10.07.2015 Views

max-weber-economia-y-sociedad

max-weber-economia-y-sociedad

max-weber-economia-y-sociedad

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

916 SOCIOLOGÍA DE LA DOMINACIÓNdad anónima con aquellos trabajadores o la de un poseedor de títulos hipotecarioscon el dueño de un bien hipotecado por el Banco correspondiente. La"posibilidad de competencia", el mercado -de trabajo, de dinero o de bienes-,asi como las diferentes consideraciones "objetivas" -ni éticas niantiéticas, mas simplemente aéticas, es decir, indiferentes a toda éticadeterminanel comportamiento en los puntos decisivos e introducen instanciasimpersonales entre los hombres interesados. Esa "esclavitud sin dueño",en que el capitalismo envuelve a los trabajadores o a los gravados conhipotecas, es discutible desde el punto de vista ético sólo como institución,pero ésta no es -en principio- la actitud personal de un participante (seaen la esfera de los dominadores o de los dominados), actitud que, so pena deun fracaso económico inútil en todos los respectos, le es prescrita por situacionesobjetivas, y que -y aquí radica el punto decisivo- tiene el carácterde un "servicio" prestado a una finalidad objetiva impersonal.Ahora bien, este estado de cosas se encuentra en oposición imprescriptiblecon todos los postulados sociales más elementales de las hierocraciascorrespondientes a cualquier religión éticamente racionalizada. Los comienzosde toda religiosidad éticamente orientada e influida por esperanzasescatológicas se encuentran bajo el signo de la negación carismática del mundo:son directamente antieconómicos. Lo son inclusive en el sentido de quecarecen del concepto de una especial "dignidad" del trabajo. Ciertamenteque, al no poder vivir mediante donaciones de los mecenas o directamentede la mendicidad o, como en el Islam, en su calidad de religión bélica, abase de un comunismo guerrero, los miembros se sustentan a través de u~modo de vida ejemplar por medio del trabajo de sus manos. Así ha ocurridocon San Pablo tanto como San Egidio. Lo recomiendan las advertencias dela antigua Iglesia cristiana, así como las auténticas prescripciones de SanFrancisco. Pero no porque el trabajo en cuanto tal sea estimado. Constituyesimplemente una fábula pensar que, por ejemplo, en el Nuevo Testamento,se atribuya una nueva dignidad al trabajo. "Sigue en tu oficio" es unaexpresión de completa indiferencia, dictada por motivos escatológicos, exactamentelo mismo que le da "al César lo que es del César" no es -comose suele interpretar hoy a menudo- una recomendación encaminada al cumplimientode los deberes para con el Estado, sino, al revés, la expresión deuna absoluta indiferencia hacia lo que tiene lugar en esta esfera (justamenteen ello radica la diferencia con respecto a la actitud adoptada por los partidosjudíos). Sólo mucho después, como medio ascético, y por vez primenen las órdenes monásticas, ha sido considerado el "trabajo" como una honra.Y en lo que toca a la propiedad, la religión no conoce en su periodocarismático más que una negación de la misma (distribución a los pobres)-para los discípulos perfectos- o una indiferencia -para todos los creyentes.La expresión de esta indiferencia es aquella forma más atenuada delcomunismo carismático de amor tal como evidentemente existió en la antiguacongregación cristiana de Jerusalén., donde los miembros tenían supropiedad sólo "como si no la tuvieran", pues esto -el hacer partícipes ilimitadamentea los hermanos necesitados de la comunidad, con la consecuenciade que los misioneros, especialmente San Pablo, debieran reunir en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!