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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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altura de unos 255 metros, y separados por un valle verde, del ancho de unos 455 metros. El pueblo de Israel fué<br />

dividido aquí en dos partes. Sobre el monte Gerizim (hoy Jébel‐et‐Tur) estaban colocados los descendientes de Raquel<br />

y Lea, las dos mujeres principales de Jacob, y a ellos fué dado la función más agradable y honorable, de pronunciar las<br />

bendiciones; mientras que sobre el monte mellizo de Ebal (ahora Imad‐el‐Deen) fueron puestos los descendientes de<br />

las dos esposas secundarias Zilpa y Bilha, con los de Rubén, quien había perdido la primogenitura, y Zabulón, el hijo<br />

menor de Lea; a éstos fué dado el deber, necesario pero penoso, de pronunciar las maldiciones (véase Jueces 9:7). La<br />

ceremonia puede haberse celebrado en las estribaciones más bajas de las montañas, donde se acercan más entre sí; y el<br />

orden observado sería como sigue: Entre la expectativa silenciosa de la solemne asamblea, los sacerdotes rodeando el<br />

arca en el valle abajo, dijeron en voz alta, mirando hacia Gerizim: “Bendito el hombre que no hace imagen de<br />

fundición”, mientras el pueblo formado sobre aquel monte respondía con fuertes exclamaciones simultáneas:<br />

“Amén”. Entonces dirigiéndose hacia Ebal, gritaron: “Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de<br />

fundición”, a lo cual los que cubrían aquella sierra, contestaron: “Amén”. El mismo proceder en cada pausa, era<br />

seguido con todas las bendiciones y maldiciones (Véase Josué 8:33, 34). Estas maldiciones acompañantes de la<br />

desobediencia a la voluntad divina, se dan en la forma de una declaración, y no en la de un deseo, pues las palabras<br />

deberían traducirse: “Maldito es el que …” y no: “Maldito sea el que …”<br />

CAPITULO 28<br />

Vers. 1–68. <strong>LA</strong>S BENDICIONES POR <strong>LA</strong> OBEDIENCIA. 1. si oyeres diligente la voz de Jehová tu Dios—En este<br />

capítulo se enumeran las bendiciones y maldiciones extensamente y con varios detalles minuciosos, de modo que a la<br />

entrada de los israelitas en la tierra prometida, todo su destino estaba puesto delante de ellos, pues había de resultar<br />

de su obediencia o de lo contrario. 2–6. vendrán sobre ti todas estas bendiciones—su obediencia nacional había de<br />

ser recompensada por una prosperidad extraordinaria y universal. 7. por siete caminos huirán delante de ti—i. e,. en<br />

direcciones diferentes, como siempre sucede en una derrota. el nombre de Jehová es llamado sobre ti—i. e., que son<br />

en realidad su pueblo (cap. 14:1; 26:18). 11. te hará Jehová sobreabundar en bienes—Además de las capacidades<br />

naturales de Canaán, su fecundidad extraordinaria se debía a la bendición especial de Dios. 12. Abrirte ha Jehová su<br />

buen depósito—La abundancia oportuna de las lluvias tempranas y tardías fué uno de los medios principales por los<br />

cuales su tierra era tan extraordinariamente fructífera. prestarás a muchas gentes, y tú no tomarás emprestado—i. e.,<br />

tú estarás en circunstancias tan abundantes, como para ser capaz, de entre tu riqueza superflua, de dar ayuda a tus<br />

vecinos más pobres que tú. 13, 14. por cabeza y no por cola—forma oriental de expresión, que significa la posesión de<br />

poder independiente y gran dignidad y excelencia reconocida (Isaías 9:14; 19:15). 15–20. si no oyeres la voz de<br />

Jehová—Ahora se enumeran las maldiciones que habían de seguirlos en caso de desobediencia, y ellas son casi las<br />

contrapartes exactas a las bendiciones descritas en el contexto anterior, como recompensa de la adhesión fiel al pacto.<br />

21. pestilencia—alguna epidemia fatal; pero no hay motivo para pensar que se refiera a la plaga, que es el azote más<br />

grande del Oriente. 22. tisis—enfermedad agotadora; pero la tisis europea es casi desconocida en Asia. fiebre … ardor<br />

… calor—Estas palabras evidentemente se refieren a las dolencias febriles que son de carácter maligno y de mucha<br />

frecuencia en Oriente, cuchillo—más bien, “sequedad”, el efecto en el cuerpo de enfermedades tan violentas.<br />

calamidad repentina y con añublo—dos influencias atmosféricas fatales a los granos. tus cielos … metal … la tierra<br />

hierro—fuertes figuras orientales usadas para describir los efectos de sequías prolongadas; y esta falta de la lluvia<br />

regular y oportuna se considera por los observadores más inteligentes, una causa principal de la actual esterilidad de<br />

Palestina. 24. por la lluvia a tu tierra polvo y ceniza—Una alusión probablemente a los efectos terribles de los ciclones<br />

en Oriente, que, levantando la arena en inmensas columnas torcidas, las lanzan con la furia de una tempestad. Estas<br />

arenas movedizas son destructivas para la tierra cultivada; y como consecuencia de su intrusión, muchas regiones una<br />

vez fértiles en Oriente, ahora son desiertos estériles. 27. la plaga de Egipto—una erupción molesta, señalada por<br />

tumorcillos rojizos, a la cual, en tiempo de la subida del Nilo, están propensos los egipcios. sarna—escorbuto<br />

comezón—picazón; enfermedad conocida bajo este nombre; pero es mucho más maligna en Oriente de lo que vemos<br />

en esta parte del mundo. 28. con locura, y con ceguedad y con pasmo de corazón—estarían perplejos y paralizados de<br />

terror, por lo extenso de sus calamidades. 29–33. palparás al mediodía—una descrípción general de la penosa<br />

incertidumbre en la cual vivirían. Durante la edad media los judíos eran ahuyentados de entre la sociedad, a<br />

escondites que ellos temían abandonar, por no saber desde qué parte serían atacados, y sus hijos arrastrados al<br />

cautiverio del cual ningún amigo podría rescatar ni ningún dinero [PAG. 176] redimir. 35. Herirte ha Jehová con<br />

maligna pústula en las rodillas y en las piernas—Esta es una descripción exacta de la elefantíasis, horrible<br />

enfermedad, algo parecida a la lepra, que ataca principalmente a las piernas. 36. Jehová llevará a ti y a tu rey—Esto

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