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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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amplio y liberal, de las palabras, se cumplió sólo en el establecimiento de Israel en la tierra prometida. José pondrá su<br />

mano sobre tus ojos—cumplirá la última obligación de la piedad filial; y esto daba a entender que desde aquí en<br />

adelante, gozaría sin interrupción de la sociedad de su hijo favorito.<br />

5–27. <strong>LA</strong> INMIGRACION A EGIPTO. 5. Levantóse Jacob de Beer‐seba—para cruzar la frontera y establecerse en<br />

Egipto. Aunque refrescado y vigorizado en espíritu por los servicios religiosos en Beer‐seba, ahora estaba cargado de<br />

las indisposiciones de su edad avanzada; y, por lo tanto, sus hijos se encargaron de la molestia y del trabajo de los<br />

arreglos, mientras el debilittado patriarca, con sus esposas y niños, fué llevado, en etapas lentas y fáciles, en los<br />

vehículos egipcios enviadas para su comodidad. 6. su hacienda que había adquirido—no mueblaje sino sustancia,<br />

[PAG. 58] cosas de valor. 7. hijas—como Dina era su única hija, esto querrá decir sus nueras. (También, nietas. Nota<br />

del Trad.). a toda su simiente trajo consigo—Aunque incapacitado por su edad para la supervisión activa, sin<br />

embargo, como el jeque venerable de la tribu, era considerado come su cabeza común, y consultado a cada paso. 8–27.<br />

Todas las almas de la casa de Jacob, que entraron en Egipto, fueron setenta—Hablando estrictamente, sólo hubo<br />

sesenta y seis que entraron a Egipto; pero a éstos agréguense José y sus dos hijos, y Jacob el jefe de la tribu, y el<br />

número llega a setenta. En el discurso de Esteban (Hechos 7:14) el número mencionado es setenta y cinco, pero como<br />

este cálculo incluía cinco hijos nacidos a Ephraim y a Manasés (1 Crónicas 7:14–20), en Egipto, los dos relatos<br />

concuerdan entre sí.<br />

28–34. LLEGADA EN EGIPTO. 28. envió a Judá delante de sí a José—Esta medida precautoria era evidentemente<br />

oportuna para informar al rey de la entrada de tan grande compañía a su territorio; además, fué necesaria a fin de<br />

recibir indicación de José acerca de la ubicación de su futura morada. 29, 30. José unció su carro—La diferencia entre<br />

el carruaje de José y los carros que había enviado, era no solamente que aquél era más liviano y más elegante en<br />

construcción que éstos, sino que el uno era tirado por caballos y los otros por bueyes. Siendo hombre público en<br />

Egipto, José estaba obligado a aparecer en todas partes en vehículo adecuado a su dignidad; pues no fué por orgullo<br />

ni por ostentación por lo que él se dirigió en su carruaje, mientras que la familia de su padre se acomodó sólo en<br />

carros rústicos y humildes se manifestó a él—en actitud de reverencia filial (comp. Exodo 22:17). La entrevista fué<br />

tierna; la felicidad del padre ahora estaba en su colmo; y no teniendo la vida encanto superior, en el mismo espíritu<br />

del anciano Simeón, habría podido partir en paz. 31–34. Subiré y haré saber a Faraón—Fué tributo de respeto debido<br />

al rey el informarle de la llegada de ellos. Y las instrucciones que él les dió, eran dignas de su carácter tanto como<br />

hermano cariñoso como hombre religioso.<br />

CAPITULO 47<br />

Vers. 1–31. PRESENTACION EN <strong>LA</strong> CORTE. 1. José … hizo saber a Faraón—José nos da un ejemplo hermoso de<br />

un hombre que pudo soportar igualmente bien los extremos de prosperidad y de adversidad. Tan alto como se<br />

encontraba, no olvidó que tenía un superior. A pesar de que tan tiernamente amaba a su padre, y tan ansiosamente<br />

deseaba proveer para toda la familia, no quiso entrar en los arreglos que había proyectado para su morada en Gosén,<br />

mientras no hubiera conseguido la sanción de su real amo. 2. de los postreros de sus hermanos tomó cinco—<br />

probablemente los cinco de mayor edad; pues por su ancianidad su selección causaría menos envidia. 4. Por morar en<br />

esta tierra hemos venido—La conversación del rey tomó el curso que José había previsto (cap. 46:33), y ellos<br />

respondieron según las instrucciones previas, manifestando, sin embargo, en su determinación de volver a Canaán,<br />

una fe y una piedad que constituyen un síntoma de que todos ellos, o la mayoría de ellos, habían llegado a ser<br />

hombres religiosos. 7. José introdujo a su padre—Un interés patético y muy conmovedor se destaca en esta entrevista<br />

con la realeza; y cuando, con toda la sencillez y dignificada solemnidad de un hombre de Dios, Jacob singularizó su<br />

entrada pidiendo la bendición de Dios sobre la real cabeza, fácilmente puede imaginarse qué impresión sorprendente<br />

produciría la escena (Hebreos 7:7). 8. dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida?—La<br />

pregunta fué hecha debido al profundo interés que la apariencia del viejo patriarca había creado en la mente de<br />

Faraón y su corte. En las tierras bajas de Egipto y por los hábitos artificiales de su sociedad, la edad del hombre era<br />

mucho más corta entre los habitantes de aquel país, de lo que ya había venido a ser en el clima puro y fortificante y<br />

entre los sencillos montañeses de Canaán. Los hebreos, por lo menos, todavía llegaban a una ancianidad prolongada.<br />

9. Los días de los años de mi peregrinación, etc.—Aunque 130 años, él los contaba por días (Salmo 90:12), y los llama<br />

“pocos”, como aparecían mirando hacia atrás; y “malos”, porque su vida había sido una serie continua de<br />

dificultades. La contestación es notable, cuando consideramos la obscuridad relativa de la edad patriarcal. (comp. 2<br />

Timoteo 1:10). 11. José hizo habitar a su padre y a sus hermanos … en lo mejor de la tierra—la mejor tierra de<br />

pastoreo en el bajo Egipto. Gosén, “la tierra de verdor”, estaba situada a lo largo del brazo Pelusaico u oriental del

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