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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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Gesenius, “hará que muchas naciones se regocijen en él”. Muchos citan este texto en defensa del “rociamiento” como<br />

sustituto por el bautismo en su forma primitiva por inmersión. Nota del Editor).<br />

CAPITULO 53<br />

Vers. 1–12. <strong>LA</strong> INCREDULIDAD <strong>DE</strong>L HOMBRE. LOS SUFRIMIENTOS <strong>DE</strong>L MESIAS Y SU TRIUNFO FINAL<br />

PARA PROVECHO <strong>DE</strong>L HOMBRE. El orador, según Horsley representa a los judíos arrepentidos en los últimos<br />

siglos del mundo venidero, a causa de su fe en el Redentor. La suma de todo es la penitente confesión de ese pueblo.<br />

Esta opinión concuerda con el contexto (cap. 52:7, 9), mas no se cumplirá enteramente hasta que Israel sea restaurado.<br />

No obstante, ésta es la abrupta exclamación del profeta: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?” a saber, el de Isaías y<br />

el de los otras profetas tocante al Mesías. Se anticipa a la objeción de los incrédulos, motivada por la incredulidad de<br />

los judíos, la que es contestada así: Que la incredulidad y su causa (la humillación del Mesías, pues ellos esperaban a<br />

Uno que viniese a reinar) fueron previstas y predichas. 1. anuncio—liter., lo oído. Pablo, refiriéndose al sentido de esa<br />

frase, dijo: “Luego la fe es por el oír” (Romanos 10:16, 17). brazo—poder (cap. 40:10), que se ejerce haciendo milagros y<br />

salvando hombres (Romanos 1:16; 1 Corintios 1:18). El profeta cual si estuviese presente durante el ministerio del<br />

Mesías sobre la tierra, se siente profundamente afectado al ver cuán pocos creían en él (cap. 49:4; Marcos 6:6; 9:19;<br />

Hechos 1:15). Se dan dos razones del porqué todos debían haber creído: (1). El “dicho” de los “antiguos profetas”; (2).<br />

el “brazo de Jehová” manifestado en el Mesías mientras estuvo en la tierra. En el concepto de Horsley, ésta será la<br />

penitente confesión de los judíos: “¡Cuán pocos de los de nuestra nación, en los días del Mesías, creyeron en él!” 2.<br />

subirá—mejor, había crecido. cual renuevo—El Mesías creció silenciosa e insensiblemente cual retoño de un añoso<br />

tronco aparentemente muerto (a saber, la casa de David, entonces venida a menos) (Nota, cap. 11:1). delante de él—<br />

delante de Jehová. Bien que desconocido para el mundo (Juan 1:11), el Mesías fué cuidado por Dios, el cual ordenó lo<br />

más minuciosamente las circunstancias que concurrieron a su crecimiento. raíz—es decir, brote de una raíz. parecer—<br />

hermoso aspecto; la tristeza había desfigurado su aspecto que en otro tiempo había sido hermoso. le veremos—mejor,<br />

uniendo la frase a las palabras precedentes, “Ni belleza (o atractivo) para que lo miremos (con deleite)”. La estudiada<br />

reticencia del Nuevo Testamento en cuanto a su forma, estatura, color, etc., se hizo con el designio de impedir que nos<br />

detuviéramos a considerar lo corporal, más bien que su belleza moral; su santidad, el amor, etc.; es asimismo una<br />

protesta providencial contra la hechura y veneración de sus imágenes. La carta de P. Léntulo al emperador Tiberio, en<br />

la que describe su persona, es espuria; lo es asimismo el cuento del envío de su retrato a Abgar, rey de Edesa; también<br />

lo es la alegada impresión de su faz en el lienzo de la Verónica. La parte primera de este versículo se refiere a su<br />

nacimiento e infancia; la última, a su primera aparición en público. [Vitringa] 3. desechado—“abandonado de los<br />

hombres” [Gesenius]. “El más abyecto de los hombres”; liter., “el que cesa de entre los hombres”, esto es, que ya no es<br />

considerado como hombre [Hengstenberg]. (Nota, cap. 52:14; 49:7). varón de dolores—es decir, cuya característica<br />

distintiva era el dolor. experimentado en quebranto—familiarizado con la aflicción por su constante contacto con ella.<br />

quebranto. liter., enfermedad; en sentido figurado, por todo género de calamidades (Jeremías 6:14); como la lepra, que<br />

representaba especialmente el quebranto, por ser un juicio directo de Dios. Es notable el que no se mencione que Jesús<br />

haya estado enfermo jamás. y … escondimos … el rostro—más bien, como uno que da lugar a que les hombres<br />

escondan sus rostros de él, en señal de aversión [Maurer]. O: “Fué como una ocultación del rostro delante de él”, esto<br />

es, como una cosa ante la cual un hombre cubre su faz con disgusto. [Hengstenberg]. O, “como uno ante quien hay el<br />

encubrimiento del rostro”; ante quien uno se cubre el rostro en disgusto. [Gesenius]. no lo estimamos—El profeta se<br />

[PAG. 637] identifica con los judíos. Véase la opinión de Horsley (Nota v. 1). no lo estimamos—desprecio negativo; las<br />

palabras anteriores expresan el positivo. 4. ciertamente … nuestras enfermedades—liter., más con todo, “él llevó<br />

nuestras enfermedades”; es decir, que los que le despreciaron por sus humanas enfermedades, más bien debieran<br />

haberle estimado a causa de ellas, porque de esa manera, él mismo llevó nuestras enfermedades (las indisposiciones<br />

corporales). Así está citado en Mateo 8:17. En el vocablo hebreo que se traduce “llevar” o tomar, hay probablemente<br />

una doble noción, él llevó sobre sí como sustituto, y así quitó … Su perfecta humanidad mediante la cual fué afligido<br />

corporalmente por nosotros, y en todas nuestras aflicciones (cap. 63:9; Hebreos 4:15) fué la razón por la cual curó a los<br />

enfermos; de manera que la cita de San Mateo no es una mera acomodación. Véase Nota 42 del arzobispo Magee,<br />

Expiación. El hebreo, en ese pasaje puede que signifique abrumado por las tinieblas; la hora de tinieblas del Mesías fué<br />

temporal (Mateo 27:45), que corresponde a ser herido en el calcañar; la de Satán es eterna, que corresponde al<br />

aplastamiento de su cabeza (cf. cap. 50:10). sufrió nuestros dolores—noción estricta de sustitución. “Llevó”, a saber<br />

como una carga, “los dolores”, esto es, los mentales; así como “quebrantos” se refieren a los del cuerpo (Salmo 32:10;<br />

38:17). Mateo 8:17 parecería oponerse a esto: “Y llevó nuestras dolencias”. Pero él usa “dolencias” en sentido figurado<br />

por pecados, los cuales son la causa de ellas. Cristo tomó sobre sí todas las enfermedades del hombre, a fin de<br />

eliminarlas: las corporales, mediante la acción directa del milagro, basado en su participación en las enfermedades

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