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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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179<br />

religión con todas las escenas más familiares y más frecuentes de la vida doméstica. Es probable que Moisés haya<br />

usado la fraseología del v. 7, meramente de una manera figurada, para querer decir instrucción asidua, fervorosa y<br />

frecuente; y tal vez pensaba que el lenguaje metafórico del v. 8 se entendería en el mismo sentido también. Pero como<br />

los israelitas lo interpretaban literalmente, muchos escritores suponen que se hacía referencia a una costumbre<br />

supersticiosa tomada de los egipcios, que llevaban joyas y chuchería ornamental en la frente y los brazos, inscritas con<br />

ciertas palabras o sentencias, como amuletos que los protegieran de peligro. Se ha sospechado que Moisés quería<br />

invalidar estas costumbres, sustituyendo frases de la ley; y así lo entendían los hebreos, porque ellos siempre han<br />

considerado llevar tefilim o frontales como obligación [PAG. 160] permanente. La forma de ellos era: Cuatro pedazos<br />

de pergamino, inscritos, el primero con Exodo 13:2–10; el segundo, con Exodo 13:11–16; el tercero, con Deuteronomio<br />

6:1–8; y el cuarto, con Deuteronomio 11:18–21, eran encerrados en una cajita de cuero, en el lado del cual estaba escrita<br />

la letra hebrea shin, y atados en la frente con una correa o cinta. Cuando se destinaban al uso en el brazo, aquellos<br />

cuatro textos, eran escritos en un solo pedazo de pergamino, el cual, como también la tinta, eran cuidadosamente<br />

preparados para el propósito. Con respecto a la otra usanza a la cual se supone se hacía referencia, los antiguos<br />

egipcios hacían inscribir los dinteles y postes de sus puertas con sentencias que indicaban buen agüero (Wilkinson); es<br />

todavía así; porque en Egipto y otros países mahometanos—en Cairo, por ejemplo, las puertas de calle de las casas<br />

están pintadas, rojas, verdes y blancas, llevando claramente inscritas en ellas sentencias del Corán, como “Dios es el<br />

Creador”, “Dios es uno, y Mahoma es su profeta”. Moisés se propuso adaptar esta costumbre favorita y antigua a un<br />

uso mejor, y mandó que, en vez de las anteriores inscripciones supersticiosas, fuesen escritas las palabras de Dios,<br />

persuadiendo al pueblo a tener las leyes en memoria perpetua. 20–25. Cuando mañana te preguntare tu hijo,<br />

diciendo—Las direcciones dadas para la enseñanza de sus hijos forman sólo una extensión de los consejos anteriores.<br />

CAPITULO 7<br />

Vers. 1–26. SE PROHIBE TODA COMUNION CON <strong>LA</strong>S NACIONES. 1. Hetheo—Este pueblo descendía de Heth,<br />

el segundo hijo de Canaán (Génesis 10:15), y ocupaba la región montañosa cerca de Hebrón, en el sur de Palestina.<br />

Gergeseo—Algunos suponen que eran los mismos que los gergesenos (Mateo 8:28), que vivían al este del Lago de<br />

Genesaret; pero según Josué 24:11, se ubican al oeste del Jordán, y aun otros los creen una rama de la familia de los<br />

heveos, pues están omitidos en nueve de los diez lugares donde las tribus de Canaán se numeran; se mencionan en el<br />

décimo lugar mientras que los heveos no se mencionan. Amorreo—descendientes del cuarto hijo de Canaán,<br />

ocupaban, además de su conquista en el territorio moabita, establecimientos extensos al oeste del Mar Muerto, en las<br />

montañas. Cananeos—ubicados en Fenicia, especialmente alrededor de Tiro y Sidón, y como descendían de la rama<br />

más vieja de la familia de Canaán, llevaban su nombre. Ferezeo—i. e., “aldeanos”, tribu que fué esparcida por<br />

Palestina, y vivía en pueblo sin muros. Heveo—que vivían cerca de Ebal y Gerizim, extendiéndose hacia Hermón. Se<br />

supone que sean los mismos que los avim. Jebuseo—moraban cerca de Jerusalem. siete naciones mayores y más<br />

fuertes que tú—Diez fueron mencionadas antes (Génesis 15:19–21). Pero en el lapso de quinientos años, no puede<br />

sorprendernos que algunas de ellas hubieran sido extinguidas en las muchas guerras intestinas que prevalecían entre<br />

estas tribus belicosas; y es más que probable que algunas, ubicadas al este del Jordán, hubieran caído bajo las armas<br />

victoriosas de los israelitas. 2–6. las herirás, del todo las destruirás: no harás con ellos alianza—Esta sentencia<br />

implacable de destrucción que Dios denunció contra aquellas tribus de Canaán, no puede conciliarse con los atributos<br />

del carácter divino, excepto sobre la suposición de que su idolatría grosera y enorme maldad no dejaran ninguna<br />

esperanza razonable de su arrepentimiento y reformación. Si ellas tenían que ser borradas como los antediluvianos, o<br />

como el pueblo de Sodoma y Gomorra, como pecadores que habían llenado la medida de sus iniquidades, no les<br />

importaba a ellos de qué manera el juicio de Dios fuera infligido; y Dios, como Dispensador Soberano, tenía el<br />

derecho de emplear cualesquiera instrumentos que le gustaran para ejecutar sus juicios. Algunos creen que habían de<br />

ser extirpados como usurpadores malvados de un país que Dios había destinado a los descendientes de Heber, y que<br />

había sido ocupado edades antes por pastores nómadas de aquella raza, hasta la migración de la familia de Jacob a<br />

Egipto por fuerza del hambre, los cananeos cubrieron toda la tierra, aunque no tenían ningún derecho legítimo a ella,<br />

y trataron de retenerla por la fuerza. La prohibición contra la formación de alianzas con semejantes idólatras fué una<br />

regla prudente, basada en la experiencia de que “malas compañías corrompen las buenas costumbres”, y la<br />

importancia y la necesidad de ella fué probada por los ejemplos de Salomón y otros, en la historia posterior de Israel.<br />

5. Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, etc.—La destrucción de los templos, altares y todo lo que<br />

habia sido utilizado en el servicio como podría tender a perpetuar el recuerdo, de la idolatría cananea, fué también<br />

altamente conveniente para la protección de los israelitas de todo peligro de contaminación. Este proceder fué imitado<br />

por los reformadores escoceses en la destrucción de la idolatría romanista, y aunque muchos amantes ardientes de la<br />

arquitectura y las bellas artes han anatematizado su conducta como vandalismo, sin embargo, había profunda

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