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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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333<br />

35–42. UN PROFETA REPREN<strong>DE</strong> A ACAB. 35. Hiéreme ahora—Se supone que este profeta era Miqueas. Este<br />

varón hizo mal al negarse a herír al profeta, porque fué negarle la ayuda necesaria en el cumplimiento de un deber al<br />

cual había sido llamado por Dios, y fué severamente castigado, pata que su castigo sirviera como un faro para advertir<br />

a otros (véase cap. 13:2–24). El profeta halló un ayudante voluntario, y luego, esperando a Acab, llevó al rey<br />

inconscientemente, de la misma manera parabólica que usó Natán (2 Samuel 12), a pronunciar su propia condena; y<br />

este castigo fué inmediatamente anunciado por un profeta. 39. un talento de plata—342 libras esterlinas.<br />

CAPITULO 21<br />

Ver. 14. NABOTH NIEGA A ACAB SU VIÑA. 1. Naboth de Jezreel tenía en Jezreel una viña—Acab estaba<br />

deseoso, por la contigüedad a su palacio, de poseer esta viña para hacer un huerto de legumbres. Propuso a Naboth<br />

darle una mejor en cambio, u obtenerla por compra; pero el dueño se negó a deshacerse de ella; y al persistir en su<br />

negativa, Naboth no fué animado por sentimientos de deslealtad o por falta de respeto al rey, sino sólo por una<br />

consideración conscienzuda de la ley divina, la cual por razones importantes había prohibido la venta de una herencia<br />

paterna; o si, por extrema pobreza o deuda, fuese inevitable la cesión de ella, la transferencia era hecha bajo la<br />

condición de que fuera rescatable en cualquier momento; y en todo caso, que sería devuelta a su dueño en el año de<br />

jubileo. En fin, no podría ser enajenada a la familia, y fué por este motivo (v. 3) que Naboth se negó a cumplir la<br />

demanda del rey. No fué, pues, alguna rudeza o falta de respeto lo que violentó y disgustó a Acab, sino que su<br />

conducta manifiesta un espíritu de egoísmo que no podía tolerar ser frustrado en su objeto, y que te habría empujado<br />

a una tiranía ilegal, si hubiera poseído alguna fuerza de carácter natural. 4. volvió su rostro—o para esconder de sus<br />

cortesanos el enfado que sentía, o para fingir una grande pena, que los instara a idear algunos medios de satisfacer sus<br />

deseos.<br />

5–6. JEZABEL HACE QUE NABOTH SEA APEDREADO. 7. Levántate, y come pan, y alégrate: yo te daré la<br />

viña—Tan pronto como Jezabel conoció la causa de la pena de su esposo, ella, después de reprenderlo por su<br />

pusilanimidad, y mandándole que se portara como rey, le dijo que no se molestara más por semejante bagatela; que<br />

ella le garantizaba la posesión de la viña. ¿Eres tú ahora rey sobre Israel?—Esta no fué una pregunta como en son de<br />

admiración, sino como una sarcástica mofa; quería decir: “¡qué lindo rey eres tú! ¿No puedes usar tu poder y tomar lo<br />

que tu corazón desea?” 8. Entonces ella escribió cartas en nombre de Achab, y sellólas con su anillo—El anillo con<br />

sello contenía el nombre del rey, y daba validez a los documentos a los cuales se fijaba (Esther 8:8; Daniel 6:17). Al<br />

permitirle a ella el uso de su anillo, Acab pasivamente consintió con el proceder a Jezabel. Como fué escrito en nombre<br />

del rey, tenía el carácter de un mandato real. enviólas a los ancianos y a los principales que moraban en su ciudad—<br />

Ellos eran las autoridades civiles de Jezreel, y probablemente eran los instrumentos sumisos de Jezabel. Es evidente<br />

que, aunque Acab había estado recientemente en Jezreel, cuando hizo la oferta a Naboth, tanto él como Jezabel<br />

estaban ahora en Samaria. (20:43). 9. Proclamad ayuno, etc.—Aquellos magistrados zalameros y malvados hicieron<br />

según las órdenes. Fingiendo que una grave culpa pesaba sobre una o varias personas desconocidas, acusadas de<br />

haber [PAG. 289] blasfemado en contra de Dios y del rey, y que Acab estaba amenazando venganza sobre toda la<br />

ciudad, si el culpable no fuese descubierto y castigado, ellos congregaron al pueblo para guardar un solemne ayuno.<br />

Se mandaba guardar ayunos en ocasiones extraordinarias que afectaban los intereses públicos del estado (2 Crónicas<br />

20:3; Esdras 8:21; Joel 1:14; 2:15; Jonás 3:5). Las autoridades malvadas de Jezreel, al proclamar ayuno, deseaban<br />

aparentar justicia en sus procedimientos, y producir la impresión entre el pueblo de que el crimen de Naboth<br />

equivalía a traición contra la vida del rey. poned a Naboth a la cabecera del pueblo—Durante un juicio la persona<br />

acusada era puesta en sitio alto, ante la presencia de toda la corte; pero como en este caso se suponía que la persona<br />

culpable era desconocida, el colocar a Naboth en alto entre el pueblo debe haber sido porque era de las personas<br />

distinguidas del lugar. 13. Vinieron entonces dos hombres perversos—hombres viles que habían sido sobornados a<br />

jurar una mentira. La ley exigía dos testigos en las ofensas capitales (Deuteronomio 17:6; 19:15; Números 35:30; Mateo<br />

26:60). Maldecir a Dios y maldecir al rey se mencionan en la ley (Exodo 22:28) como ofensas estrechamente unidas<br />

entre sí, siendo el rey de Israel el representante terrenal de Dios en su reino. sacáronlo fuera de la ciudad, y<br />

apedreáronlo—La ley, que prohibió maldecir a los gobernantes del pueblo, no especifica la pena de esta ofensa; pero<br />

la práctica la había sancionado o las autoridades de Jezreel habían originado el apedreamiento como el castigo propio.<br />

Siempre se infligía fuera de la ciudad (Hechos 7:58). 14–15. Jezabel … dijo a Achab: Levántate y posee la viña—<br />

Habiéndose anunciado la ejecución de Naboth, y estando la familia (2 Reyes 9:26) envuelta en la misma sentencia<br />

fatal, la propiedad vino a ser confiscada a favor de la corona, no por ley, sino por costumbre tradicional (véase 2<br />

Samuel 16:4). levantóse para descender—Desde Samaria a Jezreel.

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