10.07.2015 Views

max-weber-economia-y-sociedad

max-weber-economia-y-sociedad

max-weber-economia-y-sociedad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

LA DOMINACIÓN CARISMÁTICA Y SU TRANSFORMACIÓN 861alemanes son en este sentido una copia de la elección de obispos en la Iglesia.La "elección" de un nuevo rey que, de un modo enteramente análogoa la del Papa, del obispo y del predicador, se efectuaba mediante 1) designaciónpor el séquito (príncipes electores, cardenales, sacerdotes. diocesanos,cabildos, ancianos) y 2) subsiguiente aclamación por el pueblo, no era, consiguientemente,ninguna "elección" en el sentido de la elección nlOdernade Presidente o diputados, sino, por lo menos de acuerdo con el sentidoauténtico de este hecho, algo enteramente heterogéneo: conocimiento o reconocimientode la presencia de una facultad no surgida sólo por elección, sinopreexistente, de un carisma a cuyo reconocimiento, por el contrario, tienederecho la persona que ha de ser elegida. Por eso no puede haber en principioninguna elección por mayoría, pues una minoría, por reducida que sea,puede tener tanta razón en el reconocimiento del primer carisma como puedeequivocarse en este respecto la mayoría más numerosa. Sólo una personapuede ser la adecuada; los electores que disienten cometen, por consiguiente,un sacrilegio. Todas las normas de la elección de Papa intentan conseguirla unanimidad. Pero la doble elección de un rey es enteramente lo mismoque un cisma eclesiástico: una ofuscación del verdadero conocimiento de lapersona destinada, que en principio sólo puede ser eliminada con una corroboració-npor el juicio de Dios, prueba dada a través de la lucha personal conmedios físicos o mágicos, tal como se encuentran en los pretendientes al tro·no de las tribus negras (especialmente entre hermanos) y luego también encalidad de institución.Y cuando ha prevalecido el principio mayoritario, ha sido un "deber"moral de la minoría someterse desde entonces al derecho evidenciado por elresultado de la votación y asociarse posteriormente a la mayoría.Pero, como es natural, la estructura carismática de dominio, con estaforma de determinar el sucesor y siempre que haya prevalecido el principiode la mayoría, ha abierto el camino a un auténtico sistema electoral. No todaforma moderna ni toda forma democrática de la designación de soberanoson ajenas al carisma. En cualquier caso, el sistema democrático del llamadogobierno plebiscitario -la teoría oficial del cesarismo francés- implicarasgos esencialmente carismáticos, y los argumentos de sus defensores acabantodos por acentuar esta peculiaridad. El plebiscito no es ninguna "elección",sino el reconocimiento primero (en el plebiscito de 1870) renovadode un pretendiente como soberano carismático personalmente cualificado.Pero también la democracia de Pericles, según la idea de su creador el domi·nio Jel "demagogo" por medio del carisma de espíritu y verbo, contienejustamente en la elección del estratego (al lado del sorteo de los otros -sies cierta la hipótesis de E. Meyer-) su característico ingrediente carismático.Allí donde las comunidades originariamente carismáticas inician el caminode la elección del jefe, surge a la larga una sumisión a normas delprocedimiento electivo. Por lo pronto, porque con la desaparición de la~auténticas raíces del carisma logra de nuevo la preponderancia el podercotidiano de la tradición y la creencia en su santidad, de suerte que sólo suobservancia puede garantizar el verdadero camino. Por el predominio delderecho de propuesta de los clérigos, funcionarios cortesanos o grandes vasa-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!