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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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traduciendo “los cautivos tomados de entre los israelitas justos”. 25. (cap. 53:12; Salmo 68:18; Colosenses 2:15). tu<br />

pleito yo lo pleitearé—(cap. 54:17). 26. haré comer sus carnes—una frase tocante a las luchas intestinas (cap. 9:20). su<br />

sangre—es una justa retribución por haber derramado la sangre de los siervos de Dios (Apocalipsis 16:6). como<br />

mosto—el zumo de la uva antes de fermentar. Los antiguos podían preservarlo por largo tiempo, al punto de<br />

conservar su sabor. Era tan suave que era preciso tomar una gran cantidad para embriagarse; de ahí que la idea<br />

expresada aquí es que se derramaría muchísima sangre (Apocalipsis 14:10, 20). y conocerá toda carne—el efecto de los<br />

jucios de Dios sobre el mundo (cap. 66:15, 16, 18, 19; Apocalipsis 15:3, 4).<br />

CAPITULO 50<br />

Vers. 1–11. LOS JUICIOS <strong>DE</strong> ISRAEL FUERON PROVOCADOS POR SUS CRIMENES, CON TODO NO SERAN<br />

FINALMENTE <strong>DE</strong>SECHADOS POR DIOS. 1. ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre …? Sión es “la<br />

madre”; los judíos, los hijos; y Dios, el Marido y Padre (cap. 54:5; 62:5; Jeremías 3:14). Gesenius cree que Dios se<br />

propone por la pregunta negar que él le hubiese dado “carta de repudio”, como hacían frecuentemente los maridos,<br />

con pretextos baladíes (Deuteronomio 24:1), o que él hubiese vendido los “hijos” de ambos (de él y de ella), como<br />

solían hacer los padres pobres a veces (Exodo 21:7; 2 Reyes 4:1; Nehemías 5:5), ante el apremio de los “acreedores”;<br />

pues fueron ellos los que se vendieron a causa de sus pecados. Maurer lo explica así: [PAG. 632] “Mostradme la carta<br />

de repudio de vuestra madre; señalad a los acreedores a quienes fuisteis vendidos; de esa manera se verá que ello no<br />

se debió a ningún capricho mío, sino que fué debido a vuestras faltas el que vuestra madre haya sido despedida y<br />

vosotros vendidos” (cap. 52:3). Horsley lo explica mejor (como lo evidencia la antítesis entre “yo” y “vosotros”,<br />

aunque Lowth traduce: “Vosotros fuisteis vendidos”): Yo nunca le he dado una carta de divorcio a vuestra madre, en<br />

regla; sino que meramente “la he despedido” por un tiempo, y puedo, por lo tanto, con derecho, como marido,<br />

volverla a recibir, si fuere sumisa y obediente; tampoco os he entregado a vosotros, los hijos, a ningún “acreedor” para<br />

satisfacer alguna deuda; por lo tanto, todavía me asiste el derecho de padre sobre vosotros, y puedo recibiros, si os<br />

arrepintiereis, aunque como hijos rebeldes os habéis vendido al pecado y a su castigo (1 Reyes 21:25). carta … con la<br />

cual—más bien, “la carta con que yo la he despedido” [Maurer]. 2. Vine—El Mesías. nadie—quiso creerme ni<br />

obedecerme (cap. 52:1, 3). La misma Persona Divina había “venido” por sus profetas en el Antiguo Testamento (a<br />

llamarlos, mas en vano, Jeremías 7:25, 26), quien estaba a punto de venir en la economía del Nuevo Testamento. ¿Ha<br />

llegado a acortarse mi mano …—figura oriental de debilidad, como la mano larga y extendida lo es de poder (cap.<br />

59:1). No obstante vuestros pecados, todavía puedo “redimiros” de vuestra esclavitud y dispersión. secar la mar—<br />

(Exodo 14:21). El segundo éxodo excederá al primero, si bien le parecerá en cuanto a portentos (cap. 11:11, 15; 51:15).<br />

torno los ríos en desierto—convierto la prosperidad de los enemigos de Israel en adversidad. hasta pudrirse sus<br />

peces—el mismo juicio infligido a sus enemigos en Egipto en el primer éxodo (Exodo 7:18, 21). 3. de oscuridad los<br />

cielos—otro de los juicios que vinieron sobre Egipto, que ha de ser repetido sobre el último enemigo del pueblo de<br />

Dios (Exodo 10:21). como saco—(Apocalipsis 6:12). 4. El Mesías, como “el siervo de Jehová” (cap. 42:1), declara que el<br />

oficio que le ha sido asignado es el de alentar a los exhaustos expatriados de Israel “con palabras en sazón”,<br />

adecuadas a su situación; y que cualquier sufrimiento que esto le pueda acarrear no le retraerá de hacerlo (vv. 5, 6),<br />

pues él sabe que su causa ha de triunfar a la postre (vv. 7, 8). de sabios—no en mera erudición humana, sino en los<br />

conocimientos y la elocuencia divinamente impartidos (cap. 49:2; Exodo 4:11; Mateo 7:28, 29; 13:54). hablar en sazón<br />

palabra—(Proverbios 15:23; 25:11). Liter., “para socorrer con palabras”, a saber, en el tiempo de su necesidad a los<br />

“cansados” de Israel (Deuteronomio 28:65–67). Igualmente al cansado espiritual (cap. 42:3; Mateo 11:28). despertará<br />

de mañana—Cf. “Madrugando cada día” (Jeremías 7:25; Marcos 1:35). La imagen está tomada de un maestro que<br />

despierta temprano a los discípulos para que asistan a la clase. despertaráme de mañana oído—para recibir sus divinas<br />

instrucciones. para que oiga como los sabios—como uno enseñado por él. Y así “aprendió la obediencia” por propia<br />

experiencia “mediante las cosas que tuvo que sufrir” de esa manera alcanzó esa erudición práctica que lo adaptó para<br />

“hablar una palabra en sazón” a los que sufriesen (Hebreos 5:8). 5. me abrió el oído—(véase Nota, cap. 42:20; 48:8);<br />

esto es, hizo que prestase obediente atención (pero Maurer “me ha informado acerca del deber”) de un siervo para con su<br />

amo (cf. Salmo 40:6–8, con Filipenses 2:7; cap. 42:1; 49:3, 6; 52:13; 53:11; Mateo 20:28; Lucas 22:27). no fuí rebelde—<br />

antes del contrario, fué muy obediente a la voluntad del Padre en proclamar y buscar la salvación del hombre a costa<br />

de sus mismos sufrimientos (Hebreos 10:5–10). 6. heridores—que me herían con azotes y con la mano abierta (cap.<br />

52:14; Marcos 14:65). Lo que se cumplió literalmente (Mateo 27:26; 26:67; Lucas 18:33). “Mesarle el cabello” es el mayor<br />

insulto que se le puede inferir a uno en el oriente (2 Samuel 10:4; Lamentaciones 3:30). “Di” da a entender la índole<br />

voluntaria de sus sufrimientos; su ejemplo se corresponde con su precepto (Mateo 5:39). esputos—escupir en la<br />

presencia de otro es un insulto en el oriente, mucho más lo es hacerlo sobre uno; pero lo peor es escupirle en el rostro<br />

(Job 30:10; Mateo 27:30; Lucas 18:32). 7. Un ejemplo de que no se “desalentó” (cap. 42:4; 49:5). mi rostro como un

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