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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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había de ser el Padre de los fieles, el antecesor del Mesías, y el individuo honrado en cuya simiente todas las familias<br />

de la tierra habían de ser bendecidas. Trazando en detalle completo las señaladas instancias de la intervención divina<br />

en la liberación de ellos y en favor de sus intereses: en su liberación de la esclavitud de Egipto; su paso milagroso por<br />

el Mar Rojo; la promulgación de la ley divina; la paciencia y tolerancia mostradas a ellos en sus rebeliones frecuentes;<br />

los triunfos señalados obtenidos sobre sus enemigos; su feliz establecimiento en la tierra prometida; y todas las<br />

bendiciones extraordinarias, tanto en la forma de prosperidad temporal y de privilegios religiosos, con que su bondad<br />

paterna los había favorecido sobre todos los demás pueblos; ellos se acusan de haberse desquitado miserablemente,<br />

confiesan sus numerosos y premeditados actos de desobediencia; ven, en la pérdida de su independencia nacional y<br />

su largo cautiverio, el severo castigo de sus pecados; reconocen que, en todos los juicios pesados y continuados sobre<br />

su nación, Dios había hecho bien, mas ellos habían hecho mal, y al confiarse a la misericordia de él, expresan su<br />

propósito de entrar en un pacto nacional, mediante el cual se comprometen a prestarle una obediencia reverente en el<br />

porvenir. 22. Y dísteles reinos y pueblos—es decir, los pusiste en posesión de una tierra rica, de un territorio extenso,<br />

que antes estaba ocupado por una variedad de príncipes y pueblos, y los distribuíste por cantones—dividido entre<br />

tribus. Lo propio de la expresión proviene de los diferentes distritos que se tocan unos a otros en distintos puntos y<br />

ángulos. la tierra de Sehón, y la tierra del Rey de Hesbón—Como Hesbón era la ciudad capital, el pasaje debería<br />

expresarse así: la tierra de Sehón o la tierra del rey de Hesbón. 32. Ahora pues, Dios nuestro,… que guardas el pacto<br />

y la misericordia—Se reconoce claramente la fidelidad de Dios a su pacto, y bien se puede, porque toda la historia<br />

nacional de los judíos da testimonio de ello. Pero como este hecho podía proporcionarles poco fundamento para<br />

consuelo o esperanza, mientras eran conscientes de haber violado aquel pacto, ellos se vieron obligados a buscar<br />

refugio en las riquezas de la gracia divina; y por esto el estilo peculiar de la invocación usada aquí: “Dios nuestro,<br />

Dios grande, fuerte, terrible, que guardas el pacto y la misericordia”. 36. He aquí que hoy somos siervos—A pesar de su<br />

feliz restauración a su tierra natal, ellos eran todavía tributarios a un príncipe extranjero, cuyos oficiales los<br />

gobernaban, y no eran, como sus padres, los libres poseedores de la tierra que Dios les había dado. 37. se multiplica<br />

su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados—Nuestros trabajos agrícolas han<br />

empezado de nuevo en la tierra: aramos, sembramos y cultivamos el suelo, y tú bendices los trabajos de nuestras<br />

manos con rendimiento abundante; pero este fruto no es para nosotros, como lo era antes, sino para nuestros amos<br />

extranjeros, a quienes tenemos que pagar tributo grande y pesado. se enseñorean sobre nuestros cuerpos—Sus<br />

personas expuestas a ser obligadas, por mandato de su vencedor asirio, a prestar servicio al imperio, ya fuera en la<br />

guerra o en obras públicas. Y sus animales son tomados para hacer el placer de sus amos. 38. hacemos fiel alianza, y<br />

la escribimos—es decir, la subscribimos, o firmamos. Este documento escrito ejercería una influencia sana en refrenar<br />

sus apostasías o en animarlos para sus deberes, por ser testigo contra ellos en el futuro, si fuesen infieles a sus<br />

compromisos.<br />

CAPITULO 10<br />

Vers. 1–27. LOS NOMBRES <strong>DE</strong> LOS FIRMANTES <strong>DE</strong>L PACTO. 1. Nehemías el Tirsatha—Su nombre fué puesto<br />

primero en la lista por su dignidad oficial, como comisionado del monarca persa. En la lista subscripta estaban<br />

incluídas todas las clases; pero el pueblo estaba representado por sus ancianos (v. 14), pues habría sido imposible que<br />

cada persona del país firmara.<br />

28. LOS <strong>DE</strong>MAS <strong>DE</strong>L PUEBLO SE COMPROMETEN A GUARDARLO. Los que no estaban presentes al firmar el<br />

pacto, lo ratificaron dando su consentimiento, ya fuera por palabra, o levantando la mano, y se comprometieron por<br />

juramento solemne, a caminar en la ley de Dios, imprecando una maldición sobre sí mismos en caso violarlo.<br />

29–39. ARTICULOS <strong>DE</strong>L PACTO. 29. que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, etc.—Este pacto<br />

nacional además de contener una promesa solemne de obediencia a la ley divina en general, mencionó<br />

específicamente su compromiso en algunos deberes paticulares, que el carácter y la exigencia de los tiempos<br />

marcaban con cierta urgencia e importancia, los cuales pueden resumirse [PAG. 377] de la manera siguiente: que se<br />

abstendrían de contraer alianzas matrimoniales con los paganos; que guardarían estrictamente el sábado; que dejarían<br />

a la tierra en descanso y remitirían las deudas cada séptimo año; que contribuirían para el mantenimiento del servicio<br />

del templo, gastos del cual antes habían sido pagados de la tesorería del templo (1 Crónicas 26:20), y cuando allí<br />

faltaban los recursos, eran dados de los fondos particulares del rey (2 Crónicas 31:3); y que harían el pago ordenado<br />

de los salarios de los sacerdotes. Se hizo una enumeración detallada y particular de los primeros frutos, las primicias,<br />

para que todos fuesen hechos conocedores de sus obligaciones, y que nadie pudiera disculparse, bajo el pretexto de<br />

ignorancia, de retener impuestos, que la pobreza de algunos y la irreligión de otros los habían hecho muy propensos a

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