O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

ideología política, y si alguien utiliza su nombre para cubrir sus banderías, está
usurpándolo manifiestamente.
[...] La Iglesia nunca determinará qué autoridades deben gobernarnos, pero sí
exigirá a todas que estén al servicio de la comunidad entera; que respeten sin
discriminaciones ni privilegios los derechos de la persona; que protejan y promuevan el
ejercicio de la adecuada libertad de todos y la necesaria participación común en los
problemas comunes y en las decisiones de gobierno; que tengan la justicia como meta
y como norma y que caminen decididamente hacia una equitativa distribución de los
bienes de la tierra. Todo esto, que es consecuencia del Evangelio, la Iglesia lo
predicará, y lo gritará si es necesario, por fidelidad a ese mismo Evangelio y por
fidelidad a la patria en la que realiza su misión. (Enrique y Tarancón, 1996, 865-
866. 1033 )
Díaz-Salazar Martín (1981, 315, e 2006, 195-196) –cun criterio que,
obviamente, consideramos desacertado– entende que esta homilía foi o feito
principal co que se iniciou o papel da igrexa católica na transición, Calleja
Sáenz de Navarrete (1988, 29) valora o sermón como “el hecho eclesial
culminante, ante el momento histórico entonces iniciado”, Floristán (1985, 94)
afirma que, naquel momento, “la Iglesia jerárquica se puso en estado conciliar”,
e Gimbernat Ordeig (1982, 52-53) observa que a homilía pode ser considerada
como la proclamación más abierta de la jerarquía española con respecto a la
democracia, al Estado de Derecho. En ella se manifestaba la intención de la Iglesia de
no vincularse a ninguna opción de partidismo político y se niega legitimidad a los
intentos desde la instacia del Estado o de los partidos de apropiarse de la legitimidad
católica.
[...]
Verosímilmente, el momento culminante de la orientación democrática de la
Iglesia es la mencionada homilía del Cardenal Tarancón.
A homilía de Enrique y Tarancón, en realidade, casa perfectamente co
modelo canónico que, como vimos no capítulo 8, lle atribúe á igrexa católica un
papel modesto na transición: un papel neutral e mais discreta e
desinteresadamente democratizador. Pero son máis os prelados cuxos
testemuños apuntan na mesma dirección. Así, Bueno Monreal afirma: “La
Iglesia no ha tenido intervención en el cambio de régimen. Respeta y defiende
los derechos y las libertades de todos los españoles y acepta la Constitución.
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