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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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un “peck” o sea unos 9 litros de harina fina en dos chelines y seis peniques, y doble cantidad de cebada en el mismo<br />

precio. a la puerta de Samaria—Vegetales, ganado, y todas los productos del campo, todavía se venden todas las<br />

mañanas a las puertas de las ciudades en Oriente. 2. un príncipe sobre cuya mano el rey se apoyaba—Cuando un rey<br />

oriental camina o se estaciona al aire libre, siempre se apoya sobre el brazo del cortesano de más alto rango. Si Jehová<br />

hiciese ahora ventanas en el cielo—La incredulidad burlona de este dicho, que fué una mofa no contra el profeta<br />

solamente, sino contra el Dios a quien éste servía, fué castigada justa y señaladamente (véase v. 20). 3. había cuatro<br />

hombres leprosos—La noticia del repentino levantamiento del sitio, y la inesperada provisión dada a los habitantes<br />

hambrientos de Samaria, se introduce con el relato de la visita y el descubrimiento por estos pobres hombres, de la<br />

huída extraordinaria de los sirios. leprosos a la entrada de la puerta—Viviendo, tal vez, en algún lazareto allí.<br />

(Levítico 13:4–6; Números 5:3).—5. llegando a las primeras estancias de los Sirios—es decir, la parte del campamento<br />

más cercana a la ciudad. 6, 7. el Señor había hecho que en el campo de los Siros se oyese estruendo de carros—Esta<br />

ilusión del oído, por la cual los sitiadores se imaginaban oír la marcha de los ejércitos desde partes distintas, fué un<br />

gran milagro que obró Dios directamente para la liberación de su pueblo. 8–11. los leprosos … comieron y<br />

bebieron—Después que hubieron aplacado su hambre y escondido cuantas cosas de valor pudieron llevar, su<br />

conciencia les hirió por esconder su descubrimiento, y entonces se apresuraron a publicarlo en la ciudad. 10. caballos<br />

atados, asnos también atados, y el campo como se estaba—La disposición uniforme de los campamentos en Oriente<br />

es colocar las carpas es el centro, mientras que los animales son atados alrededor, como no muro exterior de defensa; y<br />

por esto los leprosos mencionan las animales como los primeros objetos que vieron. 12–15. el rey … dijo a sus siervos:<br />

Yo os declararé lo que nos han hecho los Siros—Semejantes estratagemas se han usado a menudo en las guerras<br />

antiguas y modernas de Oriente, que no hay que admirarse de que se despertaran las sospechas de Joram. Pero los<br />

exploradores que él despachó, pronto hallaron señales inequívocas del terror que se había apoderado del enemigo y<br />

que produjo una huída precipitada.<br />

17–20. EL PRINCIPE INCREDULO ATROPEL<strong>LA</strong>DO Y MUERTO. 17. el rey puso a la puerta a aquel príncipe<br />

sobre cuya mano él se apoyaba—Las noticias se extendieron como relámpago por la ciudad, y fueron seguidas, como<br />

era natural, por un movimiento impetuoso al campamento sirio. Para guardar el orden en la puerta, el rey ordenó a su<br />

ministro estar de guardia; pero la impetuosidad del pueblo hambriento no podía ser resistida. El príncipe fué<br />

atropellado y muerto, y la profecía de Eliseo se cumplió en todos sus detalles.<br />

[PAG. 297] CAPITULO 8<br />

Vers. 1–6. <strong>LA</strong>S TIERRAS <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> SUNAMITA RESTAURADAS. 1. habló Eliseo a aquella mujer—Mejor “había<br />

hablado”. La repetición de la dirección dada por Eliseo a la sunamita se da como introducción al relato siguiente; y tal<br />

vez sucedió antes de los acontecimientos relatados en los caps. 5 y 6. Jehová ha llamado el hambre—Todas estas<br />

calamidades eran castigos infligidos por la mano de Dios; y esta hambre había de ser de duración doble a aquella que<br />

hubo en días de Elías (Santiago 5:17), un aumento justo de severidad, pues los israelitas continuaban endurecidos e<br />

incorregibles, bajo el ministerio y milagros de Eliseo (Levítico 26:21, 24, 28). 2. vivió en tierra de los Filisteos siete<br />

años—Se le recomendó a ella el territorio de los filisteos, por su contigüedad a su residencia acostumbrada; y ahora<br />

que este estado había sido grandemente reducido, había menos peligro que antes de las seducciones de la idolatría; y<br />

muchos judíos e israelitas estaban residiendo allí. Además, una emigración a la Filistea era menos ofensiva al rey de<br />

Israel que el ir a residir en Judá. 3. salió para clamar al rey por su casa, y por sus tierras—A causa de su larga<br />

ausencia del país, sus posesiones eran ocupadas por sus parientes, o habían sido confiscadas para la corona. Ningún<br />

estatuto de la ley de Moisés ordenaba semejante enajenación, pero la innovación parece haber sido adoptada en Israel.<br />

4. había el rey hablado con Giezi—Como la contaminación ceremonial se comunicaba sólo por contacto, no hubo<br />

nada que prohibiera esta conversación a distancia con un leproso; y aunque ál estaba excluído de la ciudad de<br />

Samaria, esta conversación puede haber tenido lugar en la puerta o en uno de los jardines reales. La providencia de<br />

Dios ordenó de tal modo que el rey Joram fué inducido a preguntar con gran interés, acerca de las obras milagrosas de<br />

Eliseo, y el siervo del profeta estaba relatando el maravilloso incidente de la restauración del hijo de la sunamita,<br />

cuando ella se presentó para hacer su petición. El rey se complació en concedérsela; y un oficial de estado fué<br />

encargado para prestarle toda facilidad en la recuperación de su posesión de familia de las manos del que la ocupaba.<br />

7–15. HAZAEL MATA A SU SEÑOR, Y LE SUCE<strong>DE</strong>. 7. Eliseo se fué luego a Damasco—Siendo dirigido allá por<br />

el Espíritu de Dios, en prosecución de la misión anteriormente dada a Elías en Horeb (1 Reyes 19:15), de ungir a<br />

Hazael rey de Siria. Al saberse la llegada del profeta, Ben‐adad, que estaba enfermo, envió a preguntarle acerca del<br />

resultado de su enfermedad, y según la práctica de los paganos al consultar a sus adivinos, mandó un presente liberal

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