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FUNDAMENTOS RACIONALES Y SOCIOLÓGICOS DE LA MÚSICA 1167Toda la música oriental posee una tercera irracional, procedente probablementede la antigua gaita -instrumento primitivamente originario de los ganaderosy los beduinos en general-, y por lo visto se ha mantenido permanentementeafecto al carácter peculiar de dicha irracionalidad y precisamente de talmodo que los reformadores de la música han vuelto siempre a tener éxito,entre aquéllos, con la creación de terceras irracionales. La inundación detodo el Cercano Oriente por el sistema musical arábigo cerró definitivamenteel paso a la evolución hacia la armonía o por lo menos a la diafonía pura. Elúnico que no fue afectado por ella es, por lo que sabemos, el canto judaicode la sinagoga, que en consecuencia parece haberse conservado de una formamuy próxima de las "tonalidades eclesiásticas", lo que hace efectivamenteaparecer como bastante probable el parentesco riteradamente afirmado entrela salmodia y los himnos cristianos y judaicos.Sin embargo, precisamente aquella movilidad más libre de la melodía,que confiere amplio espacio a la arbitrariedad en los sistemas musicales noligados armónicamente, sugiere por otra parte también al racionalismo la ideade una compensación arbitraria de aquellas discrepancias que vuelven aresultar siempre de la división asimétrica de la octava y de la no coincidenciade los "círculos" de intervalos.Ahora bien, esta racionalización podría producirse en forma totalmenteextramusical, y en parte se ha producido efectivamente así. En efecto, históricamentela racionalización de los tonos parte regularmente de los instrumentos:el largo de la flauta de bambú en China, la tensión de las cuerdasde la cítara en Grecia, el largo de las cuerdas del laúd en Arabia y del monocordioen los conventos occidentales, todos ellos han servido para la mediciónfísica de las consonancias. En todos estos casos, sin e1:11bargo, afinábansede todos modos finalmente los instrumentos según los tonos que se oían, ysólo se empleaban para la determinación y la fijación éxactas de los intervalosde consonancia, o sea, pues, al servicio de fines musicales preestablecidos.Pero también lo inverso era posible, y se produjo efectivamente: ciertosinstrumentos de viento de Centroamérica muestran una distribución de losorificios según puntos de vista puramente simétrico-ornamentales, a los que,en consecuencia, había:n de adaptarse los tonos que debían producirse. Yesto no constituye en absoluto un caso excepcional o un fenómeno de músicasbárbaras. Así, fue un verdadero campo de ejercicio para los teóricos árabes,influidos en parte por los griegos y en parte por los persas, que proseguíanla experimentación griega puramente matemática e indudablementeajena a la vida, el sistema musical arábigo, cuyo destino exterior ya se comentóanteriormente. Hasta el presente se halla aquél determinado por elhecho de que los persas, mediante una partición puramente mecánica delespacio entre los trastes para el índice ( salbaba) y el anular ( bin~ir) introdujeranuna tercera totalmente irracional (calculada por los teóricos en 68/81}para el dedo cordial (wosta [wusta]), y luego (Zalzal), otra, medianteuna partición mecánica igual del espacio entre los wosta y bin~ir persas,más vecina de la tercera armónica, pero igualmente irracional (calculada en22/27). Esta última se ha mantenido de hecho, según vimos, hasta hoy.Sólo que esa intervención no había sido la primera ni había de ser la única.

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