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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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411<br />

5–9. DOMINA A LOS AMMONITAS. 5. tuvo él guerra con el rey de los hijos de Ammón—Esta invasión de los<br />

ammonitas no sólo la resistió, sino persiguiendo a los ammonitas en su propio territorio, les impuso un tributo anual,<br />

el cual ellos pagaron por dos años; pero cuando Rezín rey de Siria y Peca rey de Israel combinaron sus fuerzas para<br />

atacar el reino de Judá, ellos aprovecharon la oportunidad para rebelarse, y Joatam estaba demasiado distraído con<br />

otros asuntos para tentar la reconquista (véase 2 Reyes 15:37).<br />

CAPITULO 28<br />

Vers. 1–21. REINANDO MA<strong>LA</strong>MENTE ACAZ, ES AFLIGIDO POR LOS SIRIOS. 1–4. De veinte años era<br />

Achaz—(Véase 2 Reyes 16:1–4). Este príncipe rechazando los principios y ejemplos de su excelente padre, mostró una<br />

fuerte tendencta hacia la idolatría. Reinó con una autoridad arbitraria y absoluta, y no como soberano teocrático; no<br />

sólo abandonó el templo de Dios, sino abrazó el culto simbólico del reino de Israel, y más tarde la idolatría practicada<br />

por los cananeos. 5, 6. Jehová lo entregó en manos del rey de los Siros … Fué también entregado en manos del rey<br />

de Israel—Estos versículos, sin referirse a la formación de una alianza entre los reyes sirio e israelita para invadir al<br />

reino de Judá, o sin relatar el principio de la guerra en los últimos años del reinado de Joatam (2 Reyes 15:37), sólo dan<br />

el resultado de algunas batallas que fueron libradas en la primera parte de la campaña. lo entregó … lo batió … fué<br />

también entregado—es decir, su ejército, porque Acaz personalmente no fué incluído en el número de los muertos o<br />

de los cautívos. La matanza de 120.000 en un día fué una calamidad terrible, la cual, se dice expresamente (v. 6), fué<br />

infligida como un juicio sobre Judá, “por cuanto habían dejado a Jehová Dios de sus padres.” Entre los muertos, hubo<br />

algunas personas de distinción, como “Maasías hijo del rey”. Como los hijos de Acaz deben haber sido muy jóvenes<br />

para tomar parte en una batalla, esta persona debe haber sido un hijo menor del finado rey Joatam. “Azricam su<br />

mayordomo”, es decir, del palacio; y “Elcana, segundo después del rey”, su primer ministro (Génesis 41:40; Ester<br />

10:3). Todos éstos fueron derribados sobre el campo de batalla por Zicri, un guerrero israelita, o como piensan<br />

algunos, muertos por orden después de la batalla. Un vasto número de cautivos también cayeron en poder de los<br />

vencedores; hecha una división de los prisioneros por igual entre los aliados, fueron enviados bajo escolta militar a las<br />

capitales de Siria e Israel. 8. Tomaron también cautivos los hijos de Israel de sus hermanos doscientos mil—Estos<br />

cautivos incluían un gran número de mujeres, muchachos y muchachas, una circunstancia que crea la presunción de<br />

que los hebreos, como otros orientales, eran acompañados en la guerra por multitudes de personas que no eran<br />

combatientes (Jueces 4:8). El informe de que estos “hermanos” eran traídos a Samaria como cautivos, produjo una<br />

indignación general entre los habitantes de buenos sentimientos: y Obed, un profeta, acompañado por los príncipes<br />

(v. 12, comparado con v. 14), salió mientras se acercaba la escolta, para evitar el vergonzoso ultraje de que tales<br />

prisioneros fuesen introducidos en la ciudad. Naturalmente, los oficiales de los escuadrones no tenían la culpa; ellos<br />

sólo cumplían su deber militar de conducir a su destino aquellos prisioneros de guerra. Pero Obed mostró claramente<br />

que el ejército israelita había ganado la victoria, no por una superioridad de sus armas, sino en consecuencia del juicio<br />

divino conra Judá; poderosamente expuso la enormidad de su ofensa en tener a “sus hermanos” como esclavos;<br />

protestó ardientemente contra el añadir esta gran ofensa de crueldad inhumana y pecaminosa (Levítico [PAG. 353]<br />

25:43, 44; Miqueas 2:8, 9) a la ya suma abrumadora de sus propios pecados nacionales; y tal fué el efecto de su dura<br />

reconvención, y de la contraria ola de sentimiento popular, que “el ejército dejó los cautivos y la presa delante de los<br />

príncipes y de toda la multitud.” 15. levantáronse los varones nombrados—Estos eran “los principales de los hijos de<br />

Efraim” (mencionados en v. 12), o algunos otros ciudadanos importantes elegidos para la benéfica obra. Bajo su<br />

bondadosa superintendencia, los prisioneros no sólo fueron libertados, sino también, de los despojos fueron provistos<br />

de ropa y comida, y llevados hasta Jericó en el camino de regreso a sus hogares. Este es un incidente hermoso y lleno<br />

de interés, puesto que demuestra que aun en este período de decadencia nacional, había buen número de personas<br />

que firmemente se adherían a la ley de Dios. 16. En aquel tiempo envió a pedir el rey Achaz a los reyes de Asiria—<br />

“Reyes”, en plural en lugar del singular que se halla en muchas versiones antiguas. “En aquel entonces” se refiere al<br />

período del gran apuro de Acaz, cuando, después de una sucesión de derrotas, se retiró dentro de los muros de<br />

Jerusalem, a donde, en la misma campaña o una posterior, marcharon los aliados sirios e israelitas a ponerle sitio<br />

(véase 2 Reyes 16:7–9). Aunque librado de este peligro, otros enemigos infestaban sus dominios tanto desde el sur<br />

como desde el oeste. 17. los Idumeos habían venido y herido a los de Judá—Esta invasión debe haber sido después<br />

que Rezín (al principio de la reciente guerra siro‐israelita), había librado a aquel pueblo del yugo de Judá (cap. 15:11;<br />

cf. 2 Reyes 16:6). 18. Gederoth—Sobre la frontera filistea (Josué 15:41). Socho—(Josué 15:35). Ahora Showeikeh, aldea<br />

en el valle de Judá (véase 1 Samuel 17:1). Gimzo—Ahora, Jimza, un poco al este de Ludd (Lidda). [Robinson.] Todos<br />

estos desastres, por los cuales “Jehová había humillado a Judá”, eran por causa de Acaz rey de Israel (Judá), véase cap.<br />

21:2; 24:16; 28:27, quien “había desnudado a Judá, y rebeládose gravemente contra Jehová”. 20. Tiglath‐pilneser … lo<br />

redujo a estrechez, y no lo fortificó—es decir, a pesar del alivio temporal que Tiglath‐pilneser le prestó por la

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