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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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381<br />

Jerusalem” (v. 1) y “volvióse David con todo el pueblo a Jerusalem” (v. 3). 2. tomó David la corona de su rey … y<br />

hallóla de peso de un talento de oro—Igual a 125 libras, o 56 kilos. Algunos creen que “Malkam”, en nuestra versión<br />

traducida “su rey”, debería entenderse como nombre propio, Milcom, o Moloc, el ídolo ammonita, el cual, en efecto,<br />

podría llevar una corona pesada. Pero como muchas otras coronas de reyes orientales, la que se tomó en Rabba, no se<br />

llevaba sobre la cabeza, sino que se suspendía con cadenas de oro sobre el trono. piedras preciosas—Hebreo “una<br />

piedra”, o grupo de piedras preciosas, que fué puesta sobre la cabeza de David. 3. cortólos con sierras—La palabra<br />

hebrea “cortólos” es, con la diferencia de la letra final, la misma que se traduce “púsolos”, en el pasaje paralelo de<br />

Samuel; y muchos consideran que el ponerlos a sierras, hachas, etc., sólo quiere decir que David condenó a los<br />

habitantes a dura servidumbre.<br />

4–8. TRES <strong>DE</strong>RROTAS <strong>DE</strong> LOS FILISTEOS, TRES GIGANTES MUERTOS. 4. guerra en Gezer—O, Gob (Véase 2<br />

Samuel 21:18–22).<br />

CAPITULO 21<br />

Vers. 1–13. DAVID PECA AL ENUMERAR AL PUEBLO. 1. Satanás se levantó contra Israel—Retirando Dios su<br />

gracia a David en este tiempo (véase 2 Samuel 24:1). permitió que el tentador prevaleciera sobre él; y como el<br />

resultado de esta tentación tuvo el efecto de una pesada calamidad como castigo de Dios sobre el pueblo, podría<br />

decirse que “Satanás se levantó contra Israel”. a que contase a Israel—En el acto de levantar un censo de un pueblo<br />

no hay mal, sino mucha utilidad. Pero enumerar a Israel, aquel pueblo que había de ser como las estrellas en multitud,<br />

lo cual dió a entender falta de confianza en la promesa divina, sí, fué pecado; y aunque se levantó un censo en el<br />

tiempo de Moisés con impunidad, en aquella enumeración cada uno del pueblo había contribuído “medio siclo<br />

conforme al siclo del santuario”, para que no hubiera “en ellos mortandad por haberlos contado” (Exodo 30:12).<br />

Entonces la enumeración de aquel pueblo fué en sí considerada como una empresa por la cual la ira de Dios podría<br />

ser fácilmente despertada; pero cuando los arreglos fueron hechos por Moisés para levantar el censo, Dios no estaba<br />

enojado, porque el pueblo fué enumerado con el propósito expreso de levantar un impuesto para el santuario, y el<br />

dinero que se, reunió (“el dinero de las expiaciones”, Exodo 30:16), le fué propicio. Todo, pues, dependía del<br />

propósito del censo. (Bertheau). El pecado de David por la enumeración del pueblo consistía en que para satisfacer su<br />

amor propio, era con el propósito de averiguar el número de guerreros que podría reunir para algún plan de<br />

conquista proyectado, o, tal vez, más probable todavía, para instituir un sistema regular y permanente de impuestos,<br />

lo cual él creía necesario para proveer un establecimiento necesario para la monarquía, pero el cual era considerado<br />

como una extorción tiránica y opresora, una innovación contraria a la libertad del pueblo, un abandono de las<br />

costumbres antiguas, lo cual era impropio de un rey de Israel. 3. ¿para qué procura mi señor esto, que será<br />

pernicioso a Israel?—O, traer castigo sobre Israel. En hebreo la palabra “pecado” a menudo se usa como sinónimo de<br />

“castigo del pecado”. La providencia obra y el pueblo sufre frecuentemente por la mala conducta de sus gobernantes.<br />

4. Joab … dió la cuenta del número del pueblo—Llegó la suma a un millón cien mil hombres en Israel, capaces de<br />

llevar armas, exclusive los 300.000 militares (cap. 27), que, estando ya alistados en el servicio real, no fueron contados<br />

(2 Samuel 24:9), y los 470.000 hombres en Judá, omitiéndose 30.000 que formaban un ejército de vigilancia,<br />

estacionado sobre la frontera filistea (2 Samuel 6:1). una población tan grande en un período tan corto, considerándose<br />

la extensión limitada del territorio, y comparándose con el censo anterior (Números 26), es una prueba clara del<br />

cumplimiento de la promesa (Génesis 15:5). 6. no fueron contados los Levitas, ni los hijos de Benjamín—Si este<br />

censo fué ordenado con el propósito de imponer impuestos, ésta fué la razón por la cual los levitas, quienes no eran<br />

guerreros, (v. 5), no fuesen enumerados (véase Números 1:47–54). La población de Benjamín había sido contada<br />

(véase 7:6–11), y el registro conservado en los archivos de aquella tribu. Este censo, sin embargo, fué levantado en otra<br />

ocasión, y por otra persona, y no por Joab. El que no se hayan enumerado estas dos tribus puede haber sido por la<br />

especial providencia y gracia de Dios, en parte porque Leví estaba dedicado a su servicio, y Benjamín era la más<br />

pequeña de todas las tribus (Jueces 21); y en parte porque Dios preveía que ellas quedarían fieles a la casa de David en<br />

la división de las tribus, y por lo tanto no queria que ellas fuesen disminuídas. (Poole). Del curso seguido en este<br />

reconocimiente (véase 2 Samuel 24:4–8), parece que Judá y Benjamín eran las últimas tribus que habían de ser<br />

visitadas, y que, después del censo de Judá, Joab, antes de emprender el de Benjamín, tuvo que volver a Jerusalem,<br />

donde el rey, reconociendo su gran error, dió órdenes de suspender los procedimientos en el asunto. No sólo la<br />

reconvención de Joab en el principio, sino su lento progreso en el censo (2 Samuel 24:4–8) mostraba una fuerte<br />

repugnancia y aun horror del viejo general por esta medida anticonstitucional. 9. habló Jehová a Gad, vidente de<br />

David—Aunque David estaba dotado de don profético, sin embargo, en asuntos relacionados consigo mismo o su<br />

reino, él tenía la costumbre de consultar al Señor por medio de los sacerdotes, y cuando dejaba de hacerlo, algún

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