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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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Aun contra el príncipe de la fortaleza—es decir, Dios mismo, el Señor de Sabaoth, las huestes del cielo y de la tierra,<br />

estrellas, ángeles y ministros terrenales. Así el v. 25, “Contra el príncipe de los príncipes se levantará”; “contra el Dios de<br />

los dioses” (cap. 11:38; véase cap. 7:8). Se opone no sólo al antiguo pueblo de Dios, sino a Dios mismo. el continuo<br />

sacrificio—ofrendado de mañana y de tarde (Exodo 29:38, 39). fué quitado—por Antíoco (1 Macabeos 1:20–50). su<br />

santuario fué echado por tierra—aunque fueron robados sus tesoros, no fué estrictamente “echado por tierra” por<br />

Antíoco. De modo que un cumplimiento más completo es futuro. Antíoco quitó por unos años los sacrificios diarios;<br />

los romanos, por muchas edades, y “echaron por tierra” el templo; y el Anticristo, en cooperación con Roma, el cuarto<br />

reino, lo hará otra vez, después que los judíos en su propia tierra, todavía incrédulos, lo hayan reedificado y<br />

restablecido el ritual mosaico, habiéndolos entregado Dios “a causa de la prevaricación”(v. 12), es decir, no aceptando<br />

el culto así rendido [Tregelles], y entonces, la oposición del “cuerno” a la “verdad” se menciona específicamente. 12. el<br />

ejército—es decir, el pueblo santo fué entregado a sus manos. Así en el v. 10 se usa “el ejército”; y otra vez en el v. 13,<br />

donde se usa “pone” por “entregar” para destrucción (véase cap. 11:6). [Maurer.] sobre el continuo sacrificio—más<br />

bien (el ejército le fué entregado para ser hollado), “junto con el continuo sacrificio” (v. 13). a causa, de la<br />

prevaricación—1 Macabeos 1:11–16 atribuye todas las calamidades sufridas bajo Antíoco a la “prevaricación” de<br />

ciertos judíos que habían introducido, inmediatamente antes, costumbres paganas en Jerusalén. Pero la<br />

“prevaricación” no se habría completado (v. 23) en el tiempo de Antíoco; porque Onías el sumo sacerdote<br />

administraba las leyes piadosamente en aquel entonces (2 Macabeos 3:1). Por lo tanto la “prevaricación” tiene que<br />

referirse a la de los judíos que se establecerían otra vez en Palestina a pesar de su incredulidad. la verdad—el culto al<br />

Dios verdadero. Isaías 59:14, “la verdad tropezó en la plaza”. sucedióle prósperamente—todo lo que emprendía,<br />

prosperaba (v. 4; cap. 11:28, 36). 13. un santo—Daniel no conoció los nombres de los dos santos ángeles, pero sólo vió<br />

que uno hablaba con el otro. ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio—¿Por cuánto tiempo quedará<br />

suspendido el sacrificio diario? la prevaricación asoladora—es decir, la profanación desoladora del templo por<br />

Antíoco (cap. 11:31; 12:11). Véase en cuanto a Roma y el último Anticristo. Mateo 24:15. 14. él me dijo—La<br />

contestación es para Daniel, no a quien había hecho la pregunta en nombre de Daniel, como el “santo” o el “ángel” (Job<br />

15:15; Salmo 89:6, 7), habla de la visión concedida a Daniel, como si hubiera sido concedida a él mismo. Los hombres<br />

santos en las Escrituras se representan como teniendo ángeles acompañantes, con quienes ellos en cierto modo se<br />

identifican en intereses. Si la conversación hubiera sido limitada a los ángeles, no habría podido ser de uso para<br />

nosotros. Pero Dios la comunica a hombres proféticos para nuestro bien, por medio del ministerio de ángeles. dos mil<br />

y trescientos días—lit., “mañanas y tardes”, especificadas en relación con los sacrificios de mañana y de tarde. Véase<br />

Génesis 1:5. Son seis años y 110 días. Esto incluye no sólo los tres años y medio durante los cuales los sacrificios<br />

diarios eran prohibidos por Antíoco (Josefo, Guerras Judías, 1:1. sec. 1), sino toda la serie de acontecimientos durante la<br />

cual eran prácticamente interrumpidos, empezando con “el cuerno pequeño … creció … hacia la tierra deseable” y<br />

“parte del ejército del cielo … echó por tierra” (vv. 9, 10); es decir, cuando en el año 171 a. de J. C., o en el mes Siván<br />

del año 142 de la era de los seleucidas, se empezó a descuidar los sacrificios, debido a que el sumo sacerdote Jasón<br />

introducía en Jerusalén costumbres y diversiones griegas, la palestra y el gimnasio; terminando con la muerte de<br />

Antioco, año 165, o el mes Shebath, en el año 148 de la era seleucida. Véase 1 Macabeos 1:11–15; 2 Macabeos 4:9, etc.<br />

La razón por la mayor minucia de hechos y fechas históricas, dada en las profecías de Daniel, que en el Nuevo<br />

Testamento, es que, no teniendo Israel todavía las vistas claras que tenemos los cristianos, acerca de la inmortalidad y<br />

la herencia celestial, sólo podían ser dirigidos hacia un porvenir terrenal; porque era sobre la tierra que había de<br />

aparecer el esperado Mesías, y la suma y tema de la profecía del Antiguo Testamento era el reino de Dios sobre la tierra.<br />

La minucia de la revelación del destino terrenal de Israel, era para compensar por la ausencia en el Antiguo<br />

Testamento, de vistas de la gloria celestial. Así, en el cap. 9, los tiempos del Mesías son predichos hasta el mismo año;<br />

en el cap. 8 los tiempos de Antíoco, aun hasta el día; y en el cap. 11, las luchas siroegipcias en detalles muy exactos.<br />

Tregelles cree que los 2.300 días corresponden con la semana de años (cap. 9:27), durante la cual el príncipe destructor<br />

hace un pacto que él viola en medio de la semana (es decir, al fin de tres años y medio). Los siete años exceden a los<br />

2.300 días por mucho más de medio año. Este período del excedente de los siete años sobre los 2.300 días puede ser<br />

destinado a los preparativos necesarios para establecer el culto en el templo, con el permiso de Antíoco a los judíos<br />

restaurados, según su “pacto” con ellos; los 2.300 pueden contarse desde el mismo establecimiento del culto. Pero,<br />

dice Auberlen, cuanto más exactas, hasta el día, sean las fechas acerca de Antíoco, tanto menos deberíamos decir que<br />

los 1.200, o 1.335 días (cap. 12:11, 12) correspondan con la media semana (más o menos), y los 2.300 con el todo. El<br />

acontecimiento, sin embargo, en el caso del Anticristo, podrá mostrar una relación entre los días dados aquí y en el<br />

cap. 9:27, tal como no es aparente todavía. El término 2.300 días, no puede referirse a los 2.300 años, de que sería<br />

hollado el cristianismo por el mahometismo, como esto dejaría la parte más grande todavía futura; mientras que el<br />

mahometismo está decayendo rápidamente. Si los … 2.300 días quieren decir años, contando desde las conquistas de<br />

Alejandro, años 334 a 323 a. de J. C. llegaríamos como al fin del sexto milenio del mundo, así como los 1.260 años (cap.

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