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max-weber-economia-y-sociedad

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922 SOCIOLOCfA DE LA DOMINACIÓNsociológica cuando menos, la Edad Media occidental fue en mucha menorproporción una civilización unitaria que lo han sido -en diversa medidapero siempre en grado considerable- las civilizaciones egipcia, tibetana yjudía a partir de la victoria de la hierocracia, la civilización china desde lavictoria definitiva del confucianismo, la civilización japonesa -si prescindimos·del budismo- a partir de la victoria del feudalismo, la rusa desde lavictoria del césaropapismo y de la burocracia oficial, la islámica a partir dela definitiva reafirmación del Califato y de la estereotipación prebendalpatrimonialde la estructura de dominio y, finalmente, aun cuando en unsentido algo distinto, la civilización helénica y romana de la Antigüedad. Launión del poder político con el hierocrático ha alcanzado dos veces en Occidenteun punto culminante: en el Imperio carolingio y en ciertos periodosdel máximo poderío del Imperio romano-germánico, así como en algunoscasos de la teocracia calvinista, por una parte, y en los Estados con fuertesrasgos césaropapistas de la Reforma luterana y anglicana, y de la Contrarreforma,sobre todo en los grandes Estados católicos unitarios de España y dela Francia de Bossuet, por otra. Por lo demás, la hierocracia occidental havivido siempre en tensión con el poder político -y también en aquellos periodosculminantes- y ha constituido la frontera específica que se ha opuestoa este último, a diferencia de las organizaciones puramente césaropapistaso puramente teocráticas de la Antigüedad y del Oriente. Cierto es que eldominio se ha opuesto al dominio, la legitimidad a la legitimidad, un carismaoficial a otro, siendo siempre el ideal de los dominadores y de los dominadosla unión de ambos. No existe una esfera legítima del individuo frenteal poder de la legitimidad del dominio, a no ser en la forma del carismagentilicio independiente dentro del Estado de linajes o en la forma del poderpropio del feudatario, legítimo o derivado, asegurado mediante contrato. Unacuestión de hecho en parte ya rozada y que en parte se tratará más adelante-y que depende ante todo de los intereses poseídos por el grupo dominanteen la conservación de su dominio y de la forma de su organización- es ladel poder que han alcanzado sobre el individuo el Estado antiguo, la hierocracia,el Estado patrimonial o el césaropapismo. No existió a favor del individuoen cuanto tal ninguna barrera legítima que delimite tal poderío.El desarrollo de la moderna democracia burguesa y del capitalismo hadesplazado esencialmente las condiciones del dominio hierocrático. Antetodo, ello parece haber tenido lugar enteramente en perjuicio de este último.El capitalismo ha seguido su triunfal carrera contra las protestas y noraramente contra la directa oposición del clero. Su sostén, la ''burguesía"--en la forma de la "gran burguesía"- se fue emancipando cada vez másde su vinculación histórica con los poderes hierocráticos: tanto de la reglamentaciónhierocrática de la vida como de la desoonfianza mostrada por lahierocracia frente a la moderna ciencia natural -sostén de los fundamentostécnicos del capitalismo. Y el .creciente racionalismo de una existenciaprogresivamente dominada se dirigió cada vez con mayor ímpetu contra losportadores de los dones mágicos de la disposición de la gracia y ante todocontra las pretensiones autoritarias y favorables a las autoridades tradicionalesque abrigaba la hierocracia. Y contrariamente a Jo. que se ha imaginado,

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