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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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necesarios. 5. hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que es menester, etc.—Por los cálculos<br />

que los ojos prácticos de los obreros estaban capacitados para hacer, ellos tenían la opinión unánime de que la<br />

provisión ya excedía la demanda, y de que no se necesitaban más contribuciones. Tal informe refleja la más alta honra<br />

sobre su carácter como hombres de la más estricta honradez e integridad, quienes, a pesar de que tenían el dominio de<br />

una cantidad incalculable de las cosas más preciosas, y habrían podido, sin riesgo de ser descubiertos, apoderarse de<br />

mucho para su propio uso, eran hombres de principios morales demasiado altos para tales actos de peculado.<br />

Inmediatamente se dió un decreto para poner fin a más contribuciones. 35. Hizo … el velo de cárdeno y púrpura—el<br />

segundo o velo interior, que separaba el lugar santo del lugar santísimo, bordado con querubines y de gran tamaño y<br />

espesor. 37. Hizo también el velo para la puerta—cortinas de costura cuidadosamente trabajada frecuentemente son<br />

suspendidas ante la entrada a las tiendas de los grandes jeques nómadas, y en Persia, ante la entrada a las carpas de<br />

veraneo, mezquitas y palacios. Son preferidas como más frescas y más elegantes que las puertas de madera. Este<br />

capítulo contiene una narración instructiva: es el primer caso de donaciones hechas para el culto de Dios, dadas de los<br />

jornales de los sufrimientos y faenas del pueblo. Eran aceptas a Dios (Filipenses 4:18), y si los israelitas mostraron<br />

semejante liberalidad, ¡cuánto más deberían mostrarla aquellos cuyo privilegio es el de vivir bajo la dispensación<br />

cristiana! (1 Corintios 6:20; 16:2).<br />

[PAG. 92] CAPITULO 37<br />

Vers. 1–29. EL MOB<strong>LA</strong>JE <strong>DE</strong>L TABERNACULO. 1. Hizo también Bezaleel el arca—La descripción dada aquí de<br />

las cosas dentro del sagrado edificio es casi palabra por palabra la misma que la contenida en el capítulo 25. Pero no<br />

por esta razón debe ser considerada como una repetición inútil de cosas insignificantes; porque por la enumeración de<br />

estos detalles, se puede ver cuán exactamente todas las cosas fueron ejecutadas según el “modelo mostrado en el<br />

monte”; y el conocimiento de la correspondencia exacta entre la prescripción y la ejecución era esencial para los<br />

propósitos del edificio. 6–10. Hizo asimismo la cubierta de oro puro—Construir una figura, sea el cuerpo de un<br />

animal o de un hombre, con dos alas extendidas, que medían de 55 a 82 centímetros de punta a punta, con un<br />

martillo, de un pedazo macizo de oro, es algo que pocos ‐si alguno‐ artesanos de hoy podrían hacer. 17–22. Hizo<br />

asimismo el candelero de oro puro—Los lectores prácticos estarán propensos a decir: “¿Por qué tanto trabajo con un<br />

martillo, cuando habrían podido ser fundidas tanto más fácilmente, cuanto que ellos conocían el proceso?” La única<br />

respuesta que puede ser dada, es que fué hecho según la orden recibida. No tenemos duda de que había motivos para<br />

una orden tan clara, algo significativo, que no nos ha sido revelado. (Napier.) El todo de aquel edificio sagrado estaba<br />

arreglado con miras de inculcar por medio de cada parte de su aparato los grandes principios fundamentales de la<br />

revelación divina. Cada objeto era simbólico de alguna verdad importante; cada mueble era el jeroglífico de una<br />

doctrina o de un deber; sobre el piso y a lo largo de los costados de aquel edificio movible, era exhibido, por signos<br />

emblemáticos dirigidos a la vista, todo el esquema reparador del evangelio. Hasta qué punto esta enseñanza espiritual<br />

era recibida por cada sucesiva generación de israelitas, no será fácil determinarse. Pero el tabernáculo, como la ley de<br />

la cual era una parte, era un pedagogo para llevarnos a Cristo: así como las paredes de una escuela están cubiertas con<br />

figuras, por medio de las cuales los niños, de una manera adecuada a sus capacidades y adaptada como para atraer su<br />

mente volátil, están guardados en constante y familiar recuerdo de las lecciones de piedad y virtud, así también el<br />

tabernáculo estaba destinado, por medio de sus muebles y todos sus arreglos, para servir como “sombra de cosas por<br />

venir”. En vista de esto, la descripción detallada dada en este capítulo acerca del arca y del propiciatorio, la mesa de<br />

los panes de la proposición, el candelero, el altar de incienso, y el aceite santo, es de la mayor utilidad e importancia; y<br />

aunque hay unas pocas cosas que son meramente accesorias u ornamentales, tales como las manzanas y flores, sin<br />

embargo, al introducir éstas en el tabernáculo, Dios demostró la misma sabiduría y bondad que al introducir flores<br />

reales en el reino de la naturaleza para atraer y agradar al ojo del hombre.<br />

CAPITULO 38<br />

Vers. 1–31. EL MOB<strong>LA</strong>JE <strong>DE</strong>L TABERNACULO. 1. el altar del holocausto—Continúan las repeticiones, en las<br />

cuales se pueda trazar la conformidad exacta de la ejecución con la orden. 8. la fuente de metal … de las que velaban<br />

a la puerta—Los “espejos”, generalmente redondos, insertados en mangos de madera, piedra o metal, eran hechos de<br />

latón, plata o bronce, muy pulidos. (wilkinson.) Era costumbre de las egipcias llevar espejos consigo a los templos; y<br />

sea que tomando los espejos de las hebreas, Moisés quisiera quitar de ellas la posibilidad de que siguieran la<br />

costumbre de las egipcias en el tabernáculo, o sea que la provisión de bronce de otros lugares estuviera agotada, es<br />

interesante ver cuán celosamente y hasta qué punto ellas entregaban aquellos objetos tan estimados del tocador<br />

femenino. de las que velaban a la puerta—no sacerdotisas, sino mujeres de carácter piadoso e influencia, que

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