11.05.2013 Views

COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

330<br />

Baal, apelando no a la autoridad de la ley, porque eso no tendría valor, sino apelando a recibir una señal visible desde<br />

el cielo. Como el fuego era el elemento sobre el cual se suponía que presidía Baal, Elías propuso que se mataran dos<br />

bueyes, y que fueran colocados sobre dos altares distintos sobre la leña, el uno para Baal y el otro para Dios, y sobre<br />

cualquiera que descendiera el fuego para consumirlo, sería la señal que determinaría cuál era el Dios verdadero, a<br />

quien fuese su deber servir. Como la propuesta parecía en todo sentido razonable, fué recibida por el pueblo con<br />

aprobación unánime. Los sacerdotes de Baal comenzaron la ceremonia invocando a su dios. En vano continuaron<br />

invocando su deidad insensible desde la mañana hasta mediodía, y desde mediodía hasta la tarde, lanzando los más<br />

agudos gritos, haciendo gestos fantásticos y aun mezclando su sangre con la del sacrificio, pero no se oyó ninguna<br />

respuesta, ni descendió ningún fuego. Elías exponía la locura y el engaño de ellos con la ironía más severa. Como el<br />

día estaba ya muy avanzado, empezó sus operaciones invitando al pueblo a [PAG. 286] acercarse a ver el<br />

procedimiento entero; primero reparó un viejo altar de Dios que Jezabel había demolido; entonces, habiendo<br />

arreglado la carne del buey, cortada en pedazos, hizo que echaran cuatro barriles o cántaros de agua sobre el altar y en<br />

la reguera al rededor. Una vez, dos veces, tres veces, se hizo esto, y cuando él levantó una ferviente oración, descendió<br />

el fuego milagroso (Levítico 9:24; Jueces 6:21; 13:20; 1 Crónicas 21:26; 2 Crónicas 7:1), y consumió no sólo el sacrificio<br />

sino las mismas piedras del altar. La impresión en la mente del pueblo fué la de admiración mezclada con pavor; y a<br />

una voz reconocieron la supremacía de Jehová como el Dios verdadero. Aprovechando los sentimientos que los<br />

embargaban, Elías los instó a prender a los sacerdotes impostores, y con su sangre llenar el canal del río Cisón, el cual,<br />

a causa de su idolatría, se había secado; esta orden, por severa y despiadada que pareciera, fué su deber darla, como<br />

ministro de Dios. (Deuteronomio 15:15; 18:20). Las características naturales de la montaña corresponden exactamente<br />

con los detalles del relato. La cumbre visible, 1635 pies sobre el nivel del mar, sobre la cual estaban los dos altares,<br />

presenta una explanada suficientemente amplia como para que el rey y los sacerdotes de Baal estuviesen de un lado, y<br />

Elías del otro. El suelo es rocoso, sobre el cual hay abundancia de rocas sueltas, de donde cogieran las doce piedras<br />

con las cuales fué construído el altar; un banco de tierra maciza, en el cual podría cavarse una reguera, y sin embargo,<br />

la tierra no tan suelta como para que el agua echada en la reguera, fuese absorbida; 250 pies más abajo del sitio del<br />

altar, hay una fuente perenne, la cual estando cerca del altar del Señor, no habría sido accesible al pueblo, y de la cual,<br />

pues, aun en época de seria sequía, Elías pudo sacar las grandes cantidades de agua que vertió sobre el altar. La<br />

distancia entre la fuente y el altar es tan corta que es posible ir tres veces allá y volver, pero no hubiera sido posible ir<br />

ni una sola vez en toda la tarde a traer agua desde el mar. (Van de Velde). La cumbre está a mil pies más arriba del<br />

Cisón, el cual en ninguna parte corre desde el mar tan cerca de la base de la montaña como inmediatamente bajo El<br />

Mohhraka; de modo que los sacerdotes de Baal pudieron, en pocos minutos ser llevados “al arroyo y ser muertos allí.”<br />

41–46. ELIAS, POR <strong>LA</strong> ORACION, CONSIGUE LLUVIA. 42. Achab subió a comer y a beber—Acab, estando en<br />

dolorosa excitación por la escena angustiosa, no había comido en todo el día. Se le recomendó refrescarse sin demorar<br />

un momento; y mientras el rey estaba así ocupado, el profeta, lejos de tomar descanso, estaba absorto en oración por<br />

el cumplimiento de la promesa (v. 1). puso su rostro entre las rodillas—Una postura de suplicación ardiente todavía<br />

en uso. 43. sube ahora, y mira hacia la mar—Desde el lugar del culto hay una pequeña elevación, que, al oeste y<br />

noroeste, obstruye la vista del mar, (Stanley, Van de Velde). Pero se puede subir en pocos minutos, y desde la cumbre<br />

se puede ver el Mediterráneo. Seis veces subió el siervo, pero el cielo estaba claro y el mar tranquilo. La séptima vez<br />

vió la señal de la lluvia que se acercaba. 44. Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que<br />

sube de la mar—La claridad del cielo hace visible distintamente la más pequeña manchita; y en Palestina ésta es<br />

precursora uniforme de la lluvia. Sube más y más, y se hace cada vez más grande con rapidez asombrosa, hasta que<br />

todo el cielo se vuelve negro, y la nube rompe en copiosa lluvia. Unce y desciende, porque la lluvia no te ataje—Ya<br />

sea porque el río Cisón súbitamente se llene hasta ser imposible cruzarlo, o por la profunda capa de tierra que se<br />

vuelva lodo e impida que pasen las ruedas. 45. subiendo Achab, vino a Jezreel—Hoy, Zerin, a una distancia como de<br />

16 kilómetros. Esta carrera se hizo en medio de una lluvia tempestuosa, pero todos se regocijaron de ella, ya que<br />

produjo una repentina difusión de frescura sobre toda la tierra de Jezreel. 46. Elías … ciñó sus lomos, y vino<br />

corriendo delante de Achab—Antiguamente, y todavía en ciertos países de Oriente, es costumbre que los reyes y<br />

nobles lleven corredores delante de sus carros, los cuales están ceñidos fuertemente para ello. El profeta, como los<br />

beduínos de Galaad, de donde él era nativo, había sido enseñado a correr; y como la mano del Señor estaba con él,<br />

corrió con agilidad y fuerzas no disminuídas. En estas circunstancias, era muy propio que Elías rindiera este servicio.<br />

Tendía a fortalecer la impresión favorable que había producido en el corazón de Acab, y a refutar las sofisterías de<br />

Jezabel, porque mostraba que el que era tan celoso en el servicio de Dios, era también devotamente leal a su rey. El<br />

resultado de esta solemne y decisiva prueba fué un golpe fuerte y un gran desaliento a la causa de la idolatría. Pero<br />

los hechos subsiguientes demuestran que las impresiones, aunque profundas, no eran sino parciales y temporales.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!