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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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lit., hice desaparecer: destruí como para no dejar vestigio de ellos. Los tres pastores que el Mesías quita son Juan, Simón,<br />

y Eleazar, tres caudillos de facciones en la guerra judía. (Drusio.) O bien, así como el Mesías, el Antitipo, era a la vez<br />

profeta, sacerdote y rey, así él por la destrucción de la vida política judía, destruyó estas tres órdenes por la incredulidad<br />

tanto de los gobernantes como del pueblo. (Moore.) Si hubiesen aceptado al Mesías, habrían tenido en él las tres<br />

órdenes combinadas y habrían sido ellos mismos espiritualmente, profetas, sacerdotes y reyes para Dios.<br />

Rechazándolo, perdieron las mismas en todo sentido. en un mes—un breve espacio de tiempo fijo (Oseas 5:7).<br />

Aludiendo probablemente al último período del sitio de Jerusalén, cuando toda autoridad dentro de la ciudad estaba<br />

por acabar. (Henderson.) se angustió por ellos—lit., se estrechó para con ellos; en vez de ensancharse hacia ellos en<br />

amor (2 Corintios 6:11, 12). El mismo hebreo que en Números 21:4. No fué dejado por ellos lugar para la gracia de Dios,<br />

ya que sus favores fueron rechazados. (Calvino.) Está implícita una mutua aversión entre el santo Mesías y los<br />

culpables judíos. 9. Y dije—al fin, cuando se hubieron utilizado en vano todos los medios para salvar a la nación (Juan<br />

8:24). No os apacentaré—es decir, “ya más.” Aquí se predice el último rechazo de los judíos, del cual el primero bajo<br />

Nabucodonosor, similarmente descrito, era el tipo (Jeremías 15:1–3; 34:17; 43:11; Ezequiel 6:12). ¡Perezcan aquellos que<br />

están condenados a perecer, puesto que rechazan a aquél que los habría salvado! ¡Que se precipiten a su propia ruina,<br />

puesto que así lo quieren! coma la carne de su compañera—¡Que se maten locamente por medio de sus mutuas<br />

discordias! Josefo atestigua el cumplimiento de esta profecía de triple calamidad: la pestilencia y hambre (“muera”), la<br />

guerra (“que perezca”), y la discordia intestina (“cada uno coma … compañero”). 10. mi pacto que concerté con todos<br />

los pueblos—El pacto hecho con la nación entera no estará en vigor más, sino para el electo residuo. Tal es la fuerza de<br />

la frase; no como traducen Maurer y otros: “El pacto que hice con todas las naciones para que no dañaran a mi pueblo<br />

elegido” (Oseas 2:18). Sino que el hebreo es el término por el pueblo elegido (Ammim), no aquel usado para designar las<br />

naciones gentiles (Goiim). El plural del hebreo expresaba antiguamente los grandes números del pueblo israelita (1<br />

Reyes 4:20). El artículo expresa, en el hebreo todos los (o aquellos) pueblos. El quebrar el cayado “Suavidad,” denota la<br />

disolución de los símbolos exteriores de la distintiva excelencia de los judíos sobre los gentiles (Nota, v. 7), como el<br />

propio pueblo de Dios. 11. conocieron los pobres—El humilde remanente piadoso se dió cuenta, por el evento, de la<br />

verdad de la predicción y de la misión del Mesías. Treinta y siete años antes de la caída de Jerusalén, el Señor había<br />

prevenido a sus discípulos que cuando vieran la ciudad cercada de ejércitos, “huyeran a las montañas.” De<br />

consiguiente Cestio Gallo, cuando avanzaba sobre Jerusalén, inexplicablemente se retiró por un breve espacio, dando<br />

a los cristianos la oportunidad de obedecer las palabras de Cristo, huyendo a Pela. que miran a mí—que miran a la<br />

mano de Dios en todas estas calamidades, no cerrando ciegamente los ojos a la verdadera causa de la visitación, como<br />

los más de la nación hacen todavía, en vez de asignarla a su propio rechazo del Mesías. Isaías 30:18–21 se refiere<br />

similarmente a la vuelta del Señor en misericordia al remanente que “le espera a él” y “clama” a él (Sofonías 3:12, 13).<br />

12. Y díjeles—El profeta, aquí, representa a la persona de Jehová el Mesías. Si os parece bien—Lit., “Si es bueno en<br />

vuestros ojos.” Mirando aquella arrogante soberbia de no dignarse darle lo que merecía de amor y de obediencia el<br />

gran o amor condescendiente de Cristo al venir a la tierra. “Mi salario:” mi recompensa por el cuidado pastoral, tanto<br />

durante toda la historia de Israel desde el Exodo, como en especial en los tres años y medio del ministerio del Mesías.<br />

El habla como el “siervo” de ellos, y lo fué para ellos, a fin de cumplir la voluntad del Padre (Filipenses 2:7). y si no,<br />

dejadlo—Ellos le rehusaron aquello que él pidió como su única recompensa, el amor de ellos; con todo, no lo quiere<br />

forzar, sino que deja su causa en las manos de Dios (Isaías 49:4, 5). Véase el tipo, Jacob defraudado en sus pagas por<br />

Labán, que con todo deja su causa en las manos de Dios (Génesis 31:41, 42). pesaron … treinta piezas de plata—<br />

treinta siclos. No solamente rehusaron darle lo debido, sino que colmaron la injuria al dar por él el precio de un esclavo<br />

herrado (Exodo 21:32; Mateo 26:15). Un hombre libre era tasado en el doble de aquella suma. 13. Echalo al tesorero—<br />

“al alfarero” (Versión Inglesa): proverbial: “Echalo al alfarero del templo”, la persona más indicada a quien tirar la<br />

despreciable suma, como quien ejercía su oficio en el profanado valle (2 Reyes 23:10) de Hinom, por cuanto éste<br />

proporcionaba el barro más apropiado. Este mismo valle y el taller del alfarero fueron el escenario de acciones<br />

simbólicas de Jeremías (Jeremías 18 y 19), cuando profetizó de este mismo período de la historia judía. Zacarías<br />

conecta aquí su profecía con la otra más antigua de Jeremías, y enseña la aplicación adicional de la misma amenaza<br />

divina, [PAG. 967] vina, contra su pueblo infiel en la destrucción de ellos bajo Roma, como la ocurrida antes bajo<br />

Nabucodonosor. Es por eso que Mateo 27:9 (según las autoridades más antiguas) cita las palabras de Zacarías como si<br />

fueran de Jeremías, siendo éste el autor original de quien Zacarías derivó el fundamento de la profecía. Véase el caso<br />

paralelo de Marcos 1:2, 3, en los MSS más antiguos, que cita las palabras de Malaquías como si fueran las de “Isaías,”<br />

fuente original de la profecía. Véase mi Introducción a Zacarías. El “alfarero” es significativo del poder absoluto de<br />

Dios sobre el barro formado por sus propias manos (Isaías 45:9; Jeremías 18:6; Romanos 9:20, 21). en la casa de Jehová<br />

al tesorero (al alfarero)—Las treinta piezas de plata son arrojadas en el templo, como la casa de Jehová, el lugar idóneo<br />

donde depositar el dinero de Jehová Mesías, en la tesorería, y el mismo lugar donde Judas “las arrojó.” Las treinta<br />

piezas echadas “al alfarero,” porque era a él a quien estaba ordenado por el Señor que fuesen finalmente destinadas,

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