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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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especie”. Eran permitidas como alimento líclto a los israelitas, y son comidas por los árabes, quienes las fríen en aceite<br />

de oliva; o cuando son saladas, secadas, ahumadas y luego fritas, tienen un gusto no muy diferente del arenque<br />

colorado. 26. Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida—Los animales prohibidos bajo esta<br />

descripción incluyen no sólo los que tienen pezuña singular, como los caballos y asnos, sino también los que tienen el<br />

pie dividido sin pezuña, como los perros, leones, tigres, etc. 29. la comadreja—más bien, el topo. el ratón—por su<br />

tamaño diminuto está puesto con los reptiles en vez de cuadrúpedos. la rana—se supone más bien que se trate del<br />

lagarto. 30. erizo—la palabra hebrea quiere decir, según algunos, la lagartija acuática o camaleón; según otros la rana.<br />

el lagarto—llamado por los árabes “warral”, un lagarto verde. el caracol—un lagarto que vive en la arena, y llamado<br />

por los árabes “chulca”, de color azul. el topo—otra especie de lagarto, probablemente el camaleón. 31–35. cualquiera<br />

que los tocare, cuando estuvieren muertos, será inmundo hasta la tarde—Estos reglamentos han de haber causado<br />

frecuentemente molestias, pues repentinamente imponían la exclusión de personas de la sociedad, como también de<br />

las ordenanzas religiosas. Sin embargo, eran extremadamente utiles y saludables, especialmente por obligar a poner<br />

atención en la limpieza. Este es asunto de importancia esencial en Oriente, donde los reptiles venenosos entran a<br />

menudo en las casas, y son hallados escondidos en cajones, vasijas o agujeros en la pared; y el cuerpo muerto de uno<br />

de ellos, o un ratón muerto, topo, lagarto u otro animal inmundo podría ser tocado inadvertidamente por la mano, y<br />

podría caer sobre la ropa, o botella de cuero, o cualquier artículo de uso doméstico común. Asociando, pues, el<br />

contacto de tales criaturas con la impureza ceremonial, que se exigía fuera inmediatamente quitada, se tomaba una<br />

medida eficaz de prevenir los malos efectos del veneno y de toda materia impura o nociva. 47. hacer diferencia entre<br />

inmundo y limpio—o sea, entre animales usados para alimento y los no usados. Es probable que las leyes contenidas<br />

en este capítulo, no fuesen enteramente nuevas, sino que sólo dieran la sanción a una legislación divina para<br />

costumbres antiguas. Algunos de los animales prohibidos, por motivos fisiológicos, han sido rechazados en todas<br />

partes por el sentido general o la experiencia del hombre, mientras que otros han sido declarados inmundos por su<br />

insalubridad en países cálidos, o por razones, que ahora son conocidas imperfectamente, relacionadas con la idolatría<br />

contemporánea.<br />

CAPITULO 12<br />

Vers. 1–8. <strong>LA</strong> IMPUREZA <strong>DE</strong> <strong>LA</strong>S MUJERES EN EL PARTO. 2. La mujer cuando concibiere, etc.—La madre de<br />

un varón era impura ceremonialmente durante una semana, al fin de la cual el niño era circuncidado (Génesis 17:12;<br />

Romanos 4:11–13); la madre de una niña, durante dos semanas—estigma sobre el sexo (1 Timoteo 2:14, 15) por el<br />

pecado, el cual fué quitado por Cristo; toda persona que se acercaba a ella en aquel tiempo, contraía contaminación<br />

similar. Después de estos períodos, los visitantes podrían acercarse a ella, aunque ella misma todavía estaba excluída<br />

de las ordenanzas públicas de la religión. 6–8. los días de su purgación—Aunque la ocasión era de un carácter festivo,<br />

con todo, los sacrificios señalados no eran ofrendas pacíficas, sino ofrenda quemada y ofrenda por el pecado, a fin de<br />

impresionar en la mente de los padres el recuerdo del origen del pecado, y que el niño heredaba una naturaleza caida<br />

y pecaminosa. Las ofrendas habían de ser presentadas el día después de que el período de su separación había<br />

terminado, o sea, el día cuadragésimo primero por un varón, y el octogésimo primero por una niña, tomará entonces<br />

dos tórtolas, etc.—(Véase cap. 5:7). Esta fué la ofrenda presentada por María, la madre de Jesús, y nos da una prueba<br />

incontestable de la condición pobre y humilde de la familia (Lucas 2:22–24).<br />

CAPITULO 13<br />

Vers. 1–59. <strong>LA</strong>S LEYES Y SEÑALES PARA DISCERNIR <strong>LA</strong> LEPRA. 2. Cuando el hombre tuviere en la piel,<br />

etc.—El hecho de que fuesen agregadas al código hebreo de leyes las siguientes reglas para discernir la plaga de la<br />

lepra, es prueba de la existencia de la enfermedad odiosa entre aquel pueblo. Sólo un corto tiempo, poco más de un<br />

año, si había pasado tan largo período desde el éxodo, cuando parece que síntomas de lepra habían aparecido<br />

extensamente entre ellos; y como ellos no podrían ser muy propensos a tal alteración cutánea en sus activos viajes y en<br />

el aire seco de Arabia, las semillas del mal habrían sido traídas desde Egipto, donde es siempre endémica. Hay todos<br />

los motivos para creer que era así: que la lepra no era una enfermedad de familia, hereditaria entre los hebreos, sino<br />

que la contrajeron por trato con los egipcios y por las circunstancias desfavorables de su condición en la casa de<br />

esclavitud. La gran excitación e irritabilidad del cutis en las regiones cálidas y arenosas de Oriente, producen una<br />

mayor predisposición a la lepra que en las temperaturas más frescas de Europa; las grietas y manchas, inflamaciones y<br />

aun contusiones en el cutis, muy a menudo conducen a ésta en Arabia y Palestina hasta cierto punto, pero<br />

especialmente en Egipto. Además, el estado subyugado y angustiado de los hebreos en aquel país, y la naturaleza de<br />

su empleo, los habrían hecho muy propensos a este mal como a otros defectos y enfermedades del cutis, en la

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