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O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

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desexaban unha intervención militar. Neste mesmo sentido, Tello Lázaro (1984, 50) cre que<br />

non é posíbel negar que a igrexa católica “contribuyó a crear un clima que hizo irrespirable el<br />

aire republicano, y poco habría de tar<strong>da</strong>r a que recogiese la cosecha de la siembra”. Frías<br />

García (2000, 733-734) tamén opina que a elite eclesiástica<br />

contribuyó a crear en la conciencia de los católicos la idea de la necesi<strong>da</strong>d de alzarse, aun por las vías de<br />

resistencia legal, contra un régimen empeñado en perseguir sus creencias y en ir, como la jerarquía tantas y<br />

tantas veces repetiría, contra «los derechos de la Iglesia», <strong>da</strong>ndo lugar a la confusión entre la necesaria<br />

merma de privilegios y la conculcación de legítimos derechos o de ideas de fe. [...]<br />

[...] en general, las continuas manifestaciones episcopales [...] colaboraron en la creación de un<br />

estado de opinión, originado por múltiples factores y no todos ideológicos, más proclive a acciones de<br />

resistencia que de creación de alternativas concretas contra un régimen en su día votado por gran número de<br />

católicos, lo que tendría la consecuencia, en forma inmediata, del vuelco político de finales de 1933 y, a más<br />

largo plazo, del cruento enfrentamiento de 1936.<br />

Lombardía (1987, 87), pola contra, cre que os bispos “fueron literalmente sorprendidos por los<br />

acontecimientos de 17, 18 y 19 de julio de 1936”, mentres o eclesiástico Sebastián Aguilar<br />

(2008, 239) –que non perde a ocasión de inclinar a responsabili<strong>da</strong>de <strong>da</strong> guerra cara ao<br />

executivo republicano– firma que “la Iglesia no quiso ni provocó el levantamiento y menos la<br />

Guerra Civil”.<br />

715 2<br />

V. Puente Ojea, 1995 , 374-376.<br />

716<br />

A gravi<strong>da</strong>de deste feito debe ser subliñado. Vincent (2007, 84) explícao taxativamente:<br />

Hay un sentido en el cual el régimen fue claramente ilegítimo. El golpe de <strong>Estado</strong> de los generales<br />

de julio de 1936 fue a la vez ilegal y un ejemplo clásico de ruptura de la legitimi<strong>da</strong>d, en particular del aspecto<br />

de ésta que depende de la legali<strong>da</strong>d. A pesar de los tortuosos esfuerzos de los apologistas del franquismo,<br />

los orígenes del régimen tenían muy poca legitimi<strong>da</strong>d, si es que tenían alguna. Para los que usan el término<br />

«legitimi<strong>da</strong>d» en un sentido normativo, el régimen carecía de ella por completo. Según algunos politólogos,<br />

los regímenes militares que surgen de golpes de <strong>Estado</strong> son ilegítimos para siempre.<br />

717 2<br />

Álvarez Bolado, 1991, 50-58, Botti, 1993 , 172, Ferreiro Galguera, 2005, 216-218, Lannon,<br />

1990, 237, Marquina Barrio, 1978, 39, Martí, 1977, 149-153, Martín de Santa Olalla Saludes,<br />

2003, 243-244, Payne, 1984, 218-219, Raguer i Suñer, 2001, 83-89, Ruiz Rico, 1975, 189-190,<br />

e 1977, 26, e Salas Larrazábal, 1982, 188, e 1984, 86. Enrique y Tarancón (1996, 205-206)<br />

entende que <strong>da</strong>quela “cualquier discrepancia [coa defensa <strong>da</strong> fe católica a carón dos<br />

nacionalistas] hubiese parecido una traición en el campo nacional y casi una herejía en el<br />

aspecto religioso y eclesial. La Iglesia y España tenían un enemigo común: el comunismo. Éste<br />

es el raciocinio que todos se hacían”.<br />

718<br />

É significativo que este argumento coinci<strong>da</strong> co esgrimido polos militares rebeldes. Castro<br />

Berrojo (2007, 316) apunta:<br />

Los sublevados trataron de justificar su golpe y la guerra subsiguiente presentándolos como una reacción<br />

preventiva ante el supuesto peligro de una inminente y sangrienta revolución comunista en España. Según<br />

esta idea, los grupos republicanos y de izquier<strong>da</strong> tenían ya fecha fija para una insurrección generaliza<strong>da</strong> en<br />

todo el país, a la cual seguiría un mortífero ajuste de cuentas contra las personas de orden, los eclesiásticos,<br />

los terratenientes y sus representantes políticos. A continuación, el país se hundiría en el caos y la barbarie,<br />

siguiendo un diabólico plan histórico cuyo objetivo último sería la desaparición de la civilización cristiana<br />

occidental.<br />

El Movimiento adquiría así el carácter de mera reacción de autodefensa para preservar la<br />

existencia de España como nación libre y soberana. Y, aunque el recurso a las armas y a la violencia pudiera<br />

ocasionar el derramamiento de mucha sangre, incluso de inocentes, ello sería el “mal menor” que sufrir para<br />

evitar tan terrible perspectiva.<br />

Casanova Ruiz (2007b) afirma que o argumento <strong>da</strong> lexítima defensa é falso: “La conmoción<br />

deja<strong>da</strong> por el anticlericalismo tapó el exterminio en nombre de la religión católica y sentó la idea<br />

falsa de que la Iglesia sólo apoyó a los militares cuando se vio acosa<strong>da</strong> por esa violencia<br />

persecutoria”.<br />

719<br />

A Enrique y Tarancón non lle sorprende que, na Guerra Civil, “la Iglesia apoyara a uno de<br />

los bandos en lucha: el que pretendía defender la tradición católica de la patria”; de feito, a<br />

igrexa católica non puido actuar doutro xeito, xa que “aun antes de la guerra se creó<br />

artificialmente en España un clima de hostili<strong>da</strong>d” contra ela (en Méri<strong>da</strong>, 1982, 80 e 88-89).<br />

720<br />

Enrique y Tarancón (1996, 912), por certo, atribúelle erroneamente a Iniesta Jiménez o<br />

segundo apelido Cano, posibelmente por confusión co de Carlos Iniesta Cano. Chao Rego<br />

(2007, 492) adscribe a Iniesta Jiménez ao grupo dos prelados de centro esquer<strong>da</strong>, mentres<br />

Payne (1984, 269) o retrata como a “figura más representativa” <strong>da</strong> minoritaria “facción liberal<br />

extrema” <strong>da</strong> igrexa española: “había estado a punto de que lo desterraran durante el último año<br />

del franquismo, por haber organizado una asamblea cristiana independiente de obreros, en uno<br />

de los suburbios más pobres de Madrid”. V. tamén Cuenca Toribio, 1986, 588-589.<br />

721<br />

Para máis desenvolvementos deste argumento, v. Cárcel Ortí, 1997, 16-18, 21 e 24-26, e<br />

2008, 31, 35-36 e 117-118. O mesmo autor (Cárcel Ortí, 1985, 79) explicita a súa posición<br />

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