O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

aceptación de la revolución religiosa, social y política como fenómenos derivados de la
inteligencia y libertad humanas, guiadas por su libre búsqueda de la verdad.
Para Piñol (1999, 252-253),
la interpelación formulada por el concilio Vaticano a aquella España en concreto, se
distinguía netamente de la dirigida a otras Iglesias y países por su carácter
radicalmente global. No sólo inducía a una lectura en clave religiosa –en el sentido más
amplio del término–, sino también a su lectura en clave propiamente política [...]. [...]
era ni más ni menos que una exigencia ineludible para la recuperación de la libertad de
la fe y el diálogo con la nueva sociedad emergente, a la par que para la liberación de la
comunidad eclesial de la órbita del régimen político nacionalcatólico.
[...]
[...] el Estado católico y la Iglesia protegida habían perdido su razón de ser
definitivamente a la luz de la renovación y del aggiornamento conciliares, en el
supuesto de que la hubieran tenido alguna vez en la época contemporánea. 985
Tamén Tusell Gómez (1988, 379 e 386) apunta que,
así como para la mayor parte de los países católicos el Concilio Vaticano II fue un
punto de llegada, en el caso español fue un punto de partida. La máxima paradoja
puede ser que, habiendo desempeñado un papel absolutamente esencial el Vaticano II
para la configuración de la España actual, en realidad este hecho no es fácilmente
admitido por la mayor parte de quienes tratan de emitir un diagnóstico sobre la
presente situación española. [...]
[...]
[...] La importancia del Vaticano II para la vida pública española se aprecia con
tan sólo imaginar lo que hubiera podido suceder de no haberse producido la
transformación del catolicismo español, y sobre todo de no haber cambiado la actitud
de la jerarquía eclesiástica.
En definitiva, e como explica Duato Gómez-Novella (1985, 385):
En los años sesenta, la Iglesia española se encontraba frente a un reto fundamental:
desvincularse del sistema franquista que por la evolución socioeconómica y por la edad
del general se preveía próximo a su fin. El pontificado de Juan XXIII y el concilio
Vaticano II fueron una gran ayuda para que el episcopado pudiera reciclarse y
acometer la tarea de renovar sus posiciones con bastante dignidad y oportunidad.
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