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max-weber-economia-y-sociedad

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EL "PROFETA" 357autoridad. Por lo menos la han necesitado, casi siempre, los portadores de"nuevas" doctrinas. En ningún momento debe olvidarse que Jesús basó sulegitimación y la pretensión de que él y sólo él conocía al Padre, que sólola fe en él era el camino hacia Dios, sobre el carisma mágico, que él sentíaen sí mismo; y que fue esta conciencia de poder, mucho más que cualquierotra cosa, lo que le permitió entrar por el camino de la profecía. El cristiamismode la época apostólica y posapostólica conoce los profetas ambulantescomo un fenómeno regular. Es siempre necesario demostrar que se poseenlos dones específicos del espíritu y se exigen determinadas facultades mágicaso extáticas. Muy a menudo la adivinación, lo mismo que la terapéuticamágica y el consejo, son ejercitados "profesionalmente". Así ocurre con losnumerosos "profetas" (nabí, nebífím) mencionados en el Antiguo Testamentoy, especialmente, en las Crónicas y en los libros proféticos. Pero elprofeta, en el sentido en que aquí se toma, se distingue de ellos en el aspectoeconómico por el carácter gratuito de su profecía. Amós se resiste con ira aque se le llame nabt. Y la misma diferencia existe respecto a los sacerdotes.El profeta típico propaga la "idea" por la idea misma y no -por lo menosen forma patente y regulada- para obtener una gratificación. El caráctergratuito de la propaganda profética, por ejemplo, el ·principio expreso de queel apóstol, el profeta, el maestro del cristianismo primitivo no hará oficiode su misión, que utilizará sólo por breve tiempo la hospitalidad de sus fieles,que trabajará con sus manos o (como el budista) vivirá de lo que buenamentele den, es subrayado constantemente en las epístolas de San Pablo(y también en las reglas monacales budistas en aquel otro sentido) -"el queno trabaje, que no coma" se refiere al misionero. Constituye, sin duda, unode los grandes secretos del éxito de la profecía. El tiempo de la más antiguaprofecía israelita, por ejemplo, la de Elías, fue en todo el Cercano Orientey también en la Hélade una época de intensa propaganda profética. Quizáen conexión con la nueva constitución de los grandes imperios en Asia y conla creciente intensidad del comercio internacional, después de una largainterrupción, empezó, especialmente en el umbral del Asia, la profecía entodas sus formas. Entonces Grecia se vio invadida por el culto tracia deDionisias y por las más diferentes profecías. Junto a Jos reformadores socialessemiproféticos irrumpieron puros movimientos religiosos dentro de la sencillay al mismo tiempo artificiosa doctrina mágica y cultural de Jos sacerdoteshoméricos. Los cultos patéticos lo mismo que la profecía patética basadaen el "verbo automático" y la estima de la embriaguez extática interrumpieronel desarrollo del racionalismo teologizante (Hesíodo) y los comienzosde la especulación co~mológlca y filosófica, lo mismo que el desenvolvimientode las doctrinas filosóficas esotérica~ y de las religiones de salvación,y marcharon paralelamente con la colonización marina y, sobre todo, con laformación de la polis y su transformación sobre la base del ejército de ciudadanos.No nos toca describir aquí estos fenómenos de los siglos vm y vu, quepenetran hasta el siglo VI e incluso el v, analizados por Rohde de un modomaravilloso -temporalmente se corresponden con el profetismo judío, persa,indio y, probablemente, con las realizaciones preconfucianas de la ética china,que desconocemos. Estos "profetas" helénicos son muy distintos entre sí

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