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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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66<br />

a un egipcio que hería a uno de los hebreos—uno de los capataces que estaba azotando a un esclavo hebreo sin causa<br />

justificada (Hechos 7:24) y de una manera tan cruel, que parece que había muerto bajo el tratamiento tan bárbaro,<br />

porque las condiciones de la historia sagrada indican resultado tan fatal. El espectáculo era nuevo y extraño para él y<br />

aunque era muy manso (Núm. 12:3) se encendió de indignación y mató al egipcio y lo escondió en la arena. Este acto<br />

de Moisés parece, y ha sido juzgado por algunos, temerario e injustificado; en palabras claras, un caso de asesinato.<br />

Pero no debemos juzgar sus actos en tal país y en tal edad por las normas de la ley y las ideas de lo recto, que<br />

prevalecen en nuestro país cristiano; y, ademas, no soló no se habla del acto como un crimen en las Escrituras o como<br />

que causara remordimiento al perpetrador, sino según costumbres existentes entre las tribus nómadas, Moisés estaba<br />

obligado a vengarse de la sangre de un hermano. Pero el que fuera oficial de gobierno el hombre que él mató, le hizo<br />

responsable ante las leyes de Egipto, y por esto él trató de protegerse de las consecuencias escondiendo el cadáver. 13,<br />

14. dos hebreos que reñían—Su mediación benévola en esta contienda, aunque fué hecha de la manera más<br />

bondadosa y suave, fué rechazada, y como la mofa del agresor dió a entender que la conducta de Moisés del día<br />

anterior era generalmente conocida, él resolvió buscar su seguridad huyendo (Hebreos 11:27). Estos dos incidentes<br />

hacen ver que ni estaban los israelitas listos todavía para salir de Egipto ni estaba preparado Moisés para ser su guía<br />

(Santiago 1:20). Era por la vara y no por la espada, por la mansedumbre y no por la ira de Moisés, como Dios había de<br />

efectuar aquella grande obra de liberación. Tanto él como el pueblo de Israel, por cuarenta años más, fueron echados<br />

al horno de la aflicción, a pesar de lo cual Dios los había escogido (Isaías 48:10). 15. Moisés huyó de delante de<br />

Faraón—su huída fué hecha en el año segundo de Tothmes I. habitó en la tierra de Madián—situada sobre la ribera<br />

oriental del Mar Rojo, y ocupada por la posteridad de Madián el hijo de Cush. El territorio se extendía hacia el norte<br />

hasta la cabeza del golfo, y hacia el oeste a través del desierto de Sinaí. Por su ubicación cerca del mar, los madianitas<br />

desde los primeros tiempos combinaban el comercio con los trabajos pastoriles (Génesis 37:28). Se supone que el<br />

hogar de Jethro estaba donde hoy está Dahab‐Madián; y por haber Moisés venido directamente allá, puede haber<br />

viajado con una caravana de comerciantes. Pero otro lugar es fijado por la tradición en Wady Shuweib, o el valle de<br />

Jethro, al este de la [PAG. 63] Montaña de Moisés. sentóse junto a un pozo—Véase Génesis 29:3. 16–22. el sacerdote<br />

de Madián—Como los oficios estaban generalmente unidos en una sola persona, este sacerdote era también el<br />

gobernante de aquel pueblo, llamado los cusitas o etíopes, y como muchos otros jefes de gente pastoril en aquella<br />

edad, él todavía tenía la fe y culto del verdadero Dios. siete hijas—eran pastoras, a las cuales Moisés se presentó<br />

favorablemente. por un acto de cortesía y valor, en que él las protegió de los pastores rudos de una tribu vecina, junto<br />

al pozo. Después formó una alianza estrecha y permanente con esta familia, casándose con una de las hijas, Zípora<br />

(“pajarito”), llamada cusita, o etíope (Números 12:1), y a quien él sin duda se ganó a la manera de Jacob, por el<br />

servicio. El tuvo de ella dos hijos, cuyos nombres, según práctica común, eran conmemorativos de incidentes en la<br />

historia de familia. 23. murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel suspiraron a causa de la servidumbre—El<br />

lenguaje parece indicar que los israelitas habían experimentado un alivio parcial, probablemente por la influencia de<br />

la real protectora de Moisés, pero en el reinado del sucesor del padre de la princesa, se renovó la persecución con una<br />

severidad aumentada.<br />

CAPITULO 3<br />

Vers. 1–22. <strong>LA</strong> APARICION DIVINA Y UNA COMISION A MOISES. 1. apacentando Moisés las ovejas.—El<br />

había entrado a este empleo para ayudarse en sus propósitos matrimoniales (véase cap. 2:21), pero es probable que<br />

continuara en el servicio ahora bajo otras condiciones, como Jacob durante los últimos años de su estada con Labán<br />

(Génesis 30:28). llevó las ovejas detrás del desierto—o sea, al lado oeste del desierto (Gesenius), y suponiéndose que<br />

el hogar de Jetro estuviera en Dahab, la ruta por la cual Moisés llevaba su rebaño, habría sido hacia el oeste por el<br />

ancho valle llamado por los árabes, Wady‐es‐Zugherah (Robinson), que conducía al interior del desierto, a Horeb,<br />

monte de Dios—así llamado o según el idiotismo hebreo por su grande altura, “montaña grande”, hebreo “montaña<br />

de Dios” (Salmo 36:6), “hermosos cedros”, hebreo “cedros de Dios” (Salmo 80:10), o, como piensan algunos por ser la<br />

antigua morada de “la gloria”; o finalmente por ser el teatro de las transacciones más memorables en la historia de la<br />

verdadera religión. a Horeb—más bien distrito de Horeb. Horeb o sea, seco, desierto, era el nombre general de todo el<br />

distrito montañoso en el cual está situado el Sinaí, y del cual es una parte. (Véase cap. 19). Se usa para designar la<br />

región que comprende la inmensa cadena de montañas altas, desoladas y estériles, a la base de las cuales, sin<br />

embargo, hay no solamente muchos pedazos de terrenos verdes, sino que casi todos los valles, o wadys, como se<br />

llaman, exhiben una capa delgada de vegetación, que, hacia el sur, es más lozana. Los pastores árabes rara vez llevan<br />

sus rebaños a una distancia mayor que el viaje de un día desde sus campamentos. Moisés habría hecho por lo menos,<br />

el viaje de dos días, y aunque parece haber estado caminando sólo con objeto de buscar pastos, siendo aquella región,<br />

por sus numerosos manantiales entre las aberturas de las rocas, refugios de las tribus durante el calor del verano, la

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