O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

como o Valle de los Caídos, nas estatuas de Franco e de ministros seus e noutros elementos –
monolitos, obeliscos, placas, escudos, nomes de colexios públicos– que lle renden honor á
memoria dos homes da ditadura. “¿Dónde están los monumentos dedicados al exilio, al
emigrante, a los presos del franquismo, a los muertos por las fuerzas de orden público en
Granada, Madrid, El Ferrol, Barcelona...?”.
305
No campo político, Peces-Barba Martínez (2005) ofrece un exemplo nítido de como un
protagonista moi destacado da transición –foi membro do relatorio constitucional en
representación do PSOE– reproduce a teoría canónica. Segundo este autor, os franquistas
reformistas
conectaron con todos los que veníamos de la orilla de la oposición democrática y, desde las elecciones del
15 de junio, que nos integraron en el Congreso de los Diputados y en el Senado, recorrimos juntos el camino
de la concordia con una idea de España y de la democracia que pudieran [sic] ser generalmente compartidas
[sic]. Coincidimos todos entonces con Paul Valery [sic] cuando señalaba que “para las comunidades
humanas como para los individuos el olvido no es menos esencial que la memoria”.
[...]
[...] Gentes de diversas procedencias ideológicas e incluso de distintas edades se fundieron para
realizar un ideal común de convivencia, desde la semilla cultural que arrancaba de la obra de generaciones
anteriores y con una memoria histórica para no repetir los errores del pasado.
306
En realidade, a insurrección militar tivo lugar o 17 de xullo de 1936 no Protectorado de
Marrocos, como recorda Juliá Díaz (2006b).
307
Ramírez Jiménez, 2005a.
308
Este autor (Juliá Díaz, 2006a) cuestiona de raíz os recentes esforzos por recuperar a
memoria histórica, e formula así o seu punto de partida: “Memoria colectiva, memoria histórica
y otras denominaciones equivalentes no existen fuera de una concepción organicista de la
sociedad” (Juliá Díaz, 2006a, 10). A memoria é individual e deriva dunha experiencia persoal.
Polo tanto, o que habería tras a memoria histórica non sería outra cousa que un relato
moralista e maniqueo que procura, non coñecer o pasado, senón transformar a representación
do pasado (reducido á derrota dunha promesa –a República– fronte ao horror –a ditadura–)
para esixir xustiza. Porén, o “problema de la justicia hacia un pasado de guerra civil es que no
se sabe donde trazar la raya porque es imposible trazarla”, como axiña recoñeceron os que
negociaron a transición (Juliá Díaz, 2006a, 19).
309
Alameda (2006) observa que “la amnistía fue la última burla de los represores, puesto que
paradójicamente los amnistiados no fueron ellos, sino los represaliados; y por otro lado, la
amnistía forzó a olvidar los crímenes de la dictadura, como si nunca hubieran existido”.
310
É significativo que o autor utilice este argumento tan peregrino: por que, despois de todo,
debería estar a oposición conservadora menos interesada en implementar políticas públicas de
recuperación da memoria histórica?
311
V. capítulo 18.
Capítulo 7
312 4
Sobre a orixe e a historia do concepto de ideoloxía, v. Mannheim, 1997 , 63-65, e González
Beramendi, 1999, 114-115.
313
Dijk, 1998, 100, e Eagleton, 1995, 27 e 61.
314
Dijk, 1998, 9 e 13, e Eagleton, 1995, 275.
315
Sobre as relixións, concretamente, González Beramendi (1999, 111) explica en que casos
poden ser consideradas ideosistemas sectoriais:
La gran mayoría de los cristianos de nuestros días, e incluso buena parte de los judíos y musulmanes,
aunque se mantengan fieles a los preceptos de su fe en lo referente a la ética, los ritos, la salvación personal
y la creencia en un Dios, no aceptan ya las verdades reveladas sobre el origen del mundo físico y sus
mecanismos de funcionamiento y evolución. Y esto implica que, socialmente, la religión sólo es asumida en
una parte de su representación total y por ello podemos calificarla de ideosistema sectorial cuando se dan
esas condiciones.
Nos demais casos, como podemos deducir da táboa que aparece supra, as relixións serían
ideosistemas totalizantes.
316
González Beramendi, 1999, 114.
317
González Beramendi, 1999, 116-117.
318 4
Mannheim, 1997 , 35, 49-51, 65 e 110-111.
319
Dijk, 1998, 18-19 e 21.
320
Álvarez Espinosa (2003, 343-379) explica como o marxismo critica cientificamente o feito
relixioso (cristián) como unha ideoloxía alienante cuxa función social é a de ofrecer un falso
788