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344 11POS DE COl'viUNIDAD RELIGIOSAla mayor parte de las veces en pura forma racional comercial: se lleva cuentade los servicios al dios y se espera la reciprocidad. También la ofrenda apareceen primer lugar como medio mágico. En parte directamente, al servicio de lacoerción del dios: también los dioses necesitan el néctar soma o medicina delbrujo, que pone en trance, para que puedan realizar su faena; por eso, segúnla vieja representación aria, se puede forzar al dios mediante la ofrenda. O sepuede cerrar un pacto con el dios, pacto que impone obligaciones a ambaspartes; así, la concepción, preñada de consecuencias, de los israelitas: el sacri·ficio es un medio de desviar mágicamente sobre otro objeto la ira desatadadel dios, ya consista este sacrificio u ofrenda en un chivo expiatorio o ( especialmente)en un sacrificio humano. Más importante todavía y probablementemás antiguo es, sin embargo, el otro motivo: el sacrificio, en especialel sacrificio de un animal, debe crear una communio, una especie de fraternidadentre el sacrificador y el dios, creada por la comensalidad; cambio designificación de una idea más vieja: que despedazar y comer un animal fuerte,después un animal sagrado, proporciona al que lo come las fuerzas de eseanimal. Un sentido mágico de esta u otra clase -pues hay la posibilidadde muchas- puede, aun cuando intervienen también concepciones "culturales"que determinan su sentido, imprimir su sello a la acción sacrificatoria.Puede también dominar en lugar del auténtico sentido cultual: ya los ritossacrificatorios del Atharvaveda y todavía más los de los Brahmana son, enoposición con los viejos sacrificios nórdicos, casi pura magia. Significa unadesviación de lo mágico, por el contrario, la concepción de la ofrenda comoun tributo, por ejemplo, las primacías de la cosecha, a fin de que la divinidaddispense el disfrute del resto a los hombres, o como "castigo" impuesto a símismo, como sacrificio expiatorio, para apartar a tiempo la venganza divina.Tampoco esto envolvía todavía ninguna "conciencia de pecado"; se realizaen primer lugar (así en la India) en frío trato comercial. El progreso de lasideas acerca del poder de un dios y de su carácter como señor personal, condicionaentonces el predominio creciente de los motivos no mágicos. Diosse convierte en un gran Señor que se puede negar a discreción, y al que hayque acercarse, no con reglas mágicas coercitivas, sino con súplicas y dones.Pero todo lo que estos motivos traen de nuevo respecto a la simple "magia"son también prosaicos elementos racionales, como los de la misma magia. Elrasgo fundamental es el do ut des. Este carácter se adhiere a la religiosidadcotidiana de las masas de todos los tiempos y pueblos y también a todaslas religiones. El contenido de toda "plegaria" normal es el alejamiento detodo mal exterior en este mundo y el procurarse ventajas terrenales, inclusoen las religiones más ultramundanas. Todo rasgo que va más allá de esto esobra de un proceso específico con doble peculiaridad. De un lado, una sistematizaciónracional, cada vez más amplia, del concepto de Dios e igualmentedel pensamiento sobre las posibles relaciones del hombre con lo divino. Pero,por otro, en cuanto al resultado, un retroceso característico de aquel racionalismooriginariamente práctico. Pues el "sentido" de la conducta específicamentereligiosa se busca, cada vez menos, paralelamente con aquellaracionalización del pensar, en ventajas puramente externas de la vida económicacotidiana; de este modo el fin de la conducta religiosa se "irracionaliza"

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