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max-weber-economia-y-sociedad

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ESTAMENTOS, CLASES Y RELIGIÓN 409nacionalista y luego, después del cisma, también ideológicamente, del poderpapal, y fue la "representante" del movimiento de reforma conciliar y luegodel humanismo. No cabe bosquejar la sociología, en sí misma no desprovistade interés, de los humanistas, sobre todo del cambio brusco de unaeducación caballeresca y clerical a una educación condicionada en sentidocortesano y rnecénico, con sus consecuencias. Motivos ideológicos condicionaronprincipalmente su actitud dual en la escisión de la fe. En cuanto no secolocaron corno grupo al servicio de la educación en la Iglesia reformada oen la Contrarreforma -en lo que desempeñaron un gran papel organizadory sisternatizador, lo mismo en la iglesia que en la escuela y en el desarrollode la doctrina, pero nunca un papel decisivo-, sino que fueron portadores deuna religiosidad específica (en verdad: toda una serie de tipos religiosos particulares),no ejercieron una influencia duradera. Correspondiendo a su nivelde vida, las clases humanistas con formación clásica eran antiplebeyas y antisectarias,contrarias a las disputas de sacerdotes y predicadores y, sobre todo, asu demagogia; por eso tenían una mentalidad erastiana e irenea y, por lomismo, condenada a una crecient(. falta de influencia.Al lado de un escepticismo ingenioso y una ilustración racionalista se encuentraen ellos, especialmente en suelo anglicano, una tierna religiosidad, ocorno en el círculo de Port-Royal un riguroso rnoralisrno, a menudo ascético,o una mística individualista corno, por ejemplo, en la primera época enAlemania y también en Italia. Pero la lucha de los que participaban con losintereses políticos y económicos de su existencia, llegó a ser, cuando no directamenteviolenta, conducida por medio de una demagogia a la que aquelloscírculos no podían hacer frente. Cierto que aquellas iglesias que querían ponera su servicio a las capas dominantes y sobre todo a las universidades, necesitabandel teólogo polemista, es decir, del formado clásicamente, y de un cuerpode predicadores con igual formación. En el luteranismo, en correspondenciacon la alianza con la autoridad principesca, la combinación de formación yactividad religiosa se concentró rápidamente en la especialidad teológica. Loscírculos puritanos, por el contrario, se burlaron todavía de los hudibras acausa de su ostensible erudición filosófica. Pero en ellos y sobre todo en lassectas baptistas no era el intelectualisrno distinguido, sino el plebeyo y enocasiones (en los baptistas, en los comienzos, un movimiento sostenido poroficiales ambulantes o apóstoles) el intelectualisrno paria, lo que dio la inquebrantablefuerza de resistencia. No existía aquí una capa intelectual específicacon condiciones especiales de vida, sino que, después del breve periodo de lospredicadores ambulantes, fue la clase media la que se impregnó del movimiento.La extraordinaria expansión del conocimiento de la Biblia y delinterés por las controversias dogmáticas más abstrusas y sublimes, que penetróprofundamente hasta en los círculos campesinos, corno lo encontrarnosen el siglo XVII en los círculos puritanos, creó un intelectualismo religioso demasas corno no se ha dado nada igual después y en el pasado sólo encuentracomparación con el intelectualisrno judío tardío y con el intelectualisrno religiosode masas de las comunidades misioneras paulinas. En Inglaterra, encontraposición con Holanda, partes de Escocia y las colonias norteamericanas,pronto se apaciguó una vez que aparecieron corno establecidas y probadas en

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