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FUNDAMENTOS RACIONALES Y SOCIOLÓGICOS DE LA MÚSICA 1183Su posición inconmovible actual descansa en la universalidad de su utilizaciónpara la apropiación doméstica de casi todos los tesoros de la música,en la inmensa profusión de su literatura propia y, finalmente, en su peculiaridadcomo instrumento universal de acompañamiento y de enseñanza. Encuanto instrumento de enseilanza ha reemplazado a la antigua cítara, al monocordio,al órgano primitivo y al organillo de las escuelas monacales; encuanto instrumento de acompafíamiento, al aulos de la Antigüedad, al órgano,a los primitivos instrumentos de cuerda de la Edad Media y al laúd de laépoca del Renacimiento, y en cuanto instrumento de aficionado de las capassociales superiores, finalmente, a la antigua cítara, al arpa del norte y al laúddel siglo xvr. Nuestra educación exclusiva en la música armónica modernase basa esencialmente en él. También en su aspecto negativo, en el sentidoque el temperamento ha despojado seguramente a nuestro oído -al oídodel público que se asimila-, desde el punto de vista melódico, de unaparte de aque11a sensibilidad que imprimió al refinamiento de la culturamusical antigua su seBo inconfundible. En el Occidente, la enseñanza delos cantores tenía lugar, en el siglo xvr todavía, con el monocordio y, despuésde Zarlino, se había tratado de reintroducir la afinación correcta. Hoy,dicha educación tiene lugar casi exclusivamente sirviéndose para ello delpiano, por lo menos en nuestras latitudes, y también la composición musicalde la escuela de los instrumentos de viento se efectúa inicialmente sobre labase del piano. Es obvio que no puede conseguirse en esta forma un oídotan sensible como mediante la educación con instrumentos de afinación pura.Es posible que la mayor impureza notoria de la entonación de los cantantesnórdicos frente a los italianos se deba en gran parte a ello. La idea de construirpianos de 24 teclas en cada octava, como propuso, por ejemplo, Helmholtz,tiene por el momento pocas probabilidades de éxito. Frente al tecJadocómodo de 12 teclas no hallarían aquéllos mercado alguno entre los aficionados,y quedarían reducidos a meros instrumentos para los conce!tistasvirtuosos. Y la construcción de pianos depende de la venta en gran escala.Porque, pese a toda su esencia musical, el piano es un instrumento domésticoesencialmente burgués. En efecto, del mismo modo que el órgano req'Jierepara el despliegue de sus posibilidades el local gigantesco, el piano necesitaun local de proporciones moderadamente grandes. Todos los éxitos de ejecuciónde los grandes pianistas modernos no cambian en nada el hecho deque, al tocar solo en la gran sala de conciertos, el instrumento se comparainvoluntariamente con la orquesta y se encuentra, naturalmente, demasiadoliviano. De ahí que los portadores de la cultura pianística sean los pueblosnórdicos, cuya vida, aunque sólo sea por razones de dima, se centra alrededordel "hogar", en contraste con el Sur. Debido a que en éste, por motivos decJima y de historia, el culto del hogar se ha ido perdiendo, el piano, inventadoaHí, no se propagó a pesar de ello tan rápidamente entre los italianos,según ya vimos, como entre nosotros, ni ha conseguido allí hasta hoy laposición de un "mueble" burgués en la misma extensión que entre nosotrosse considera como natural desde hace ya mucho tiempo.

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