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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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Ganges, no tanto peleando como conquistando. [Jerónimo.] Por lo tanto, mientras que se representa a Babilonia con<br />

dos alas, Macedonia tiene cuatro, porque sus conquistas fueron tan rápidas. Las “manchas” representan las distintas<br />

naciones incorporadas en su imperio [Bochart]; o las mismas variaciones en el carácter de Alejandro, una vez manso,<br />

luego cruel, ora moderado, ora borracho y disoluto. cuatro cabezas—explicado en el cap. 8:8, 22; los cuatro reinos de<br />

los “Diádochi” o sucesores, entre los cuales fué dividido el imperio a la muerte de Alejandro: Macedonia y Grecia bajo<br />

Casandro, Tracia y Bitinia bajo Lisímaco, Egipto bajo Ptolomeo, y Siria bajo Seleuco. fuéle dada potestad—por Dios;<br />

no por poder de Alejandro. Porque ¡cuán improbable fué que 30.000 hombres derrotasen a varios centenares de miles!<br />

Josefo (Antigüedades, 11:6) dice que Alejandro adoró al sumo sacerdote de Jerusalén, diciendo que en Dium,<br />

Macedonia, había visto una visión de Dios vestido como sacerdote, el cual lo invitó a ir a Asia y le prometió éxito. 7.<br />

Como Daniel vivía bajo el reino de la primera bestia, por esto no necesitaba describirla; como la segunda y tercera se<br />

describen completamente en la segunda parte del libro, el énfasis principal cae sobre la cuarta. También la profecía se<br />

detiene sobre el fin, que es la consumación de las series de acontecimientos anteriores. Sólo en la cuarta serie el poder<br />

mundial manifiesta plenamente su naturaleza contraria a Dios. Mientras que los tres primeros reinos se designaron<br />

respectivamente como león, oso y leopardo, no se especifica ninguna bestia como la imagen del cuarto; porque Roma<br />

es tan terrible, que no se puede describir por ninguna, mas combina en sí todo lo que podamos imaginarnos como<br />

indeciblemente fiero en todas las bestias. Entonces tres veces (vv. 7, 19, 23) se repite que la cuarta era “muy diferente de<br />

todas las bestias”. La fórmula de introducción: “Vi en la noche visiones”, ocurre aquí como en el v. 2 y otra vez en el v.<br />

13, así dividiendo la visión toda en tres partes: la primera, que abarca los tres reinos, la segunda el cuarto reino y su<br />

ruina, y la tercera parte, el reino del Mesías. Los tres primeros reinos se extienden por unos pocos siglos; el cuarto,<br />

miles de años. Toda la mitad inferior de la imagen en el cap. 2 se dedica al cuarto reino. Y mientras que los otros<br />

reinos consisten en un solo material, éste consiste en dos, hierro y arcilla (sobre los cuales se hace mucho énfasis, cap.<br />

2:41–43); los “dientes grandes de hierro” aquí se refieren a uno de los materiales del cuarto reino de la imagen. diez<br />

cuernos—Es con la crisis del cuarto reino, más bien que con el curso, que este capítulo siete tiene que ver. Los diez<br />

reyes (v. 24, los “cuernos” representan poder), es decir, reinos, en que Roma fué dividida cuando incorporó las tribus<br />

germánicas y eslavónicas, y nuevamente en la Reforma, son indicados aquí, según creen muchos. Pero la variación de<br />

la lista de diez y su desconcimiento completo de la mitad oriental del imperio, y la existencia del papado antes del<br />

desmembramiento del imperio occidental, en vez de que surja el “cuerno pequeño” después de los otros diez, están en<br />

contra de esta opinión. El imperio occidental continuó hasta el año 731, y el oriental hasta 1453. Los diez reinos, pues,<br />

simbolizados por los diez “dedos” (véase Apocalipsis 13:1; 17:12; con el cap. 2:41) son los [PAG. 835] diez reinos en<br />

que será dividida Roma finalmente, cuando aparezca el Anticristo. [Tregelles.] Estos probablemente son prefigurados<br />

por el número diez, que era el que prevalecía en el momento del cambio príncipal de la historia romana. 8. cuerno<br />

pequeño—pequeño en el principio, pero más tarde creciendo para ser más grande que todos los demás. El tiene que<br />

ser buscado “entre ellos”. El imperio romano no se representaba a sí mismo como una continuación del de Alejandro;<br />

pero el imperio germánico (que dejó de existir al fin de la Primera Guerra Mundial. Nota del Trad.) se llama a sí<br />

mismo “el santo Imperio Romano”. La monarquía universal tentada por Napoleón, era declaradamente romana: el<br />

hijo de él era llamado el rey de Roma. El zar de Rusia (zar, o tsar, viene de “César”) también profesaba representar la<br />

mitad oriental del imperio romano. La civilización, la iglesia, el idioma y ley romanos, son los elementos principales<br />

de la civilización germánica. Pero el elemento románico busca imperio universal, mientras que el elemento germánico<br />

busca la individualización. Por esto las monarquías universales tentadas por el papado, Carlomagno, Carlos Quinto y<br />

Napoleón han fracasado, pues el hierro no se amalgama con la arcilla. En el rey simbolizado por “el cuerno pequeño”,<br />

el espíritu del mundo, soberbio, contrario a Dios, representado por la cuarta monarquía, halla su desarrollo más<br />

intenso. “El hombre de pecado”, “el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses cap. 2). El anticristo (1 Juan 2:18, 22; 4:3). Es<br />

la evolución completa del principio malo introducido por la caída. fueron arrancados tres cuernos de los primeros—<br />

El exarcado de Ravena, el reino de Lombardía y el estado de Roma, que constituían al principio los dominios del<br />

papa; conseguidos por los papas Zacarías y Esteban II, a cambio de reconocer al usurpador Pepín como rey legítimo<br />

de Francia [Newton.] Véase las objeciones de Tregelles, v. 7, “diez cuernos”, Nota. El “cuerno pequeño”, según él, ha<br />

de ser el Anticristo, quien se levantará tres años y medio antes del segundo advenimiento de Cristo, habiendo<br />

derribado primero a tres de los diez reinos contemporáneos, entre los cuales la cuarta monarquía, bajo la cual estamos<br />

viviendo, será finalmente dividida. Parece que el papismo es un cumplimiento de la profecía en muchos detalles,<br />

como el papa pretende ser un dios sobre la tierra y superior a todos los dominios terrenales; pero el espíritu del<br />

Anticristo, prefigurado por el papismo, probablemente culminará en un individuo, quien será destruído a la llegada de<br />

Cristo; aquél será el producto de los poderes políticos mundiales, mientras que el papismo, que prepara el camino<br />

para el Anticristo, es una iglesia hecha mundana. ojos de hombre—Los ojos expresan inteligencia (Ezequiel 1:18); así<br />

(Génesis 3:5) fué la promesa de la serpiente, que los ojos del hombre “serían abiertos”, si él se rebelase contra Dios. El<br />

Anticristo consumará la apoteosis de sí mismo, empezada en la caída, una cultura intelectual alta, independiente de

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