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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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El libro que traducimos es un comentario hecho de la versión inglesa de la Biblia, llamada comúnmente “la<br />

Autorizada”, o la del Rey Santiago. El idioma inglés ha sufrido un [PAG. 440] desarrollo muy notable desde la<br />

aparición de esta versión, y su texto resulta para el lector común de hoy en día bastante difícil de comprender. El<br />

comentador, pues, debió modernizar el texto de la versión, a la vez que se empeñaba en aclarar el sentido de los<br />

idiomas originales. La versión española, o mejor dicho, la de Valera, la más popular entre nosotros, si bien adolece de<br />

muchos arcaísmos, presenta muchísimo menos dificultades en este respecto que la “Autorizada” inglesa. Por tanto,<br />

cuando el texto o el vocablo elucidado por el comentador está claro en la versión española, excluímos su discusión de<br />

esta obra.<br />

Por otra parte, habrá términos y frases de la versión española que no recibirán aclaración en esta obra, por la<br />

razón de que estamos traduciendo una obra del inglés, en la cual los correspondientes términos y frases no fueron<br />

tratados, por ser bien comprensibles en la versión inglesa. Así que el lector español podrá verse chasqueado de no<br />

encontrar la aclaración deseada de ciertos pasajes.<br />

La versión inglesa casi siempre emplea el término “el Señor”, cuando la española traduce “Jehová”. No hemos<br />

podido hacer la distinción siempre en esta traducción.<br />

Hay una divergencia muy grande entre la versión inglesa y la española en la traducción de los tiempos<br />

gramaticales, especialmente en los libros poéticos. Muchas veces la una emplea el presente o el futuro cuando la otra<br />

usa el pretérito, y viceversa. En los textos comentados no hemos tratado de subrayar esta diferencia, que acaso el lector<br />

las más veces los pasará sin darse cuenta de ello.<br />

El traductor no ofrece notas particulares respecto a interpretación tocante a los Salmos. El autor emplea el vocablo<br />

“Iglesia”, refiriéndose al culto judaico, o al sistema religioso levítico, o bien al “Israel espiritual”. Los evangélicos no<br />

acostumbramos pensar en la Iglesia Cristiana como la continuación de una “Iglesia Judaica”. En Cristo todo es hecho<br />

nuevo. “La ley y los profetas hasta Juan”. El reino de los cielos tampoco es la continuación del judaico. La iglesia no<br />

existió en aquel entonces. “Edificaré mi íglesia”.<br />

SALMO 2<br />

El número y el autor de este Salmo se nos da en Hechos 13:33 y 4:25 respectivamente. Aun cuando los eventos<br />

guerreros del reino de David pueden haber sugerido el fondo imaginativo, las escenas pintadas y los temas<br />

presentados pueden hallar su aplicación en la historia y el carácter de Jesucristo, como testifican muy distintamente<br />

los escritores del N. T. según las citas anteriores y Hebreos 1:5 y 5:5. En un estilo sumamente vigoroso y poético, el<br />

escritor, en “cuatro estrofas de tres versos cada una”, expone la inveterada y furiosa, así como vana hostilidad de los<br />

hombres contra Dios y su ungido; la resolución de Dios de llevar a cabo su propósito; dicho propósito explicado más<br />

plenamente por el Hijo, a saber, el establecimiento del reino mediador y la destrucción de los que se le oponen; y la<br />

bendición para todos los que reciben a este poderoso y triunfante Rey.<br />

1. se amotinan las gentes, etc.—Viendo en visión profética, a los pueblos y naciones como en tumultuosa<br />

asamblea, bramando como la mar, con propósitos de resistir al gobierno de Dios, el escritor prorrumpe en una<br />

exclamación en la que están mezcladas la sorpresa por la locura de ellos y la indignación por su rebeldía. Son naciones<br />

en general, no en contraposición a los judíos. 2. Los reyes y los gobernantes conducen a sus súbditos. estarán—<br />

sentados, resueltos. consultarán—están reunidos para deliberar; tiempo presente en otras versiones. su ungido—en<br />

hebreo, Mesías; en griego, Cristo (Juan 1:41). El ungimiento, como emblema de los dones del Espíritu Santo, se<br />

confería a profetas (Isaías 61:1). a sacerdotes (Exodo 30:30), y a reyes (1 Samuel 10:1; 16:13; 1 Reyes 1:39). De modo que<br />

este título es muy propio para aquel que tiene todos estos oficios, y era el que usaban generalmente los judíos antes de<br />

su venida, para designarlo (Daniel 9:26). Mientras que el profeta contempla la oposición general de los hombres, la<br />

pinta aquí en su aspecto culminante como se ve en el gran enjuiciamiento de Cristo. Pilato y Herodes, y los príncipes<br />

(Mateo 27:1; Lucas 23:1–25), juntos con el furioso populacho, están claramente pintados (Hechos 4:25, 26). 3. Aquí se<br />

anuncian más distintamente los propositos rebeldes por esta representación de su manifestación tanto en palabras<br />

como en acciones. coyundas … cuerdas—todas las restricciones del gobierno. 4. Mediante una figura, cuyo<br />

atrevimiento se permite sólo a un escritor ínspirado, se relata la conducta y el lenguaje de Dios respecto a esta<br />

oposición. el que mora en los cielos—o está sentado, entronizado en reposada dignidad (cf. Salmo 29:10; Isaías 40:22).<br />

se reirá—en supremo desdén; la vana ira de ellos provoca su hilaridad. El sigue siendo el Señor, lit., el Soberano,

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