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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I ...

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394<br />

contra su prójimo, y él le pidiere juramento haciéndole jurar, y el juramento viniere delante de tu altar en esta<br />

casa, etc.—En casos de que no hubiera testigos y no hubíera modo de arreglar una diferencia o disputa entre dos<br />

personas sino por aceptar el juramento del acusado; la práctica se había introducido paulatinamente, y había<br />

adquirido la fuerza de ley consuetudinaria. de que el sujeto fuese traído ante el altar, donde se tomaba su juramento<br />

con toda solemnidad, junto con la imprecación de una maldición que cayese sobre él si su juramento fuese hallado<br />

falso. Hay alusión a tal práctica en este pasaje. 38. Si se convirtieren a ti … en la tierra de su cautividad … y oraren<br />

hacia su tierra que tú diste a sus padres—Estas palabras dieron origen a una práctica de los judíos antiguos así como<br />

de los modernos, de dirigirse en oración hacia Jerusalem, desde cualquier parte del mundo en que se hallen, y de<br />

dirigir sus rostros hacia el templo, cuando están en Jerusalem mismo. y en cualquier parte de la tierra santa (1 Reyes<br />

8:44). 41. Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo—Estas palabras no se hallan en esta oración en<br />

el Primer Libro de Reyes; pero sí, ocurren en el Salmo 132, que se cree generalmente fué compuesto por David, o más<br />

bien por Salomón, en referencia a esta ocasión. “Levántate” es exresión muy apropiada para usarse cuando el arca fué<br />

llevada desde el tabernáculo en Sión al templo sobre el Monte Moria. en tu reposo—O lugar de reposo; así llamado el<br />

templo (Isaías 66:1), por ser mansión fija y permanente (Salmo 132:14). el arca de tu fortaleza—La morada por la cual<br />

tu gloriosa presenciaes simbolizada, y de donde emites tus oráculos autorizados y manifiestas tu poder a favor de tu<br />

pueblo, cuando lo desean y necesitan. Bien podría llamarse el arca del poder de Dios, porque fué por medio de ella<br />

que fueron obrados grandes milagros, y ganadas muchas victorias, los cuales distinguían los primeros anales de la<br />

nación hebrea. La vista de ella inspiraba la más grande animación en el pecho de su pueblo, mientras que difundía<br />

terror y desmayo entre las filas de sus enemigos. (Salmo 78:61). vestidos de salud tus sacerdotes—O, “de justicia”<br />

(Salmo 132:9), es decir, vestidos no sólo de ropa de lino blanco que tú has señalado como propia para oficiar, sino<br />

también adornados con la hermosura moral de la verdadera santidad, de modo que sus personas y sus servicos sean<br />

aceptos, tanto para ellos como para todo el pueblo. Así estarían vestidos “de salvación”, porque éste es el efecto y la<br />

consecuencia del carácter santificado. 42. no hagas volver el rostro de tu ungido—es decir, de mí, quien por tu<br />

promesa y nombramiento he sido instalado como rey y gobernador de Israel. Las palabras son en sentido equivalente<br />

a esto: No rechaces mí petición presente; no me envíes de tu trono de gracia abatido de semblante ní desanímado de<br />

corazón. acuérdate de las misericordias de David tu siervo—es decir, las misericordias prometidas a David, y en<br />

consideración de aquella promesa oye y contesta mi oración (cf. Salmo 132:10).<br />

CAPITULO 7<br />

Vers. 1–3. DIOS DA TESTIMONIO A <strong>LA</strong> ORACION <strong>DE</strong> SALOMON; EL PUEBLO ADORA. 1. el fuego descendió<br />

de los cielos, y consumió el holocausto—Todo acto de culto era acompañado por un sacrificio. La extraordinaria<br />

corriente de fuego prendió la masa de carne, lo cual fué señal de la aceptación divina de la oración de Salomón (véase<br />

Levítico 9:24; 1 Reyes 18:38). la gloria de Jehová hinchió la casa—es decir, la nube, que era símbolo de la presencia y<br />

majestad de Dios, llenó el ínterior del templo (Exodo 40:35). 2. no podían entrar los sacerdotes—Tanto por el temor<br />

reverencial del fuego milagroso que ardía sobre el altar, como por la nube densa que envolvía el santuario. ellos no<br />

podían por algún tiempo, cumplir sus funciones usuales. (Véase 1 Reyes 8:10, 11). Pero más tarde, renacidos su coraje<br />

y confianza, se acercaron al altar, y ocupáronse en ofrecer un inmenso número de sacrificios. 3. todos los hijos de<br />

Israel … cayeron en tierra sobre sus rostros en el pavimento—Esta forma de postración, es decir, echados sobre sus<br />

rodíllas con la frente en contacto con la tierra, es la manera en que los hebreos y los orientales en general, expresan los<br />

más profundos sentimientos de reverencia y humildad. Los patios del templo estaban llenos de gente en esta ocasión,<br />

y la inmensa multitud se echó al suelo. Lo que súbitamente indujo a los israelitas a asumir aquella actitud postrada en<br />

aquella ocasión, fué el espectáculo de la nube simbólica que descendía despacio y majestuosamente sobre el templo, y<br />

luego lo envolvió.<br />

4–11. LOS SACRIFICIOS <strong>DE</strong> SALOMON. 4. Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron [PAG. 339] víctimas—<br />

Si los adoradores individuales mataron a su propio ganado, o si cierto número del orden levítico que había asistido<br />

hicieron aquella obra, como algunas veces lo hacían, en cualquier caso las ofrendas fueron hechas por medio de los<br />

sacerdotes, quienes presentaron la sangre y la grasa sobre el altar (véase 1 Reyes 8:62–64). 5. así dedicaron la casa de<br />

Dios el rey y todo el pueblo—El ceremonial de dedicación consistía principalmente en la introducción del arca en el<br />

templo, y en las ofrendas sacrificiales que fueron hechas en una escala de magnitud conforme a la ocasión tan<br />

extraordinaria. Todos los presentes, el rey, el pueblo y los sacerdotes, tomaron parte según sus resspectivos puestos,<br />

en la ejecución del servicio solemne. El deber, naturalmente, recayó principalmente sobre los sacerdotes, y por lo tanto<br />

al proceder a describir sus varias clases de trabajo, el historiador dice: “y los sacerdotes asistían en su ministerio”;<br />

mientras grandes números estaban ocupados en preparar y ofrecer las víctimas, otros tocaban sus trompetas, y las

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