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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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137<br />

(véase cap. 7:9), aunque más tarde sé usaban vehículos de ruedas. (2 Samuel 6:3; 1 Crónicas 15:12). Era permitido tocar<br />

la cubierta, pero no las cosas tapadas, so pena de muerte, la que más de una vez fué infligida. (1 Samuel 6:19: 2 Samuel<br />

6:6, 7). Esta advertencia severa tenía como propósito el inspirar un sentimiento de reverencia profunda y habitual en<br />

la mente de los que oficialmente se ocupaban en cosas santas. 16. al cargo de Eleazar … estará el aceite de la<br />

luminaria, etc.—El estaba encargado del deber especial de dirigir el escuadrón de hombres empleados en llevar el<br />

moblaje sagrado; además, a su cuidado personal eran encomendados los materiales necesarios para el servicio diario,<br />

los cuales era preciso que tuviera a su alcance inmediato. (Exodo 29:38). 17–20. No cortaréis la tribu de las familias de<br />

Coath de entre los levitas, etc.—una admonición solemne a Moisés y Aarón de que por alguna negligencia de su<br />

parte, no hubiera desorden o incongruencia; que tomaran [PAG. 124] el mayor cuidado de que todas las partes de este<br />

servicio importante fuesen proporcionadas a las personas respectivas, de modo que los coathitas no fuesen<br />

inhabilitados para sus deberes elevados y honrosos. La culpa de la muerte de ellos caería sobre el sacerdote en jefe, si<br />

ellos dejaran de dar las órdenes convenientes o permitiesen alguna familiaridad irreverente con cosas sagradas. 24–28.<br />

Este será el oficio de las familias de Gersón, etc. Ellos fueron nombrados para llevar “las cortinas del tabernáculo”—<br />

i. e. las cortinas de pelo de cabras—las diez cortinas primorosas y colgaduras bordadas a la entrada, con sus cubiertas<br />

de tafilete rojo. 28. el cargo de ellos estará bajo la mano de Ithamar, hijo de Aarón—Los levitas estaban sujetos al<br />

mando oficial de los sacerdotes en general, al hacer los trabajos ordinarios del templo. Pero durante los viajes, Eleazar,<br />

que estaba inmediato al padre en la sucesión, tomaba cargo especial de los coathitas, mientras su hermano Ithamar<br />

tenía la superintendencia de los gersonitas y meraritas. 29–33. Contarás los hijos de Merari—Ellos llevaban las<br />

pertenencias ordinarias y más pesadas, las cuales, sin embargo, eran tan importantes y necesarias, que se llevaba<br />

inventario de ellas—no sólo por causa de su número y variedad, sino por su pequeñez y carácter común lo que podría<br />

resultar en que se perdiesen por descuido, inadvertencia o negligencia. Fué una lección útil, mostrando que Dios no<br />

menospreciaba nada relacionado con su servicio, y que aun en los asuntos más pequeños y triviales exige el deber de<br />

fiel obediencia. 34–49. Moises, pues, y Aarón y los jefes de la congregación, contaron los hijos de Coath, etc.—Esta<br />

enumeración fué hecha sobre un principio diferente de lo que está relatado en el capítulo anterior. Aquélla fué<br />

limitada a los varones de un mes de edad para arriba, mientras que ésta se extendía a todos los capaces de servicio en<br />

las tres clases de la tribulevitica. Al considerar sus números relativos, aparece la sabiduría divina en el arreglo de que,<br />

mientras que entre los coathitas y gersonitas, cuyas cargas eran menores y más livianas, había sólo como la tercera<br />

parte de ellos que eran aptos para el servicio; los meraritas, cuyas cargas eran más y más pesadas, tenían la mitad de<br />

ellos aptos para el trabajo. (Poole.) La pequeña población de esta tribu, tan inferior a la de las otras, se trata de<br />

explicar. (Véase cap. 3:39).<br />

CAPITULO 5<br />

Vers. 1–4. LOS IMPUROS ECHADOS FUERA <strong>DE</strong>L CAMPAMENTO. 2. Manda a los hijos de Israel que echen<br />

del campo a todo leproso, etc.—La exclusión de leprosos del campamento en el desierto, como también de las<br />

ciudades y aldeas más tarde, fué una medida sanitaria tomada según reglas prescriptas. (Levítico caps. 13, 14). Esta<br />

exclusión de leprosos de la sociedad humana se ha practicado siempre, después; y proporciona casi el único caso en<br />

que se presta alguna atención en Oriente a la prevención del contagio. Esta usanza continúa más o menos en Oriente<br />

entre gentes que no creen necesaria la más mínima precaución contra la peste o el cólera; pero juzgando por<br />

observación personal, creemos que en Asia la lepra ha menguado ahora mucho, en frecuencia y virulencia.<br />

Generalmente aparece en forma comparativamente moderada en Egipto, Palestina y otros países donde la<br />

enfermedad es, o era, endémica. Pequeñas sociedades de leprosos excluídos, viven miserablemente en chozas viles.<br />

Muchos de ellos son limosneros, que salen a los caminos a solicitar limosnas las que reciben en tazones de madera;<br />

personas caritativas también a veces les traen diferentes artículos de alimento, los que dejan en el suelo a corta<br />

distancia de las chozas de los leprosos. Generalmente están obligados a llevar una señal distintiva, para que la gente<br />

los conozca a primera vista y se prevenga para evitarlos. Otro medio usado entre los antiguos judíos consistía en<br />

poner la mano sobre la boca y gritar “Inmundo, inmundo”. Pero su tratamiento general, en cuanto a la exclusión de<br />

los leprosos, era el mismo que ahora se describe. La asociación de los leprosos, sin embargo, en este pasaje, con los que<br />

estaban sujetos sólo a impureza ceremonial, demuestra que un propósito importante en el destierro temporal de tales<br />

personas, era el de alejar todas las impurezas que reflejaban deshonra sobre el carácter y la residencia del Rey de<br />

Israel. Y este cuidado vigilante de mantener esta pureza externa en el pueblo era ideado para enseñarles la práctica de<br />

la puerza moral, o a limpiarse a sí mismos de toda impureza de la carne y del espíritu. Los reglamentos adoptados<br />

para asegurar la limpieza en el campamento, sugieren la adopción de medios similares para mantener la pureza de la<br />

iglesia. Aunque en grandes comunidades de cristianos, podrá ser difícil o delicado hacer esto, la suspensión, o en<br />

casos notorios de pecado, la total excomunión del infractor, de los privilegios y la comunión de la iglesia, es un deber

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