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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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145<br />

laterales de Rubén y Ephraim; después venían los coathitas, quienes ocupaban el centro de la multitud en marcha,<br />

llevando los utensilios sagrados sobre sus hombros, y estaban tan lejos tras los otros levitas, que éstos tendrían tiempo<br />

en el nuevo campamento, para levantar la armazón del tabernáculo antes que llegaran los coathitas. Al final de todo,<br />

Dan, con las tribus asociadas, formaban la retaguardia de la inmensa caravana. Cada tribu marchaba bajo el mando de<br />

su príncipe o jefe, y en todos sus movimientos rodeaban sus propios estandartes. 29. Hobab, hijo de Ragüel,<br />

madianita—llamado también Reuel, como también Jethro. Hobab, hijo de este jefe madianita, y cuñado de Moisés,<br />

parece haber quedado entre los israelitas durante todo el período de su campamento en Sinaí, y ahora que ellos se<br />

marchaban, él se proponía volver a su propia morada. Moisés insistía [PAG. 131] en que se quedase con ellos, tanto<br />

por el beneficio de Hobab mismo, desde el punto de vista religioso, como por los servicios útiles que sus costumbres<br />

nómadas le permitirían prestar a los israelitas. 31. Ruégote que no nos dejes … nos serás en lugar de ojos—La<br />

ansiosa petición de Moisés de conseguir la ayuda de este hombre, cuando tenía el beneficio de la nube directriz, ha<br />

sorprendido a muchos. Pero debe recordarse que la dirección de la nube, mientras que señalaba la ruta en general a<br />

través del desierto sin caminos, no sería tan particular y minuciosa como para indicar los lugares donde se podrían<br />

conseguir pasto, sombra y agua, y que a menudo estaban en sitios escondidos por las arenas movedizas. Además,<br />

varios destacamentos eran despachados desde la columna principal; los servicios de Hobab, no como un arabe<br />

individual, sino como príncipe de una tribu poderosa, habrían sido sumamente útiles. 32. si vinieres con nosotros …<br />

te haremos bien—Mucha instancia se le hacía; pero parece que no había cambiado el propósito del joven, porque se<br />

partió y establecióse en su región propia. (Véase Jueces 1:16; 1 Samuel 15:6). 33. partieron del monte de Jehová<br />

camino de tres días—i. e., el progreso del primer día era muy poco, como 29 o 32 kilómetros. el arca de la alianza de<br />

Jehová fué delante de ellos—Era llevada en el centro, y por lo tanto algunos comentadores eminentes creen que el<br />

pasaje debería traducirse: “el arca iba en su presencia”, siendo notable en sus ojos la nube encima de ellos. Pero es<br />

probable que la columna de nube, la cual, cuando estaba estacionaria, reposaba sobre el arca, fuera delante de ellos en<br />

la marcha, pues, cuando estuvo en movimiento una vez, (Exodo 14:19), se dice expresamente que había cambiado su<br />

lugar. 35, 36. en moviendo el arca, Moisés decía: Levántate, Jehová, y sean disipados tus enemigos—Moisés, como el<br />

órgano del pueblo, pronunciaba una oración apropiada tanto al comienzo como al fin de cada jornada. Así todas las<br />

jornadas eran santificadas por la devoción; y así debería ser nuestra oración: “Si tu rostro no ha de ir con nosotros, no<br />

nos saques de aquí”.<br />

CAPITULO 11<br />

Vers. 1–35. EL MANA REPUGNA. 1. el pueblo se quejó a oídos de Jehová, etc.—No acostumbrados a la fatiga<br />

de la marcha, y vagando en la profundidad del desierto, menos montañoso, pero mucho más lúgubre y desolado que<br />

el de Sinaí, sin perspectiva inmediata del rico país que había sido prometido, cayeron en un estado de vehemente<br />

descontento, el cual se desbordaba en estos viajes fatigantes e infructuosos. El desagrado de Dios fué manifestado<br />

contra los ingratos quejosos por un fuego enviado de una manera extraordinaria. Es digno de notarse, sin embargo,<br />

que el descontento parece haberse limitado a los extremos del campamento, donde, en toda probabilidad, tenía su<br />

ubicación “la multitud mezclada”. Por la intercesión de Moisés, cesó el terrible juicio, y el nombre dado al lugar,<br />

“Teberah” “quemazón”, quedó siempre después como monumento del pecado y castigo nacionales (Véanse vv. 34,<br />

35). 4. el vulgo que había en medio tuvo un vivo deseo—Este consistía en egipcios. Soñar con banquetes y<br />

abundancia de carne en el desierto, viene a ser una enfermedad de la imaginación; a esta excitación del apetito,<br />

ningún pueblo es más propenso que el de Egipto. Pero los israelitas participaban del mismo sentimiento, y expresaban<br />

descontento por el maná con el cual se había alimentado hasta ahora, en oposición con la abundancia de vegetales con<br />

los cuales se regalaban en Egipto. 5. Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde—Véase Exodo<br />

7:21. El pueblo de Egipto sigue un régimen casi exclusivo de pescado, o fresco o secado al sol, durante los meses<br />

calurosos de abril y mayo, precisamente cuando los israelitas viajaban por el desierto. El bajo Egipto, donde estaban<br />

los hornos de ladrillos donde ellos estuvieron empleados, proveía grandes facilidades para conseguir pescado en el<br />

Mediterráneo, en los lagos y en los canales de Nilo. cohombros—La especie egipcia es lisa, de forma cilíndrica y como<br />

de 27 centímetros de largo. Es muy estimada por los egipcios, y cuando está en sazón, es comido abundantemente,<br />

siendo muy suavizado por la influencia del sol. melones—Se quiere decir sandías, que se producen en el suelo fértil<br />

después de que bajaban las aguas de Nilo; y como proveen una fruta jugosa y refrescante, todas las clases hacen uso<br />

de ellas como alimento, bebida y medicina. puerros—algunos dicen que es una clase de lepidio o berro, muy<br />

apreciado como una especie de condimento. cebollas—como las nuestras, pero en vez de ser nauseabundas e<br />

irritantes a los ojos, son dulces al paladar, buenas para el estómago, y forman en gran parte el alimento de las clases<br />

trabajadoras. ajos—ahora casi completamente extintos en Egipto, aunque parece que antiguamente se cultivaban en<br />

grande abundancia. Los vegetales mencionados forman un régimen de alimentación muy grato en los países cálidos,

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