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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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en los serafines la humildad de tal manera que se cubren el rostro delante de él. En el relato de Ezequiel, los<br />

querubines de que habla, ejecutan los mandamientos divinos. El rostro expresa su inteligencia; las alas su rapidez en<br />

cumplir la voluntad de Dios. El Shekinah, o llama, que significaba la presencia de Dios. y la palabra escrita. JEHOVA,<br />

ocupaban el espacío existente entre los querubines. Génesis 4:14, 16; y 3:24 (“puesto”, propiamente, “poner en un<br />

tabernáculo”), que los querubines fueron designados, al caer en pecado el primer hombre, como símbolos de la<br />

presencia de Dios en un lugar consagrado, y que allí debía adorarlo el hombre. En la [PAG. 745] dispensación<br />

patriarcal, cuando el diluvio había causado la mudanza de los querubines del Edén, los serafines o terafines (dialecto<br />

caldeo) fueron hechos como modelos de aquéllos para uso doméstico (Génesis 31:19, margen 30). El silencio de Exodo<br />

en los caps. 25 y 26 respecto a la configuración de los querubines, en tanto que todo lo damás está minucíosamente<br />

descrito, se debe al hecho de que su forma era tan bien conocida a Bezaleel y todo Israel, por la tradición, que no era<br />

necesaria una descripción detallada. Por lo tanto, Ezequiel (cap. 10:20) inmediatamente los reconoce, porque los había<br />

visto repetidas veces en la madera tallada del santuario exterior del templo de Salomón (1 Reyes 6:23–29). El profeta<br />

consuela, pues, a los desterrados con la esperanza de tener los mismos querubines en el templo renovado que se<br />

edificaría más tarde, y les asegura que el mismo Dios que habitó entre los querubines del templo. estaría también con<br />

su pueblo junto al Quebar. Sin embargo, debemos notar que en el templo que edificó Zorobabel no habia querubínes,<br />

de modo que el templo prometido por Ezequiel, si se toma literalmente, cuanto a él se refiere. pertenece al futuro. El<br />

buey es escogido como el principal de los animales domesticados, el león entre los salvajes, el águila entre las aves, y<br />

el hombre como la cabeza de todos, en su ideal verificado por el Señor Jesús, combinando así todas las excelencias del<br />

reino animal. Los querubines probablemente representan los poderes reinantes. por los cuales actúa Dios en el mundo<br />

natural y moral. Por consiguiente, a veces responden a los ángeles que ministran; otras veces, a los santos redimidos<br />

(la iglesia elegida). por quienes, de igual manera que por medio de los ángeles Dios gobernará al mundo en el futuro y<br />

proclamará su múltiple sabiduría (Mateo 19:28; 1 Corintios 6:2; Efesios 3:10; Apocalipsis 3:21; 4:6–8). Los “leones” y<br />

“bueyes” entre las “palmas” y “flores” tallados en el templo, eran los querubines de cuatro rostros, que estando<br />

calcados sobre una superficie llana, presentaban solamente un aspecto de los cuatro que poseen. Los bueyes con alas,<br />

y cabezas humanas y los dioses con cabeza de águila, hallados en Nínive, esculpidos entre palmeras y flores con<br />

forma de tulipanes, fueron copiados de una tradición adulterada de los querubines colocados en el Edén cerca de los<br />

frutos y las flores de aquel jardín. Así también el becerro de Aarón (Exodo 32:4, 5) y los becerros de Jaroboam en Dan<br />

y Bethel. fueron imitaciones cismáticas de los símbolos sagrados que se veían en el templo de Jerusalén; lo mismo<br />

podemos decir de las figuras de bueyes de Apis que aparecen en las arcas sagradas de Egipto. 7. pies … derechos—es<br />

decir, piernas derechas, sin estar torcidas en alguna parte como ocurre con las patas del buey, sino derechas como las<br />

piernas del hombre [Grocio]. o como columnas sólidas que no pueden doblarse, y no como las piernas de hombre que<br />

se doblan de las rodillas. En lugar de caminar más bien se deslizaban: sus movimientos eran seguros, acertados y<br />

producidos sin esfuerzo. [Kitto, Enciclopedia.] planta de pie de becerro. Henderson supone por lo tanto que “pies<br />

derechos” significa que los pasos no se proyectaban hacia adelante como el pie humano, sino verticalmente como lo<br />

hace la pata de un buey. La sólida firmeza de la pata redonda de un buey parece ser el punto de comparación.<br />

centelleaban—“la apariencia resplandeciente”, que indica la “pureza” de Dios. 8. Las manos de cada uno eran las<br />

manos de un hombre La mano es el símbolo del poder activo guiado por la pericia (Salmo 78:72). debajo de sus alas—<br />

significando esto que sus actos o movimientos están escondidos de nuestra observación demasiado curiosa; y así<br />

como las “alas” significan algo más que lo humano, es decir, la secreta insinuación de Dios, también da a entender que<br />

son movidas por ella y no por su propio poder; por lo tanto, no hacen nada al azar, mas todo según sabiduría divina.<br />

y sus rostros y sus alas por los cuatro lados—El profeta vuelve a indicar lo que ya había dicho en v. 6; esto explica<br />

por qué tenían manos en los cuatro lados. Se movían en la dirección que querían, no solamente por energía activa,<br />

sino también con conocimiento (expresado por sus rostros) y la dirección divina (expresada por sus “alas”). 9. cada<br />

uno caminaba—no tenían necesidad de darse vuelta cuando cambiaban de dirección, porque tenían un rostro (v. 6)<br />

mirando hacia cada uno de los cuatro puntos del cielo. No se equivocaban, y su trabajo no tenía necesidad de ser<br />

hecho de nuevo. Sus alas se extendían por encima juntándose por pares (véase v. 11). 10. la figura de sus rostros era<br />

rostro de hombre—es decir, de frente. El rostro humano era el primero y el más prominente, y la parte fundamental<br />

del compuesto entero. Al lado derecho tenía el rostro de león: al izquierdo, el de buey (llamado “querubín”, cap.<br />

10:14), y detrás, desde arriba, la cabeza de águila. 11. Las puntas de las dos alas abiertas se tocaban, mientras que las<br />

otras dos, en señal de temor reverente y humilde. formaban un velo que tapaba la parte inferior de sus cuerpos.<br />

extendidas por encima—más bien, estaban “partidas desde arriba” (véase Margen. Isaías 6:2. Nota). La unión de sus<br />

alas en la parte superior significa que aunque los movimientos de la providencia en este mundo pueden parecer<br />

confusos y antagónicos, sin embargo, si uno levanta sus ojos al cielo. verá que se ligan admirablemente para alcanzar<br />

al fin el objeto propuesto. 12. La misma idea encontramos en el v. 9. La repetición se debe a que nosotros, los seres<br />

humanos, somos tardos para llegar a reconocer la sabiduría de las acciones de Dios; ellas nos parecen tortuosas y

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