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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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155<br />

aplicada. El caso de una muerte es uno; y, como en toda familia que tenía un fallecimiento, los miembros de ella<br />

contraían contaminación, así en una población inmensa, donde casos de muerte y otros casos de impureza estarían<br />

ocurriendo diariamente, el agua de separación habría estado en constante demanda. Para proveer la necesaria<br />

cantidad de la mezcla purificadora, dicen los escritores judíos que una vaca bermeja era sacrificada cada año, y que las<br />

cenizas mezcladas con los ingredientes de rociar, eran repartidas entre todas las ciudades y aldeas de Israel. 12. Este<br />

se purificará al tercer día—La necesidad de aplicar agua al tercer día, es inexplicable por algún motivo natural o<br />

moral; y, por lo tanto, el reglamento, se supone, que tenía una referencia típica a la resurrección de Cristo en el tercer<br />

día, por medio de quien su pueblo es santificado; mientras que el proceso de la purificación ceremonial, que se<br />

extendía durante siete días, había de mostrar que la santificación es progresiva e incompleta mientras no llegue el<br />

sábado (descanso) eterno. Toda persona que a sabiendas y presuntuosamente se descuidaba de hacerse rociar con esta<br />

agua, era culpable de una ofensa que se castigaba con la excomunión. 14. cuando alguno muriese en la tienda, etc.—<br />

Los ejemplos presentados parecen muy minuciosos y triviales; pero objetos, de naturleza religiosa como también<br />

sanitaria, se promovían al llevar a tan grande extremo la idea de la contaminación por el contacto con cadáveres.<br />

Mientras que impediría eficazmente que aquella raza egipcianizada imitara la costumbre supersticiosa de los egipcios<br />

de tener en sus casas los restos momificados de sus antepasados; esta ley aseguraba un entierro rápido de todos, así<br />

no sólo teniendo los cementerios a la distancia, sino también sacando de las moradas de los vivos los cadáveres de<br />

personas que habían muerto de enfermedades contagiosas, y de los campos abiertos, los restos insepultos de los<br />

extraños y los caídos en batalla. 21. el que rociare … y el que tocare el agua de separación, será inmundo hasta la<br />

tarde—Los efectos opuestos atribuídos al agua de separación—el de limpiar a una persona y contaminar a otra—son<br />

muy extraños, y no capaces de una explicación muy satisfactoria. Una lección importante, sin embargo, era enseñada,<br />

la de que la eficacia purificadora no era inherente al agua misma, sino que provenía del decreto divino, como en otras<br />

ordenanzas de la religión, que son medios eficaces de salvación, no por alguna virtud que haya en ellas, ni en el que<br />

las administra, sino sólo por la gracia de Dios comunicada por ellas. (Seguramente muchos de nuestros lectores [PAG.<br />

140] no estarán de acuerdo con esta creencia del autor; pues creemos que la salvación no depende de las ordenanzas<br />

sino de la fe personal. Pues las ordenanzas son puros símbolos. Nota del Trad.)<br />

CAPITULO 20<br />

Vers. 1–29. <strong>LA</strong> MUERTE <strong>DE</strong> MIRIAM (MARIA). 1. Llegaron los hijos de Israel … al desierto de Zin, en el mes<br />

primero—i. e., del año cuarenta de su salida de Egipto (comp. vv. 22, 23, con cap. 33:38). En esta historia sólo los<br />

incidentes principales y más importantes son relatados, los que se limitan principalmente a los años primero, segundo<br />

y último de su peregrinación en el desierto. Entre el último versículo del capítulo anterior y el primero de éste hay un<br />

largo intervalo de silencio de treinta y siete años. asentó el pueblo en Cades—se supone que sea lo que hoy se llama<br />

Ain El‐Weibeh, tres manantiales rodeados por palmeras. (Véase cap. 13:26). Era su segunda llegada después de un<br />

intervalo de treinta y ocho años (Deuteronomio 11:16). De la vieja generación habían muerto casi todos, y la nueva<br />

generación acampó allí con miras de entrar a la tierra prometida, no, sin embargo, como antes por el sur, sino<br />

cruzando el desierto edomita sobre la frontera oriental. Allí murió María—cuatro meses antes de Aarón. 2–13. como<br />

no hubiese agua para la congregación—Había una fuente en Cades, En Mishpat (Génesis 14:7), y en el primer<br />

campamento de los israelitas en aquel lugar no hubo falta de agua. En esta ocasión o se había secado por el calor de la<br />

estación, o se había agotado por las demandas de tan grande multitud. 6. fuéronse Moisés y Aarón de delante de la<br />

congregación—Aquí vemos una nueva ebullición del espíritu indomable y descontento del pueblo. Los dirigentes<br />

huyeron a los límites del santuario, tanto para defenderse de la creciente furia de la emocionada multitud, y como<br />

para entrar a su refugio acostumbrado en momentos de perplejidad y peligro, para implorar la dirección y ayuda<br />

divinas. 8. Toma la vara—la cual estaba depositada en el tabernáculo (cap. 17:10), la vara obradora de milagros, por la<br />

cual muchos habían sido obrados, a veces llamada la “vara de Dios” (Exodo 4:20), a veces “la vara de Moisés” (v. 11),<br />

o la vara de Aarón (Exodo 7:12). 10. Moisés … díjoles: Oíd ahora, rebeldes, ¿os hemos de hacer salir aguas de esta<br />

peña?—La conducta del gran director en esta ocasión fué apresurada y apasionada (Salmo 106:33). Se le había dicho<br />

que hablara a la peña, pero la hirió dos veces en su vehemencia, de esta manera haciendo peligrar las flores en la vara, y,<br />

en vez de hablar a la roca, habló al pueblo en su ira. 11. bebió la congregación, y sus bestias—Físicamente, el agua<br />

proveyó la misma clase de refrigerio necesario a unos y a otros. Pero desde un punto de vista religioso, ésta, que era<br />

sólo un elemento común para el ganador, era un sacramento para el pueblo (1 Corintios 10:3, 4), porque poseía una<br />

santidad relativa comunicada a ella por su origen y uso divinos. 12. Jehová habló Moisés y Aarón: Por cuanto no<br />

creísteis en mí, etc.—El hecho de que Moisés hirió dos veces la roca, reveló una duda, no del poder sino de la<br />

voluntad de Dios de satisfacer a un pueble tan rebelde, y su exclamación parece haber emanado de un espíritu de<br />

incredulidad semejante al de Sara (Génesis 18:13), Estas circunstancias indican la influencia de la incredulidad, y

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