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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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nació (v. 11) de un noble y honorable sentido del deber y la disciplina militar. Pero, sin duda, la resolución de Uría fué<br />

contrarrestada por aquella providencia que saca bien del mal, y que ha conservado este triste episodio para<br />

advertencia de los creyentes.<br />

14–27. URIA ES MUERTO. 14, 15. escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Uría … Poned a<br />

Uría delante de la fuerza de la batalla—Fracasaron las varias artes y estratagemas por que el rey trató de engatusar a<br />

Uría, hasta que al fin recurrió al horrible crimen del asesinato. La crueldad a sangre fría de despachar la carta por<br />

mano del valiente pero muy injuriado soldado mismo, el alistar a Joab como partícipe de su pecado, la hipócrita<br />

manifestación de duelo, y la prontitud indecente de su casamiento con Bath‐sheba, han dejado una mancha indeleble<br />

en el carácter de David, y demuestran una prueba dolorosamente humillante del extremo a que llegan los mejores<br />

hombres, cuando les falta la gracia refrenadora de Dios.<br />

CAPITULO 12<br />

Vers. 1–6. <strong>LA</strong> PARABO<strong>LA</strong> <strong>DE</strong> NATAN. 1. envió Jehová a Nathán a David—El uso de parábolas es un estilo<br />

favorito de hablar entre los orientales, especialmente para participar verdades indeseadas. Esta parábola<br />

exquisitamente patética se fundó en una costumbre común de la gente pastoril, que tienen corderos mimados que<br />

crían junto con los niños, y a los cuales hablan en términos cariñosos. La atrocidad de la verdadera ofensa, sin<br />

embargo, excedió mucho a la ofensa ficticia. 5. el que tal hizo es digno de muerte—Este castigo fué más severo de lo<br />

que el caso merecía, o más severo de lo que ordenaba el estatuto divino (Exodo 22:1). Las simpatías del rey habían<br />

sido ganadas, su indignación despertada, pero su conciencia todavía estaba dormida; y en el tiempo cuando él estaba<br />

fatalmente indulgente hacia sus propios pecados, estaba listo a condenar los delitos y errores de otros.<br />

7–23. APLICA <strong>LA</strong> PARABO<strong>LA</strong> A DAVID, QUIEN CONFIESA SU PECADO Y ES PERDONADO. 7. dijo Nathán<br />

a David: Tú eres aquel hombre—Estas terribles palabras traspasaron su corazón, despertaron su conciencia, y lo<br />

hicieron caer de rodillas. La sinceridad y profundidad de su penitente tristeza se hacen ver en los Salmos que<br />

compuso (32; 51; 103). Fué perdonado en lo que tenía que ver con la restauración al favor divino. Pero como por su<br />

alta fama por la piedad, y su eminente lugar en la sociedad, su deplorable caída acarrearía un gran daño a la causa de<br />

la religión, fué necesario que Dios testificara su aborrecimiento al pecado dejando que aun su siervo cosechase los<br />

amargos frutos temporales. David mismo no fué condenado conforme a su propia opinión de lo que la justicia exigía<br />

(v. 5); pero tuvo que sufrir una expiación cuádruple en la muerte sucesiva de cuatro hijos, además de una prolongada<br />

secuela de otros males. 8. Yo te dí la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor—La fraseología no significa nada más<br />

de lo que Dios en su providencia había dado a David, como rey de Israel: todo lo que era de Saúl. La historia da una<br />

evidencia concluyente de que realmente nunca se casó con ninguna de las mujeres de Saúl. El harén del rey anterior<br />

pertenece a su sucesor según las ideas orientales, como una regalía. 11. levantaré sobre ti el mal de tu misma casa,<br />

etc.—El profeta habla por Dios amenazando hacer solamente lo que él permitía que se hiciera. El hecho es, que la<br />

pérdida de carácter de David por el descubrimiento de sus crímenes, tendía, en el curso natural de las cosas, a<br />

disminuir el respeto de su familia, debilitar la autoridad de su gobierno y alentar el predominio de los desórdenes por<br />

todo su reino. 15–23. Jehová hirió al niño … y enfermó gravemente—El primer castigo visible sobre David apareció<br />

en la persona de aquel niño que era la evidencia y el recuerdo de su culpabilidad. Sus siervos se sorprendieron por su<br />

conducta, y en explicación de la singularidad de ella, es necesario decir que la costumbre en el oriente es, la de dejar a<br />

los parientes más cercanos del finado sumidos en su pena sin molestarlos hasta el tercero o cuarto día (Juan 11:17);<br />

otros parientes o amigos lo visitan, lo invitan a comer, lo conducen a un baño, le traen un cambio de ropa, lo cual es<br />

necesario porque se ha sentado o acostado en tierra. La sorpresa de los siervos de David, [PAG. 255] entonces, quienes<br />

habían visto su amarga angustia mientras el niño estaba enfermo, resultó evidentemente de esto: que cuando supo<br />

que estaba muerto, el que había lamentado tan profundamente, se levantó de la tierra, sin esperar que ellos vinieran<br />

por él, inmediatamente se bañó y se ungió, sin aparecer como enlutado, y después de adorar a Dios con solemnidad,<br />

volvió a tomar su comida acostumbrada, sin ninguna interposición de otros.<br />

24, 25. NACE SALOMON. 24. Bath‐sheba … parió un hijo, y llamó su nombre Salomón—es decir, pacífico. Pero<br />

por mandato de Dios, o tal vez como expresión del amor de Dios Natán le dió el nombre de Jedidía. Esta prueba del<br />

amor de Dios y los nobles dones con que dotó a Salomón, considerando el pecaminoso matrimonio de sus padres, es<br />

un notable ejemplo de la bondad y la gracia de Dios.

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