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max-weber-economia-y-sociedad

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866 SOCIOLOGÍA DE LA DOMINACIÓNcionar el material para el control del Partido constituyó un síntoma más gravede las intenciones reales de escisión que todas las anteriores murmuraciones. Porel contrario, todo intento de efectuar fusiones de partidos suele estrellarse máscontra la imposibilidad de alcanzar una fusión personal de los aparatos rivales quecontra diferencias objetivas, tal como lo han mostrado las experiencias alemanas.Este aparato burocrático más o menos consecuentemente desarrollado determinaen épocas normales la actitud del Partido, incluyendo las cuestiones decisivamenteimportantes que se refieren a los candidatos. Pero aun dentro de organizacionestan rigurosamente burocráticas como las de los partidos norteamericanos, se suelendesarrollar en épocas de gran excitación --como lo ha mostrado la última campañapresidencial- el tipo carismático de la jefatura. En el caso de existir un"héroe", intenta quebrantar la dominación de los técnicos del partido mediantela imposición de formas de designación plebiscitaria, y en ocasiones por la transformaciónde toda la maquinaria empleada para los nombramientos. Cada unade tales exaltaciones del carisma topa, naturalmente, con la resistencia que ofreceel aparato de los políticos profesionales, predominante en épocas normales, especialmentecon la resistencia opuesta por los bosses que organizan la dirección yel financiamiento y que ponen en marcha y mantienen el funcionamiento del partido,bosses de los cuales los candidatos suelen ser la hechura. Pues no sólo losintereses materiales de los cazadores de puestos dependen de la selección delos candidatos del partido. También los intereses materiales de los mecenas delpartido -bancos, prestamistas interesados en la formación de trusts- resultan,como_ es natural, profundamente afectados por estas cuestiones personales. Elgran capitalista, que financia a veces a un jefe carismático de partido y que esperade su victoria, según los casos, encargos oficiales, arriendos de contribuciones,monopolios u otros privilegios, ha sido una figura típica desde los tiempos deCraso. Mas, por otro lado, también la máquina del partido depende regularmentede tales mecenazgos. Los ingresos ordinarios del partido -contribución de susmiembros y eventuales impuestos procedentes del sueldo de los funcionarios cuyopuesto ha sido facilitado por el partido (Norteamérica )- son raramente suficientes.El aprovechamiento económico directo del poderlo alcanzado por el partidoenriquece, ciertamente, a sus participantes, pero sin llenar necesariamente al mismotiempo la caja del partido. Por motivos de propaganda se suprimen muchasveces las contribuciones de los miembros o bien se proponen contribuciones voluntarias,con lo cual Jos grandes capitalistas se convierten inclusive formalment~en dueños de las finanzas del partido. Pero el jefe regular de la organización y elverdadero especialista, el boss o el secretario del partido, sólo puede contar conese dinero cuando tiene firmemente en su mano la maquinaria del partido. Por esotoda exaltación del carisma amenaza la organizaCión regular inclusive desde elpunto de vista financiero. No constituye, por tanto, un espectáculo raro quelos bosses rivales o cualesquiera otros jefes de partidos opuestos se unan entre sicon el fin de impedir en el propio interés común la aparición de jefes carismáticosque so~ independientes del mecanismo regular de la organización. Esta supresióndel cansma se alcanza por lo regular fácilmente y es lograda continuamente enNorteamérica inclusive en el caso de realizarse el· presirkntíal primaries plebiscitariocarismático, pues la continuidad de la organización técnica en cuanto talalcanza a la larga, desde el punto de vista táctico, la supremacía sobre la veneraciónemocional al héroe. Sólo circunstancias extraordinarias pueden hacer queel carisma alcance una victoria sobre la organización. Conocida es aquella peculiarrelación entre el carisma y la burocracia que dividió al partido liberal inglés alproducirse la primera propuesta de un Home rule. El carisma enteramente persa-

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