O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

propagandistas do grupo Tácito– chamouse a atención sobre a actitude
inmobilista do réxime. (f) Os tecnócratas desarrollistas do Opus Dei, que
apareceran na escena política a mediados dos anos 50 –basicamente
empeñados nun labor de institucionalización do réxime–, comezaron a
demandar un desenvolvemento político a través de López Rodó 348 . (g) Até
aquel momento, a oposición eclesiástica limitárase a determinados ambientes
minoritarios e inquietos, pero daquela tamén a xerarquía católica se viu forzada
a distanciarse dun Goberno que non era quen de recoñecer a necesidade
dunha evolución:
No es que hubiesen faltado llamadas anteriores de atención desde ese lado.
No sólo hubo católicos en todos los movimientos de apertura, sino que, sin perjuicio de
la conformidad sustancial con el Estado que se proclamaba confesional e incorporaba
la doctrina de la Iglesia a su legislación, tampoco faltaron en la jerarquía actitudes
críticas que no sólo hay que buscar en las figuras, más espectaculares que otra cosa,
de los cardenales Segura y Pildain, sino en la actuación de los cardenales Gomá 349 y
Plá, primados de España. Les estorbó, para que fuesen conocidas, la discreción con
que fueron hechas, por lo que sólo ahora empieza a ser valorada una actuación que
frenó las tendencias totalitarias del ala radical del falangismo y moderó el conjunto del
sistema. Sin embargo, fue tan lenta la evolución de éste y tan rápida, en cambio, la
evolución de la Iglesia a raíz del Concilio Vaticano, que llegó el momento en que la
discrepancia saltó a las primeras páginas de los períodicos. Es la etapa en que la
Iglesia española, que en el Concilio ha aprendido a recelar de su anterior vinculación
con el poder, examina en la Asamblea conjunta de obispos y sacerdotes, que se
celebra en 1971, la famosa proposición de que se pida perdón por no haber sabido ser
«verdaderos ministros de reconciliación en el seno de un pueblo dividido por una
guerra entre hermanos», y, en la declaración de la Conferencia Episcopal, en 1973,
sobre sus relaciones con la comunidad política, no sólo abandona a ésta la decisión
sobre la confesionalidad del Estado, sino que deja claro su escaso interés por la
fórmula y, en cambio, reivindica el pluralismo de opciones y pide libertad para que
puedan manifestarse. (García Escudero, 1987, 258-259.)
En definitiva, contra o final do franquismo xa se podía considerar
superada a Guerra Civil, pero o que non se fixo foi sacar as correspondentes
consecuencias políticas. O problema da reconciliación non podía proporse até
a morte de Franco, e “los hombres que realizaron luego la transición, mientras
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