br />

impíos serán confundidos. 78. meditaré en tus mandamientos—o preceptos: y así no seré “avergonzado.” 79, 80. Los<br />

que pudieron haber creído que las aflicciones del salmista (o de Israel) eran evidencia de su rechazo por Dios,<br />

entonces serán inducidos a allegarse a Dios; como lo hicieron los amigos de Job cuando éste fué restablecido, el que<br />

anteriormente llegó, a causa de sus desgracias, a dudar de la realidad de su religión. íntegro—perfecto, sincero.<br />

avergonzado—desilusionado en mi esperanza de la salvación.

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