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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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Vers. 1–27. DANDO LOS HIJOS A MALOC. 2. Cualquier … que diere de su simiente a Moloc (véase cap. 18:21),<br />

el pueblo de la tierra lo apedreará con piedras, etc.—Los criminales, condenados a ser apedreados, eran conducidos,<br />

con las manos atadas, fuera de las puertas, a una eminencia, donde había una gran piedra puesta en el fondo. Cuando<br />

había llegado a diez codos del lugar, se les exhortaba a confesar, para que, por fe y arrepentimiento, fuesen salvadas<br />

sus almas. Cuando habían llegado a cuatro codos, eran despojados de sus ropas hasta dejarlos casi desnudos, y<br />

recibían alguna droga insensibilizadora, mientras los testigos se preparaban, quitándose sus ropas exteriores, a llevar<br />

a la ejecución la sentencia capital que la ley los obligaba a hacer. Colocado el criminal en el borde del precipicio, era<br />

empujado hacia atrás, de modo que cayera precipicio abajo sobre la grande piedra; si no era muerto por la caída, el<br />

segundo testigo arrojaba [PAG. 113] una grande piedra hacia abajo sobre su pecho, y luego “el pueblo de la tierra”,<br />

que eran espectadores, se adelantaban, y con piedras terminaban la obra de la muerte. (Mateo 21:44; Hechos 7:58). 4. si<br />

escondiere el pueblo de la tierra sus ojos de aquel varón, etc.—o sea, toleraban que su compatriota practicara los<br />

ritos horribles de Moloc. Horrendo era que algunos padres hebreos pudieran así violar su pacto nacional, y no hay<br />

que maravillarse se que Dios pronunciara las penas más severas contra ellos y sus familias. 7–19. Santificaos, pues, y<br />

sed santos—La especificación detallada de los crímenes incestuosos y antinaturales aquí enumerados, demuestra su<br />

triste estancia entre las naciones idolátricas de alrededor, y la extrema propensión de los israelitas a seguir las<br />

costumbres de sus vecinos. Debe entenderse que, cuando se hace mención de que el transgresor sea muerto, sin<br />

describir el modo, se entiende muerte por apedreamiento. El único caso de otra forma de castigo capital, se menciona<br />

en el v. 14, la de ser quemado por fuego; pero todavía aquí es probable que la muerte fuera infligida por<br />

apedreamiento, y el cuerpo después fuese consumido por el fuego. (Josué 7:15). 20. morirán sin hijos—O por el juicio<br />

de Dios no tendrán hijos, o a su prole espúrea les serían negados por autoridad humana los privilegios ordinarios de<br />

los hijos de Israel. 24. os he apartado de los pueblos—Su elección de entre las demás naciones fué para el fin<br />

sumamente importante de conservar el conocimiento y el culto del verdadero Dios en medio de la apostasía universal;<br />

y como la distinción de carnes era un gran medio de completar aquella separación, la ley acerca de hacer una<br />

diferencia entre animales limpios y animales impuros se repite aquí con solemnidad enfática.<br />

CAPITULO 21<br />

Vers. 1–24. <strong>DE</strong>L LUTO <strong>DE</strong> LOS SACERDOTES. 1. que no se contaminen por un muerte en sus pueblos—El<br />

motivo obvio de los reglamentos contenidos en este capítulo era el de guardar inviolables la pureza y dignidad del<br />

sagrado oficio. El contacto con un cadáver, o aun la antigüedad al lugar donde yacía, como ocasionaban<br />

contaminación ceremonial (Números 19:14), todos los enlutados eran excluídos del tabernáculo durante una semana;<br />

y como la exclusión de un sacerdote durante tal período habría sido acompañada con grande inconveniente, a toda la<br />

orden le era mandado abstenerse de todo acercamiento de los muertos, excepto en los funerales de parientes, a los<br />

cuales por el cariño o por la necesidad tendrían que asistir para hacer los últimos ritos. Estos casos excepcionales, los<br />

cuales están especificados, estaban limitados estrictamente a miembros de su propia familia, dentro de los grados de<br />

parentesco más cercanos. 4. No se contaminará—“a favor de ningún otro”, como el sentido completo podría<br />

expresarse. “El sacerdote, al cumplir sus funciones sagradas, bien podría ser considerado como un hombre principal<br />

entre su pueblo, y por estas contaminaciones podría decirse que se profanaba.” (Bishop Patrick.) La palabra traducida<br />

“príncipe”, significa también “esposo”; y el sentido según otros es: “Pero siendo esposo él, no se contaminará por las<br />

exequias de una esposa”. (Ezequiel 44:25). 5. No harán calva en su cabeza … ni en su carne harán rasguños—Las<br />

señales supersticiosas de pesar, como también los excesos violentos a los cuales se entregaban los paganos a la muerte<br />

de sus amigos, estaban prohibidos por una ley general de los hebreos (Cap. 19:28). Pero los sacerdotes estaban puestos<br />

bajo mandato especial, no sólo para que diesen ejemplos de piedad en la moderación de su dolor, sino también para<br />

que por el refrenamiento de sus pasiones, estuviesen lo mejor habilitados para administrar los consuelos de la religión<br />

a otros, y mostrar por su fe en una bendita resurrección, las razones para no entristecerse como aquellos que no tienen<br />

esperanza. 7–9. Mujer ramera o infame no tomarán—Los particulares podían formar varias uniones que eran<br />

prohibidas como inconvenientes e impropias a los sacerdotes. La respetabilidad de su puesto y la honra de la religión<br />

exigían santidad sin mancha en sus familias como también en ellos mismos, y las desviaciones de esta norma eran<br />

reprendidas con castigos más severos que en el caso de otros. 10–15. el sumo secerdote … no descubrirá su cabeza, ni<br />

romperá sus vestidos—El permiso en los casos especiales de fallecimientos de familiares cercanos, mencionados<br />

arriba, que era dado a los sacerdotes comunes, le era negado al sumo sacerdote; porque no era posible permitir su<br />

ausencia del tabernáculo durante la purificación de alguna contaminación contraída, tampoco podía él actuar como<br />

intercesor por el pueblo, si estaba ceremonialmente contaminado. Además, la alta dignidad de su cargo demandaba<br />

una superioridad en santidad personal, y reglas estrictas fueron prescritas con el propósito de apoyar la dignidad<br />

conveniente de su posición y familia. Las mismas reglas se extienden a las familias de ministros cristianos. (1 Timoteo

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