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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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401<br />

tenía fijo su ojo en muchos períodos de la historia nacional, cuando el pueblo estaba en el estado descrito, estado de<br />

pobreza e ignorancia espirituales, y manifestaba su resultado natural por la anarquía extensa, la disensión mutua<br />

entre las tribus, y el sufrimiento general (Jueces 9:23; 12:4; 20:21; 2 Crónicas 13:17). Dios permitía que estas<br />

calamidades les acontecieran como castigo de su apostasía. El propósito de Azarías en estas observaciones era el de<br />

establecer la verdad de su consejo (v 2), y las amenazas, en caso de que lo descuidasen, presentándoles el curso<br />

uniforme del divino proceder para con Israel, como manifestado manifestado en todos los períodos de su historia; y<br />

entonces, después de esta apelación a la experiencia nacional, concluyó con una ardiente exhortación al rey a que<br />

prosiguiera con la obra de reforma tan bien empezada. 7. Esforzaos empero vosotros—Firme resolución y energía<br />

indomable harían falta para enfrentarse a la oposición que hallarían sus medidas de reforma. salario hay para vuestra<br />

obra—es decir, lo que hagáis para la causa y para la gloria de Dios, seguramente será seguido por los resultados más<br />

felices para vosotros y vuestros súbditos. 8. como oyó Asa las palabras y profecía de Obed profeta—La inserción de<br />

estas palabras: “de Obed profeta”, generalmente se consideran como una corrupción del texto. fué confortado—<br />

Alentado por el discurso oportuno y piadoso de Azarías, Asa vino a ser reformador más celoso que nunca, empleando<br />

toda su autoridad real e influencia para extirpar todo vestigio de idolatría de la tierra. y de las ciudades que él había<br />

tomado en el monte de Ephraim—El habría podido adquirir estas ciudades, la conquista de las cuales no se menciona<br />

(cap. 17:2); pero se supone comúnmente que la referencia es a las ciudades que había tomado su padre Abías en<br />

aquella región (cap. 13:19). reparó el altar de Jehová … delante del pórtico—es decir, el altar de los holocaustos.<br />

Como esto fué hecho en o cerca del décimo quinto año del reinado de este piadoso rey, la renovación debe haber<br />

consistido en algunas reparaciones espléndidas, o embellecimientos, que lo hiciesen parecer como una nueva<br />

dedicación, y en una reconstrucción de un altar temporal, como aquel de Salomón (cap. 7:7), para sacrificios<br />

extraordinarios que serían ofrecidos en una ocasión próxima venidera. 9–15. hizo juntar a todo Judá y Benjamín—No<br />

satisfecho con estas medidas menores de purificación y mejoramiento, Asa meditó un gran plan que había de<br />

empeñar a todo su reino para completar la obra de reforma, y con estas miras esperó una asamblea general del<br />

pueblo. con ellos los extranjeros de Ephraim, y de Manasés—La población del reino de Asa había aumentado<br />

grandemente por el gran influjo de extranjeros, quienes, impulsados por motivos de interés o de piedad, buscaban en<br />

sus dominios aquella seguridad y libertad que no podían disfrutar entre las complicadas dificultades que perturbaban<br />

a Israel. de Simeón—Aunque una porción de aquella tribu, radicada dentro del territorio de Judá, eran ya súbditos<br />

del reino del sur, el cuerpo general de los simeonitas se habían juntado para formar el reino del norte de Israel. Pero<br />

muchos de ellos ahora volvían por su propia voluntad. 10. el mes tercero—Cuando se celebraba la fiesta de<br />

Pentecostés, la cual en esta ocasión se festejaba en Jerusalem con un sacrificio extraordinario de 700 bueyes y 7.000<br />

ovejas, siendo ofrecidos los despojos de los etíopes; y los adoradores reunidos entraron con grande y santo<br />

entusiasmo en un pacto nacional de que “buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su<br />

alma”; y al mismo tiempo, de que ejecutarían con vigor las leyes que hicieron que la idolatría fuese punible por la<br />

muerte (Deuteronomio 17:2–5; Hebreos 10:28). El pueblo testificó una satisfacción sin límite con este importante<br />

movimiento religioso, y su influencia moral se veía en la promoción de la piedad, el orden y la tranquilidad por todo<br />

el país. 18. lo que su padre había dedicado—Probablemente parte del botín tomado en la victoria sobre Jeroboam,<br />

pero que, aunque dedicado, hasta ahora no había sido presentado. y lo que él había consagrado—Del botín tomado a<br />

los etíopes. Estos dos ahora fueron depositados en el templo como ofrendas votivas a él cuya diestra y brazo santo les<br />

había dado la victoria.<br />

CAPITULO 16<br />

Vers. 1–14. ASA, POR LIGA CON LOS SIRIOS, DISTRAE A BAASA <strong>DE</strong> EDIFICAR A RAMA. 1–6. En el año<br />

treinta y seis del reinado de Asa, subió Baasa—Baasa había muerto varios años antes de esta fecha (1 Reyes 15:33), y<br />

los mejores críticos bíblicos están de acuerdo en considerar esta fecha como calculada desde la separación de los<br />

reinos, y coincidente con el año décimo sexto del reinado de Asa. Este modo de calcular era, en toda probabilidad.<br />

Seguido generalmente en el libro de los reyes de Judá e Israel, los anales públicos de los tiempos (v. 11), la fuente de<br />

donde sacó el historiador inspirado sus datos. Baasa … edificó a Rama—es decir, la fortificó. La bendición de Dios,<br />

que manifiestamente reposaba en este tiempo sobre el reino de Judá, la victoria señalada de Asa, la libertad y pureza<br />

del culto religioso, y la fama del reciente pacto nacional, eran mirados congran interés por todo Israel, y atraían un<br />

número constantemente creciente de inmigrantes hacia Judá. Alarmado Baasa ante este movimiento, resolvió<br />

detenerlo; y como el camino principal para Jerusalem pasaba por Rama, hizo un fuerte militar en aquella ciudad<br />

fronteriza, a unos nueve y medio kilómetros [PAG. 345] de la capital de Asa, donde la vigílancia de sus centínelas<br />

prevendría eficazmente todo pasaje a través de la frontera del reino (véase 1 Reyes 15:16–22; Jeremías 41:9). 4. Ben‐<br />

adad … envió los capitanes de sus ejércitos … y batieron … Abel‐maim—“Prado de aguas”, se supone que estaba

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